Con más de 400 millones de usuaries, Twitter es una de las redes sociales más utilizadas en el mundo. Su actual propietario, Elon Musk, anunció hace diez días un cambio en la apariencia y en el nombre de la aplicación social.
La transformación que el dueño de Tesla imprimió a la marca de su empresa incluye una nueva integración de servicios que apunta a las transferencias de dinero.
La última modificación introducida obedece, en principio, a las grandes pérdidas en ingresos publicitarios que sufrió la popular red, cuya compra tuvo un costo de 44 mil millones de dólares. Sin embargo, también es un intento de luchar contra la red social Threads, creada por Marck Zuckerberg, que en su explosión inicial superó los 100 millones de registros de usuarios en la última semana.
Muches especialistas en comercialización se sintieron sorprendides por la manera en que se dio el cambio de Twitter: apresurado, improvisado y vacío. Por lo cual, definen la medida como un “rebranding a medias” o como “anuncios que aún no son una realidad”.
Esta línea de pensamiento se apoya en publicaciones de Musk tales como: “En los próximos meses, agregaremos comunicaciones completas y la capacidad de que lleven adelante todo su mundo financiero. El nombre Twitter no tiene sentido en este contexto, por ello debemos decir adiós al pájaro”.
¿Cambiar sin cambiar?
Por otra parte, el fundador de Tesla comunicó: “Twitter fue comprada por X Corp para garantizar la libertad de expresión y como un acelerador de X, la aplicación para todo”. Sin embargo, en lugar de potenciar a X Corp, se decidió modificar Twitter con una alteración de la marca.
Además, en el entorno de la aplicación X aún persisten muchas referencias propias del ex Twitter como la pluma de redacción para un nuevo tweet. En cuanto a la experiencia del usuarie, tanto la interfaz como las funciones se mantienen iguales.
Por el momento, les usuaries de la plataforma se encuentran intrigades sobre si habrá auténticos cambios en la plataforma o si existe la posibilidad de revertir la decisión, como sucedió con el intento de imponer un límite a los tweets visualizados. Esta decisión impuesta por Musk procuró lograr más cuentas premium, sin embargo, resultó una medida que nunca fue definida con claridad.
Cambios drásticos, exploración comercial y atracción mediática
Cameron Shackell, consultor independiente de marca y marketing, arriesgó una serie de hipótesis acerca de las decisiones de Elon Musk en su artículo publicado en el jornal americano The Conversation. El especialista sugiere que el cambio de marca, tal vez temporal, operado por el millonario “puede parecer arriesgado, de aficionados o incluso caprichoso”.
“Pero es probable que esté haciendo exactamente lo que pretendía: generar un enorme interés mundial. Acercar Twitter a sus otras marcas X (SpaceX, Tesla Model X, xAI) y despejar el camino para una rentable fusión de tecnologías”, sostuvo.
Para Schackell, les expertes internacionales en Branding “se han apresurado a condenar la reorganización de Twitter por demasiado repentina y destructiva del capital de marca. Quizá porque incluso los cambios de nombre más ligeros son arriesgados. Estos ajustes requieren tiempo y una gestión cuidadosa”, apuntó.
“Cambiar drásticamente el nombre de una marca conocida nunca ha funcionado. Y no hay duda de que una “X” negra sustituyendo a “Twitter” es dramático”, señaló el especialista. A pesar de esto, el columnista percibe que esta X es una maniobra para perturbar y poner a prueba el mercado.
Elon Musk: ¿un estratega o un improvisado?
“Musk no está cambiando el nombre de la comida rápida ni de los refrescos. Twitter está en el negocio hiperdinámico de la información. Musk es ágil y está bien armado. Así que quizá se estén forjando nuevas reglas de marca”, arriesgó el experto.
En este sentido, Cameron Shackell sostiene que la distancia que el empresario va tomando de les usuaries tradicionales de Twitter “podría ser un intento de refrescar la demografía de la plataforma”. En consecuencia, buscan alejar a aquellos que no generan beneficios significativos y atraer a nuevas personas hacia sus otras marcas tecnológicas “X”.
El especialista en marketing señala que la trayectoria de Elon Musk sugiere la imagen de un estratega. “El cambio llevará tiempo y es probable que pueda revisarse, revertirse y ajustarse a medida que se genere retroalimentación”, destacó en su artículo.
Por último, el experto intuye que la renovación de la marca X puede estar vinculada con la Inteligencia Artificial (área fundamental del proyecto empresarial del magnate), con la exploración del mercado para un cambio de rumbo a fin del año o “ser un intento de distraer la atención de algún otro movimiento. No hay forma de saberlo”.