Este mes, Panini Manga ha apostado a un nuevo título en su catálogo. Se trata de Yuki Urushibara, una obra que llega a Argentina para conquistar y reconquistar corazones, pero ¿qué es Mushishi?
Al leer la sinopsis, las y los lectores pueden quedar desconcertades. No hay una descripción real de lo que va la trama en sí. La descripción de los mushis (protagonistas junto a Ginko) es algo críptica. Lo que se deja claro, es que se trata de criaturas sobrenaturales.
Todo comenzó con “La Luz de los Párpados”, una historia corta que la autora Yuki Urushibara envió a un concurso. El relato fue premiado, y en 1999 comenzaría la serialización, en la Afternoon Season Zökan. En 2022, esta continuaría en la Monthly Afternoon. Luego de su final, en 2008, Kodansha recopiló la serie entera en 10 tomos Tanköbon.
Maestro del Mushi
En Japón “Mushi” significa “insecto”. Si tomamos a estos como entes parasitarios, y sumamos un aspecto sobrenatural, llegamos a Mushishi. Ginko es un Maestro del Mushi que deambula por las tierras niponas, atraído por estas entidades. Dichos seres, en su mayoría parasitarios, están atrapados entre dos planos y suelen traer aparejados problemas de diversos tipos.
Ginko llegará para ofrecer, siempre y cuando no sea demasiado tarde, una cura para las afecciones causadas por los mushis. Desde un niño que no para de oír ruido cuando su pueblo se queda sordo, a un pantano viviente que absorbió a una chica, la variedad es infinita. De este modo, las historias del Maestro le llevarán a conocer todo tipo de gente, costumbres y eventos.
Cada historia es un mundo
La historia editorial de Mushishi comienza con la que, con la serialización, sería la cuarta historia. Esto es posible, ya que cada relato funciona por sí mismo, y no hay un hilo conductor más allá de la temática. Una forma interesante de trabajar para Yuki Urushibara, porque de esta forma, puede producir varias ideas en simultáneo y priorizar la que más le apetezca.
La Luz de los Párpados, que le valió el concurso y la serialización, es una historia que roza el horror. Una niña que de pronto comienza a sentir dolor al ver la luz, es encerrada por su familia en una cámara oscura. Cuando Ginko llega, es tarde para salvar los ojos de la pequeña, pero encuentra una solución. La clave de cada historia es el tipo de afección que sufren los personajes.
El primer tomo, comienza con “El Asiento Verde”, y es una historia que tiene que ver con fantasmas, y con el legado familiar. Se puede inferir que se eligió como el primer capítulo en la serialización, por su tinte nostálgico. El episodio sigue la vida de un niño que cuando dibuja con la mano izquierda, sus creaciones cobran vida. La abuela del muchacho lo ocultó del mundo, pero ella misma se negaba a abandonarlo.
Los Mushis de El Asiento Verde viven a través del niño, y su abuela es, en parte, una de estas criaturas. Este dato es lo que convierte el relato en una historia de sanación espiritual. Este sentimiento de reparo etéreo se va acentuando a medida que avanzamos en la lectura de las historias.
Tradición no tan folklórica
Yuki Urushibara ubica las historias sin un tiempo determinado, aunque hacia el final del primer tomo, confiesa que estarían entre las eras Meiji y Edo. Gracias a esta decisión autoral, la obra toma un aire tradicionalista, ya que se la ve como algo de época. Este efecto es interesante fuera de tierras niponas, ya que la temática de la obra se siente natural, como si perteneciese al folklore japonés; y no es así.
Los “bichos” que Urushibara crea, son fruto de su imaginación, una mitología propia que funciona en armonía con la naturaleza. Claro que la cultura japonesa tiene muchos aspectos que van empapando la obra, sin embargo, estas criaturas son producto de un storytelling muy bien ejecutado.
Llevando los insectos a la pantalla
Entre 2005 y 2006 se emitió una adaptación animada de 26 episodios, separada en dos tandas, a cargo del estudio Artland. Para el año 2006 se realizó también una película live action dirigida por el legendario Katsuhiro Otomo, la cual se estrenó en el Festival de Venecia. El éxito de la obra llevó a Mushishi incluso al formato videojuego, para la consola Nintendo DS.
En Argentina, Panini Manga licenció la obra que hace poco comenzó a distribuirse. Al momento de escribir esta nota, se encuentra a la venta el primer tomo de la colección.