La activista Justyna Wydrzyńska fue condenada en Varsovia, capital de Polonia, por acompañar un aborto. La sentencia generó el repudió de organizaciones a nivel mundial y puso en el centro del debate los peligros a los que se enfrentan las socorristas.
Justyna fue sentenciada a ocho meses de servicio comunitario. La mujer es una de las fundadoras del colectivo Aborto Dream Team, que lucha contra la estigmatización del aborto y facilita información basada en evidencias científicas.
Este se trata del primer caso en Europa en el que una activista es enjuiciada por ayudar a una mujer a acceder a un aborto sin riesgos. Para muchas organizaciones feministas, la presentación de cargos en su contra obedece al deseo de castigar su militancia.
Su condena ha sido criticada por diferentes organizaciones, muchas de las cuales se enfrentan a situaciones similares. “La condena de Justyna Wydrzyńska es un ejemplo más de cómo la lucha por los derechos (no) reproductivos y la justicia sigue siendo una batalla constante en Polonia y en todo el mundo”, expusieron desde Socorristas en Red.
El proceso
Durante la pandemia, en 2020, una mujer polaca quiso acceder a un aborto, pero su marido, a quien acusó de violento, lo impidió. Tras el intento fallido, se contactó con Aborto Dream Team para acceder a informacion sobre cómo interrumpir un embarazo en su casa.
Allí conoció a Justyna, quien la asesoró y ayudó a conseguir los medicamentos. En noviembre del 2021 la activista fue acusada de “ayudar a un aborto” y de “posesión de medicamentos sin autorización con el fin de introducirlos en el mercado”.
El 8 de abril de 2022 tuvo lugar la primera audiencia del juicio en ese país. “Tengo un nudo en la garganta y estoy nerviosa pero, ¿quién no lo estaría? Es la primera vez que me siento en el banquillo de los acusados”, escribió Justyna en una carta el día que comenzaba el proceso en su contra.
Cabe mencionar que el juicio contra Justyna se había aplazado en cinco ocasiones; la última, el 6 de febrero, cuando el Tribunal de Distrito de Varsovia fijó el 14 de marzo como nueva fecha. Por su parte, la sentencia se dio antes de lo previsto, ya que se esperaba para el 27 de marzo.
¿Cuál es la situación de las mujeres en Polonia?
Polonia es uno de los países de Europa con la ley más restrictiva en torno al aborto: sólo está permitido en casos de violación, incesto o cuando corre peligro la vida de la persona embarazada.
Según Amnistía Internacional, entre enero de 2021 y enero de 2022, más de 32 mil personas de Polonia se pusieron en contacto con Aborto Sin Fronteras y más de 1.500 recibieron ayuda de la organización para viajar al extranjero a abortar.
A su vez, la situación en en el país es cada vez más crítica para les gestantes. En 2020, el gobierno polaco prohibió el acceso a abortos por malformaciones fetales, lo que llevó a una serie de protestas y movilizaciones.
La persecución en nuestro país
Los abortos y los acompañamientos existen desde antes de la legalizacion del abroto y seguirán existiendo. En este sentido, la criminalización está presente también en países donde las leyes permiten interrumpir un embarazo.
En Argentina, donde existe la Ley 27.610 de Interrupción Voluntaria del Embarazo, la médica Miranda Ruiz enfrentó una investigación penal por haber garantizado un aborto legal.
Desde agosto de 2021, la especialista en salud enfrentó un proceso penal por haber garantizado una interrupción bajo el amparo de la ley. La práctica había sido solicitada por una persona adulta que prestó su consentimiento, y la intervención fue acompañada por un equipo interdisciplinario.
Sin embargo, la médica habia sido imputada, e incluso detenida por algunas horas en Salta por el delito de «aborto sin consentimiento». En septiembre del año pasado fue sobreseída por el juez Luciano Martini.
Algo similar ocurrió en diciembre pasado cuando cuatro socorristas cordobesas fueron detenidas por acompañar un aborto. Dos de ellas acusadas de hacer “ejercicio ilegal de la medicina” y otras dos profesionales de la salud, acusadas por “encubrimiento” al acompañar un “aborto clandestino”. Gracias al accionar de las organizaciones feministas las cuatro acusadas quedaron en libertad días después.