El ministro de Defensa de la Nación, Jorge Taiana, recibió esta semana la visita de dos comitivas chinas con el objetivo de profundizar la cooperación para la industria de Defensa con el gigante asiático. A su vez, el 17 de abril se reunirá con Laura Richardson, jefa del Comando Sur de los Estados Unidos.
En este marco, Nota al Pie repasa los acuerdos del Estado Nacional con ambas superpotencias en un escenario de crisis internacional, y analiza la posibilidad de construir una estrategia soberana de Defensa.
Reunión entre China y Argentina
El lunes pasado, funcionarios de Defensa recibieron en el edificio Libertador a una comitiva de la Administración Estatal para la Ciencia, la Tecnología y la Industria de la Defensa Nacional de China (SASTIND). Su subadministrador, Zhan Bin Xu, coincidió con Taiana en la necesidad de profundizar la cooperación sino-argentina en la industria de Defensa y sistemas de armas.
El SASTIND es un Ministerio civil encuadrado dentro del Consejo de Estado chino que nuclea a empresas del sector productivo. Su función es la de orientarlas al desarrollo del complejo científico-tecnológico nacional.
En la reunión se expresó la consolidación de acuerdos económicos entre ambos países, fundamentalmente en el sector minero y el alimenticio. Por un lado, esta semana se concretaron inversiones del proyecto minero “Tres Quebradas”, en la provincia de Catamarca, por 700 millones de dólares.
Por otro lado, se ratificó la interrupción de la suspensión de 31 establecimientos pesqueros argentinos que habían sido rechazados por aduanas chinas. A propósito de ambas situaciones, China no solo es el principal destino exportador del litio de la Puna argentina, sino que también es el segundo destino comercial en productos marinos detrás de la Unión Europea (UE).
Sin embargo, el trazo grueso del encuentro pasó por el debate sobre la compra de unidades para la Fuerza Aérea Argentina. El lunes conversaron sobre la posibilidad de incorporar la flota de aviones de combate JF-17 Thunder para reemplazar el sistema de armas Mirage.
En tanto, el jefe de la Fuerza Aérea, brigadier general, Xavier Isaac, se reunió ayer con autoridades de China National Aero-Technology Import 5 Export Corporation (CATIC) para negociar la selección de un futuro caza supersónico, que podría ser el Chengdu FC-1 Xiaolong.
La estrategia de atrincheramiento en el “Patio Trasero”
Asimismo, Taiana recibirá el próximo lunes 17 a la jefa del Comando Sur del Pentágono, la Generala Laura Richardson. Esta unidad con sede en Miami controla las bases de Estados Unidos en América Latina A su vez, proporciona entrenamiento, inteligencia y coordinación militar a todas las fuerzas armadas regionales bajo las recomendaciones del Departamento de Estado.
Richardson viene desarrollando una presencia pública notable los últimos meses, a partir de declaraciones polémicas sobre el propósito norteamericano en la región.
“Tenemos mucho que hacer. Esta región importa, tiene mucho que ver con la seguridad nacional y tenemos que intensificar nuestro juego”, expuso en una reciente entrevista.
La visita de la generala se encuadra en el mismo sendero que la reunión que mantuvieron Alberto Fernández y Joe Biden a principios de mes en Washington. En esa instancia, el Departamento de Estado realizó una cuádruple demanda al mandatario nacional. El freno del desarrollo nuclear de Atucha y las licitaciones china sobre el litio y la tecnología 5G; la revisión de la administración de la hidrovía; y el veto para la compra de aviones militares.
Entre los objetivos de Richardson se encuentran la concreción de negocios sobre el litio, el petróleo y el agua dulce, entre otros recursos estratégicos. Además, impedir la compra de aviones militares a China para la defensa del espacio aéreo nacional.
En definitiva, la estrategia del Comando Sur se enmarca en la necesidad de fortalecer sus posiciones sobre el Cono Sur. La lenta pero clara retirada del Unipolarismo Financiero sobre el ordenamiento de los asuntos internacionales reorganizó su estrategia geopolítica. En efecto, el atrincheramiento geoestratégico sobre -lo que consideran- su “Patio Trasero” les permitirá sostener un eje de enfrentamiento con el Multipolarismo Pluriversal -en franco ascenso- en condiciones favorables.
Hacia una soberanía de la Defensa Nacional
En un contexto de crisis internacional el Estado analiza su estrategia de Defensa. En la actualidad, el mundo está signado por el retroceso geopolítico del Unipolarismo Financiero anglosajón, en su confrontación con el Multipolarismo Pluriversal euroasiático.
A la llegada de Richardson se suma la reunión bilateral entre Biden y Fernández, la visita de congresistas norteamericanos la semana pasada con Taiana, el encuentro del lunes con SASTIND y el de ayer con CATIC. La dinámica de la crisis internacional se acelera y el plano de la Defensa comprende aristas fundamentales del enfrentamiento.
En un principio, los primeros dos encuentros indicaron una presunta subordinación argentina ante los intereses unipolares norteamericanos en el plano económico y militar aunque sea en lo discursivo. De todos modos, la concreción esta semana con las delegaciones chinas expresaron la consolidación de acuerdos pre existentes y la aceleración de otros en el plano de la Defensa.
En esta serie de hechos asoma la estrategia del Estado Nacional: desarticular la subordinación con Estados Unidos a partir del nucleamiento con China, pero sin confrontar con Washington en lo diplomático.
Aún así, resta el desafío de reducir la dependencia de cualquier factor externo para el desarrollo de una estrategia de soberanía nacional. En ese marco, el complejo de Defensa se sustenta en varios objetivos: la dinamización del mercado interno; el robustecimiento del sistema científico-tecnológico; el fortalecimiento de la presencia en el Atlántico Sur y la protección de los recursos naturales y cadenas de suministro estratégicas.
En lo financiero el gobierno nacional no se desprende de la dependencia del FMI y tampoco logró romper el veto británico para la compra de sistema de armas sin su permiso, situación que legitima Estados Unidos. Mientras tanto, en el Atlántico Sur, China ratifica la defensa del reclamo soberano sobre las Islas Malvinas.
La confrontación internacional en distintos niveles presenta oportunidades para que Argentina construya condiciones de autonomía y logre diseñar una geopolítica soberana que no dependa de ningún factor externo.