Este viernes, en una reunión del Consejo de Seguridad ruso, Vladímir Putin aseguró que su país “responderá con todos los medios a su disposición en caso de una agresión contra Bielorrusia”. De esa manera, el mandatario envió un mensaje más que contundente frente a la creciente tensión que existe en la frontera bielorruso-polaca.
En las últimas semanas, luego del intento de insurrección del Grupo Wagner llevado a cabo el pasado 24 de junio, Bielorrusia no sólo recibió a casi mil mercenarios del ejército privado sino que, a su vez, organizó entrenamientos conjuntos con sus fuerzas armadas. Las maniobras generaron una gran preocupación en Varsovia, capital de Polonia, que respondió reforzando la militarización en sus fronteras.
Tensión en la frontera
El 14 de julio, a través de un comunicado, el Ministerio de Defensa de Bielorrusia informó que mercenarios del Grupo Wagner habían comenzado a entrenar reclutas de sus fuerzas armadas en un campamento militar a 230 kilómetros de la frontera ucraniana.
En tanto, el jueves pasado, un día después de difundirse un video en donde Yevgueni Prigozhin daba la bienvenida a más mercenarios del la Compañía Militar Privada, la institución bielorrusa reveló una noticia que preocupó aún más al gobierno polaco por la proximidad a su territorio.
“Durante la semana las unidades de las fuerzas de operaciones especiales, junto con representantes de Wagner, realizarán tareas de entrenamiento de combate en el campo de entrenamiento de Brestski”, resaltó el Ministerio de Defensa de Bielorrusa.
Por su parte, y luego de conocer la noticia, el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, aseguró que “el grupo Wagner que aparece cada vez más en Bielorrusia es una amenaza cada vez mayor para Polonia, para el flanco oriental de la OTAN”.
En respuesta a lo que desde el gobierno polaco consideraron como “una provocación”, el Ministerio de Defensa de Polonia anunció un nuevo despliegue de tropas (dos divisiones enteras de soldados) para reforzar la frontera con Bielorrusia.
Además, el 7 de julio, aún sin que todavía se conociera los ejercicios conjuntos del Grupo Wagner con las fuerzas bielorrusas, las autoridades polacas había comunicado la decisión de desplegar al menos 1.000 soldados junto a 200 equipos adicionales para demostrar “la capacidad para responder de inmediato a los intentos de desestabilizar la situación”.
La advertencia de Vladímir Putin
En la reunión del Consejo de Seguridad de este viernes, además de advertir que Rusia respondería con todos los medios frente a un ataque contra su aliado, Putin remarcó que “desencadenar a una agresión contra Bielorrusia significara una agresión contra la Federación Rusa”.
Asimismo, en ese sentido el mandatario recordó que Bielorrusia es parte del Estado de la Unión, un tratado de integración entre ambos países que tiene como objetivo final la unificación política de dichas naciones.
A su vez, el líder ruso aseguró que la dirigencia polaca podría intentar formar una coalición bajo el paraguas de la OTAN e “intervenir directamente en el conflicto” en Ucrania para ocupar territorio ucraniano.
En ese sentido, Putin precisó que Polonia busca recuperar lo que consideran sus territorios históricos. “Es bien sabido que también sueñan con tierras bielorrusas”, añadió.
Del mismo modo, el presidente ruso remarcó que “en cuanto a la política del régimen ucraniano, es un asunto de ellos. Si, como suelen hacer los traidores, quieren vender algo, pagar a sus amos con algo, eso, repito, es en última instancia un auto de ellos”. En esa clave Putin afirmó que al régimen de Kiev “no le importa el pueblo de Ucrania, su soberanía ni sus intereses nacionales”.
En relación a Polonia, además, Putin recordó que “los territorios occidentales de la actual Polonia fueron un regalo de Stalin a los polacos”. Según el mandatario, “fue gracias a la Unión Soviética, gracias a la posición de Stalin, que Polonia ganó tierras considerables en el oeste”.