El pasado martes 25 de abril se vivió una nueva jornada de alza en la cotización del tipo de cambio, en el que el dólar blue o paralelo cerró a $495, con un aumento de $33 en sólo 24 horas. Por su parte, los tipos de cambio como el dólar MEP (Mercado Electrónico de Pagos) y el “contado con liquidación” también alcanzaron nuevos picos.
Para dirimir medidas urgentes frente a esta situación, el presidente Alberto Fernández se reunió con el titular del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Miguel Pesce.
No obstante, trascendió que el ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa, fue quien intervino en las decisiones del Banco Central y compró bonos al mercado con recursos de las reservas para contener la corrida cambiaria. Esta medida está prohibida por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En este sentido, el ministro declaró a través de sus redes sociales que el FMI fue notificado sobre “las restricciones que pesaban sobre la Argentina” y en consecuencia, el equipo económico viajará a Estados Unidos para rediscutir el Programa.
Nota al Pie analiza cuál es el contexto económico que lleva al aumento exponencial del dólar “ilegal”, las operaciones que hay detrás, el impacto en la inflación y en los salarios, y cuáles son las medidas necesarias para brindar estabilidad económica.
¿Qué hay detrás de la corrida cambiaria?
El economista y director del Instituto de Investigación Social Económica y Política Ciudadana (ISEPCi), Isaac Rudnik, dialogó con Nota al Pie al respecto.
Rudnik explicó que una de las principales causas de esta situación es “la disminución de las divisas que deberían entrar al país por exportaciones. Ya hay mucho menos de la que a esta altura debiera haber entrado y todas las proyecciones sostienen que va a haber una merma de unos 20 mil millones de dólares de ingresos de divisas al país con las consiguiente merma en la recaudación fiscal por las retenciones”.
En este contexto, agregó: “Se desarrolla lo que yo diría un golpe de mercado, porque por diversas maniobras especulativas se llevan los dólares paralelos a valores que no se corresponden con ninguna condición objetiva”.
“Están especulando mediante esta corrida cambiaria con que el gobierno deba devaluar y si esto ocurre, los principales beneficiarios son los sectores exportadores que van a cobrar muchos más pesos por cada dólar que exportan”, declaró el economista.
Sobre el impacto del aumento del tipo de cambio en los precios, el entrevistado observó que “se aceleraron los aumentos de todos los precios de la economía y en particular los precios de las canastas básicas. Claramente no hay una contraprestación de incrementos de la remuneraciones como salario, jubilaciones y asignaciones sociales”.
Sobre este punto, Marcelo Ramal, dirigente de Política Obrera, sostuvo que “en los últimos tres años, se ha financiado, desde el Estado y desde el gobierno, una de las mayores fugas de capitales de la historia argentina. Los que gobiernan le han pavimentado el camino a los apóstoles de la dolarización”.
“La devaluación es, esencialmente, una confiscación contra el mundo del trabajo. Mientras se dolarizan los precios y beneficios, los salarios y jubilaciones se pesifican”, agregó Ramal.
Por su parte, el economista y coordinador del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas, Claudio Lozano, diagnosticó en sus redes sociales que “el sobre cumplimiento de las metas absurdas de un FMI que promovieron un verdadero shock inflacionario y las concesiones de los falazmente presentados como Programas de Incremento Exportador son la concesión y el premio a los que especulan con la venta, exportación y liquidación de las divisas procedentes de la principal fuente de divisas del país”.
¿Qué medidas se deben llevar a cabo para lograr la estabilidad económica?
Al respecto, Isaac Rudnik expresó que el gobierno debe “fijar un tipo de cambio a un nivel razonable y congelarlo, prohibir la continuidad de la fuga de divisas al exterior y congelar los precios de los productos de la canasta básica de alimentos, que es un reclamo que venimos haciendo desde hace bastante tiempo (desde el espacio político de Libres del Sur)”.
En el caso de Ramal, el ex legislador explicó que «los bonos en dólares sustraídos al ANSES están siendo rematados, acrecentando la deuda privada a tasas exorbitantes. Un gobierno de trabajadores interrumpe de inmediato ese vaciamiento, repudiando la deuda usuraria, centralizando los recursos del comercio exterior y de la banca bajo una dirección y un plan único, que responda al interés de la mayoría que vive de su trabajo».
Por otro lado, Lozano enumeró una serie de medidas esenciales, que consisten en “cancelar el acuerdo con el FMI, decretar la Emergencia Cambiaria para reforzar el control sobre el mercado de divisas, aplicar de manera agravada la ley penal cambiaria para penalizar los comportamientos especulativos, suspender los pagos al FMI y poner en marcha un Programa Popular Antiinflacionario”.
Este último pretende congelar “los precios de la economía en el marco de una recuperación de los ingresos de trabajadores, jubilados y trabajadores de la economía informal”.