Julio César Grassi, el sacerdote condenado por abuso sexual a un menor, podría recibir el beneficio de la libertad condicional a partir de mayo. Hasta el momento, el creador de la Fundación Felices los Niños cumple su condena en el pabellón N°6 de la Unidad Penitenciaria N°41 de Campana.
Grassi está detenido desde 2013, cuando fue condenado a 15 años de prisión, por lo que en los próximos días cumplirá con dos tercios de su condena. Durante la pandemia se supo que se recibió de abogado en la cárcel y que continúa estudiando.
Las razones por las que podría salir en libertad
En mayo, Grassi cumplirá una década en prisión; es decir, dos tercios de su condena. El Código Penal establece que les detenides puedan solicitar salidas si cumplen con este porcentaje. Bajo este beneficio, su abogado pretende pedir la libertad del sacerdote.
Cabe mencionar que desde 2017, la ley establece que este beneficio no se otorgue a las personas condenadas por delitos contra la integridad sexual. Sin embargo, la modificación al Código Penal no se aplica en el caso de Grassi, debido a que el sacerdote recibió la condena con anterioridad.
La condena
El cura fue condenado a 15 años de prisión por el Tribunal en lo Criminal N° 1 de Morón el 10 de junio de 2009. Allí se lo encontró culpable por el delito de abuso sexual agravado por resultar sacerdote, encargado de la educación y de la guarda del menor víctima.
Por otro lado, Grassi también fue condenado a dos años de prisión por haber utilizado donaciones de la ex fundación Felices los Niños en beneficio propio. En la actualidad, la organización permanece cerrada y los terrenos pertenecen al Obispado de Morón.
La condena por abuso sexual al sacerdote de 66 años, que en principio regía hasta el 7 de agosto de 2026, fue extendida hasta el 30 de mayo de 2028 tras una apelación presentada por la querella a raíz del mal cálculo de la pena y la inaplicabilidad del beneficio del llamado “dos por uno”.
El recurso de apelación a la condena inicial de Grassi fue presentado ante la Cámara de Apelaciones de Morón, que dio lugar a la petición y ordenó extender la condena hasta el 30 de mayo de 2028. De esta manera, los 15 años por los cuales el sacerdote fue condenado comenzaron a regir en 2013.
Las denuncias contra Grassi
En 1991 se presentó la primera causa contra Grassi ante el Juzgado de Menores de Mercedes, a cargo del juez Julio Cámpora, por presuntos casos de pedofilia en la fundación, pero la investigación nunca avanzó. Del mismo modo, en el año 2000 fue denunciado a través de una carta anónima por diferentes casos de abuso sexual.
Sin embargo, recién se comenzó a investigar y se solicitó su detención en 2002, cuando las denuncias se dieron a conocer en un informe llamado “Con los chicos no”, dentro del noticiero de Canal 13, Telenoche Investiga. Allí, tres testigos revelaron cómo fueron abusados cuando eran menores de edad.
Si bien Grassi desmintió las acusaciones en Canal 9, después se dio a la fuga. En 2009 fue encontrado culpable de haber abusado y corrompido a “Gabriel”, nombre ficticio para proteger su identidad.
En ese mismo proceso fue absuelto por otros 15 delitos, donde la Justicia consideró que “no había prueba suficiente”. Cabe mencionar que, pese a la gravedad del delito, Grassi estuvo con libertad vigilada hasta que en 2013 quedó firme la sentencia.
Hablar en contra de la iglesia
Miriam Lewin, la periodista que investigó el caso y actual defensora del público, habló con Télam sobre lo que implicó su denuncia. “Cuando se publicó la investigación empezaron las represalias de varios medios afines a Grassi como Ámbito Financiero o Canal 9”, recordó. En ese sentido, agregó: “Hubo un intento masivo de desacreditarme, muy pocos nos creyeron”.
En varias notas, Lewin contó que “todo surgió porque un colega del Diario de Morón me contó que había una denuncia por abuso contra Grassi que estaba cajoneada”. Además, comenzaron a recibir llamados al programa “de personas que decían ser testigos de abusos sexuales realizados por el padre”, y recordó: “La figura de Grassi era impoluta en ese momento”.
Más allá de las múltiples denuncias, Grassi solo fue condenado por el caso de Gabriel. La víctima detalló: “Estábamos hablando y me pidió que me siente en su falda. Me senté y empezó a tocarme la pierna y atinó a subir. Quise zafar. Después me dijo que no se lo dijera a nadie, que era algo normal, que los hombres se tenían que conocer, y que como yo no había tenido un padre a mi lado él me iba a explicar las cosas de la vida”.
Otro testimonio clave para la Justicia fue el de Betty, quien trabajaba como panadera en la casa central de la fundación. A pesar de recibir insultos y varias amenazas, durante el juicio ella relató lo que muches de les niñes le contaban ya que la tomaban como una confidente.