El 31 de mayo de 1950 se inauguró la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), creada por el Decreto 10.936 firmado por el entonces presidente Juan Domingo Perón. En conmemoración a este acto, se celebra el Día de la Energía Atómica.
Esta entidad estatal fue pionera en el desarrollo nuclear del país con fines pacíficos y seguros. En la actualidad, la CNEA continúa siendo un referente mundial en la materia. Dentro de sus proyectos de vanguardia se encuentran el reactor CAREM, que produce energía eléctrica.
Se espera que pueda abastecer a zonas alejadas de los grandes centros urbanos o polos industriales. También el reactor RA-10 con el que Argentina se posicionará como uno de los principales exportadores de radioisótopos.
Su uso principal es el diagnóstico y tratamiento de diversas enfermedades. Por su parte, el Centro Argentino de Protonterapia será el primero en Latinoamérica para el tratamiento del cáncer.
Pero no todo es energía atómica o nuclear, aunque lleve ese nombre. Nota al Pie dialogó con la Dra. Analía Moreno, ingeniera química que realizó su doctorado en el Departamento de Energía Solar, donde actualmente continúa trabajando.
Moreno ingresó a la CNEA en el año 2015, a partir de una beca de doctorado, seguida por una de finalización. En 2022, luego de recibirse, comenzó a formar parte de la planta permanente.
Esto fue a través del programa “Fortalecimiento de la ciencia”, del Ministerio de Ciencia y Tecnología, creado para cubrir puestos en organismos del Estado por profesionales que se hayan formado en las diferentes disciplinas que se requerían.
Dentro de los hitos más importantes en estos 40 años del Departamento de Energía Solar, destacó “haber trabajado con el satélite SAC-D en colaboración con la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos)”. También ponderó “la integración de los paneles solares para los satélites SAOCOM 1A y 1B”.
En 2020 se fabricaron unos sensores de posición. Estos sensores solares gruesos, que sirven para el control de altitud de los satélites, se realizaron en pandemia y se exportaron junto a INVAP para el mercado europeo. La entrevistada destacó ese desarrollo: “Fue la primera exportación argentina en material de vuelo. Y esperemos que haya muchos hitos más”.
Hacia una matriz energética combinada
En cuanto al desarrollo de la energía solar dentro de un organismo dedicado a la energía atómica, puede decirse que a la Comisión Nacional de Energía Atómica le queda solo el nombre específico.
“Si bien hay un montón de desarrollo en energía nuclear, tanto de investigación básica como aplicada, y todo lo que esté relacionado con ella, también hay mucho desarrollo de otros tipos de tecnologías, como es la energía solar, que no tienen que ver con lo nuclear”, explicó la Dra. Moreno.
Conocidos como “los no nucleares de la Comisión Nacional”, además de la solar “hay desarrollo de nanotecnología. La Dra Moreno también dio cuenta sobre la “investigación de nanomateriales, que hoy por hoy es la parte que está en auge con un montón de investigaciones científicas”.
“Además, está la gente de la antena radar”, informó. “Todos llevan adelante investigaciones muy importantes, y aunque sean de diferentes ámbitos, todos tienen la misma relevancia”, agregó.
Respecto a las diferencias entre ambas energías, no se puede decir que la energía solar sea mejor por ser renovable. “Ambas energías son complementarias. Lo que se plantea es tener una matriz energética que esté compuesta tanto por energías renovables como no renovables. No se trata de que una sustituya a la otra, sino que puedan complementarse”, aclaró.
Más mujeres en las llamadas “ciencias duras”
En cuanto al género, todavía hay un porcentaje más alto de hombres que de mujeres dentro de la CNEA. “Debe pasar en todos los centros de investigación y tecnología, más que nada por el tipo de ciencia. Vengo de una formación de grado de ingeniería y siempre en las carreras basadas en ciencias más duras hay esa diferenciación entre mujeres y varones, donde siempre hubo más matrículas de hombres”, comentó.
Aunque indicó también que “a medida que pasa el tiempo esto va cambiando. Más mujeres se suman a estudiar ciencias duras o se ven atraídas por estos temas, lo que lleva a que esto vaya cambiando, pero todavía queda mucho”.
“Considero que la CNEA no es un caso aislado, sino que va de la mano de este mismo movimiento de que las mujeres nos animemos a ser más partícipes en cuestiones tecnológicas y aumentar así la matrícula”, amplió.
Así lo ve reflejado en la Escuela de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), donde es docente. Allí nota que “si bien la matrícula siempre es un poquito mayor en varones, a medida que pasan los años las mujeres van ganando terreno”.