La biotecnología argentina está en continuo crecimiento, y ocupa un rol cada vez más destacado en la ciencia internacional. Así lo demostró el biólogo Federico Ariel, quien recibió el Premio Internacional Unesco-AI Fozan para la Promoción de Jóvenes Científicos en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM).
La distinción se debió a su trabajo sobre el papel que desempeña el ARN (material genético) en las plantas. Su objetivo fue desarrollar una tecnología que permita reemplazar a los pesticidas sintéticos, algo que aún no existe en el mercado.
El premio fue establecido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 2021 en asociación con la Fundación Al-Fozan en Arabia Saudita. La ceremonia de esta primera edición se llevó a cabo en París, Francia.
Otres galardonades fueron Abdon Atangana, de Camerún; Qiaomei Fu de China; Hesham Omran de Egipto; y Jelena Vladic de Serbia. Al concurso se presentaron más de 2.500 candidaturas y les ganadores obtuvieron 50 mil dólares y una medalla cada une.
Doctor en Ciencias Biológicas, Federico Ariel tiene 40 años y es investigador del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (Conicet-UNL). Unió los desarrollos científicos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), la Universidad Nacional del Litoral y el Programa “Ciencia y Tecnología contra el Hambre” del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Todo eso hizo posible transformar la ciencia en tecnología aplicada a la agricultura sustentable.
Biotecnología para reemplazar pesticidas
Dentro de sus logros se encuentra el desarrollo de una plataforma para controlar la expresión génica en plantas y en patógenos. Se trata de la startup APOLO Biotech, que cuenta con el respaldo del CONICET. Su lema es “hacer que las plantas sean más inteligentes utilizando tecnologías basadas en ARN”. Esto podrá proteger los cultivos de las plagas y ayudarlos a resistir las olas de calor de una forma no transgénica, porque no altera el genoma de los cultivos.
Hasta ahora, el control y manejo de las enfermedades de los cultivos se basó en la aplicación de pesticidas sintéticos. Esto trajo como consecuencia daños ambientales, el resurgimiento de la población de plagas y el desarrollo de resistencia. También los riesgos potenciales para la salud de agricultores, poblaciones rurales y consumidores.
Por ejemplo, en el caso de los fungicidas, que son de amplio espectro, matan a hongos patógenos pero también a los buenos. Cuando se usa un insecticida para exterminar la mosca de la fruta, mata también a las abejas, que son polinizadores muy necesarios para la estabilidad del ecosistema.
“Lo que hacemos es mostrarle a los cultivos un segmento del genoma del patógeno en manera de ARN, para que la planta lo reconozca y pueda desarrollar defensas específicas, lo que bloquea las infecciones”, explicó el Dr. Ariel ante la agencia de noticias Télam.
Su propuesta busca reemplazar los pesticidas químicos sintéticos por soluciones basadas en ARN, que son respetuosas del ambiente y la salud humana. El especialista expresó que esto marca “un cambio de paradigma en la producción de alimentos en la Argentina y en el mundo”.
Desarrollo de tecnologías basadas en ARN
La investigación del Dr. Ariel se basó en el estudio del ARN largo no codificante en las plantas, esto es, en parte de su material genético. El desarrollo de tecnologías basadas en este ácido avanza en distintas áreas, como por el ejemplo en una de las vacunas contra el COVID-19. En este caso, se busca poder reemplazar a los pesticidas sintéticos que causan gran daño en el ambiente y en la salud
Su investigación “sentó las bases para el uso de ARN para entregar información a las plantas utilizando un enfoque que evita el recurso a los organismos genéticamente modificados (OGM)”, explicó la UNESCO en su sitio oficial.
En su trabajo, Ariel “diseña moléculas especiales de ARN que actúan como sustancias naturales exógenas para ayudar a las plantas a adaptarse al estrés ambiental y resistir a los patógenos dañinos, reduciendo así la necesidad de pesticidas sintéticos”. Estas moléculas se destacan por su versatilidad, inocuidad y especificidad.