La Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) anunció meses atrás como objetivo la igualdad de condiciones entre el Mundial masculino y el femenino. Más allá que la inminente cita mundialista de la disciplina femenina recibió una importante inyección económica, aún queda mucho camino por recorrer.
En lo que a premios respecta, el ente organizador estableció que se repartirán 150 millones de dólares entre los 32 países participantes. Además, el evento vendió hasta el momento más de un millón de tickets, y está cerca de superar su propio récord de entradas vendidas, sin siquiera haber iniciado. La demanda del público es muy alta.
Estas cifras marcan un enorme avance en la industria del fútbol femenino, pero durante las últimas horas la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (FIFPRO) dio a conocer un informe sin precedentes. El mismo apunta a las dificultades que atravesaron las futbolistas durante la etapa de clasificación al Mundial de Fútbol Femenino, que se disputará entre el 20 de julio y 20 de agosto en Australia y Nueva Zelanda.
Cabe destacar que es el primer informe de estas características en la historia de la disciplina, y tanto su confección como recopilación de datos llevó dos años de trabajo. Allí se resalta la importancia de mejorar las condiciones en los torneos de las confederaciones, por ejemplo la Copa América en lo que a la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) se refiere.
Números preocupantes
Tras encuestar a 362 jugadoras de forma anónima, que integran las 6 confederaciones divididas por continentes, FIFPRO concluyó que, durante la fase de clasificación a la Copa del Mundo, las condiciones a las que se exponen las jugadoras no están a la altura de los estándares del fútbol internacional de élite.
Para lograr un mejor contexto, es posible tomar como referencia la disputa de la Copa América Femenina el año pasado. En tierras colombianas, Brasil goleó 4-0 a Argentina, 6-0 a Perú, 3-0 a Uruguay y 4-0 a Venezuela. Más allá de que las brasileñas cuentan con un talento indiscutible, al observar los detalles en la preparación es donde se explica la abultada diferencia con el resto de sus rivales mencionados.
Allí es donde FIFPRO puso el foco, y recopiló estadísticas que encienden las alarmas. En primer lugar, entre las futbolistas que compitieron en los campeonatos de confederaciones en 2022, solo el 40% se consideraba futbolista profesional. El 35% se identificó como aficionadas, el 16% semiprofesional, y el 9% no tenía seguridad acerca de su estatus.
Asimismo, el 29% de las protagonistas manifestó no recibir ningún pago por parte de su selección nacional. El 39% no tuvo acceso a apoyo para la salud mental. El 54% no contó con un examen médico previo al torneo. Y por si fuera poco, el 70% de las futbolistas no recibió un electrocardiograma previo a la competencia.
Otro aspecto a tener en cuenta es que muchas jugadoras, al no contar con la posibilidad de dedicarse de forma profesional a esta actividad, necesitan de otros trabajos para subsistir. En este sentido, el 66% de las futbolistas informó haber solicitado un permiso (retribuido o no) en su segundo empleo a fin de participar con sus selecciones.
El camino a seguir
FIFPRO afirma que deben establecerse e implementarse estándares globales para las condiciones de las jugadoras en torneos internacionales. Para lograr esto, se propone un enfoque colaborativo que involucre a la FIFA, las confederaciones y los sindicatos de jugadores. Además, se destaca la necesidad de que las competiciones clasificatorias sean procesos independientes con un marco regulador más completo.
Tal como se mencionó, se experimentaron muchos avances durante el último tiempo y el progreso es notorio. Por ejemplo, las 736 futbolistas que competirán en la Copa del Mundo recibirán 30.000 dólares por parte de la FIFA. En caso de avanzar a octavos de final, el monto se duplicará. Sin embargo, queda mucho por mejorar. Aquí se puede consultar el informe completo de FIFPRO.