Este miércoles en el marco del Día Internacional de la Mujer se realizará la obra La Trinidad, dirigida por Marianella Morena. En una única función va a relatar parte de la historia de Trinidad Guevara, una actriz uruguaya que se rebeló sin miedo frente a los paradigmas sociales, culturales, familiares y escénicos de la época.
Se realizará a las 20 horas en el Teatro Caras y Caretas ubicado en Sarmiento 2037, CABA. Las entradas están a la venta y se pueden adquirir en la página de Alternativa Teatral.
En este marco, Nota al Pie dialogó con Cecilia Cósero, la actriz que interpretará a Guevera.
¿Cómo es encarnar a una mujer del siglo XIX y traerla a nuestra época?
Es un honor hacerle este homenaje a Trinidad Guevara porque, como decís, es una mujer del siglo XIX que en ese momento hizo muchas cosas que serían transgresoras en esta época. Nosotras con Marianela comenzamos a trabajar con Trinidad a través de Prestamos tu cuerpo y tu voz.
Después de estudiar mucho su vida, Marianela sacó las cosas que nos llamaban la atención y sentíamos que era importante que se conocieran de ella. Por supuesto, también hay ficción.
Hay una anécdota de ella que hizo que le prestemos atención. Cuando Trinidad tenía 16 años estaba embarazada y no le pagaban el sueldo en Casa de Comedias de Montevideo, eso llevó a que tomara las sillas como forma de pago. Era una mujer de armas tomar, por eso creo que en está época ella también saldría a luchar por todos los derechos que faltan conquistar y por los derechos que tenemos pero no se respetan.
La obra se va a realizar un día muy especial como lo es el 8M, ¿cómo te sentís al respecto?
Muy bien, me parece que es un día de lucha, esto ya es así desde hace un par de años. Ya no queda en el feliz día, ahora se ha tomado conciencia sobre el 8M. Se usa para visibilizar la lucha sobre los derechos.
Mi forma de lucha se hace presente muchas veces en las obras que elijo para hacer. Traer la voz de Trinidad Guevara a este Buenos Aires del 2023 es una es mi forma también de militar esa lucha.
¿Cuándo consideras que la mujer fue más aceptada en el mundo teatral y dejó de ser prejuzgada?
Hay una historia de ella con Castañeda, que era un cura de Buenos Aires que tenía un diario donde comienza a publicar esto que me preguntas: que Trinidad era una prostituta porque era madre soltera y actriz. Por eso terminan por sacarla del elenco y ponen otra actriz.
En un momento, cuando ella va a ver la obra, el público la aclamaba y pedía que Trinidad vuelva al escenario, ahí la volvieron a contratar. Dicen que Castañeda era escritor y que le presentó varias obras a Trinidad y que ella no quiso hacerlas. De ahí este resentimiento.
No sé en qué momento se dejó de tomar a la actriz como prostituta pero todavía hay un prejuicio. Pasa cuando hay un director o un productor que tenga un rango más alto que la actriz. Todavía sigue pasando que el rango lo hacen valer y abusan de eso.
En la sociedad también sucede cuando una mujer denuncia y se prejuzga como era el personaje o si es una mujer que hace teatro de revista.
¿Atravesaste situaciones machistas a lo largo de tu carrera?
Sí, me sucedió. Empecé a trabajar en Uruguay desde chica, tenía 20 o 21. Estaba en una obra en la que había un actor bastante más grande que me hizo vivir una situación muy incómoda.
Lo hablé en el momento con la directora, pero en ese momento uno no sentía que era un tema que le pasaba a otras y que lo podias comentar. Esto pasó hace 20 años, me escucharon y me dijeron “qué feo” pero no pasó nada.
Ahora si pudiera, le diría a esa chica de 20 que no siguiera trabajando con esa persona. No fue abuso, pero sí una situación muy incómoda.
¿Encontras distinciones entre Uruguay y Argentina en el ámbito teatral en materia de abuso?
Me pasa que hace 14 años que vivo acá, pero somos muy parecidos. Las feministas no son de ahora, estamos en el punto que llegamos por mujeres que luchan desde hace un montón, como Trinidad Guevara.
Últimamente pasó que la marea verde impulsó a América Latina o por lo menos a gran parte. En eso está la cuestión de que hay cosas que ya no tienen que pasar. Entre ellas, no está bien que un director te toque para marcar algo o que te exponga en algún ejercicio que se plantee.
En la actualidad acá está el “yo te creo” y es un gran respaldo. Nos ha cambiado la manera de pensar, porque uno también está atravesado por el pensamiento patriarcal en la cuestión de dudar de alguna mujer.
Ahora también está la Asociación Argentina de Actores y SAGAI. Hay donde ir a reclamar. Se tiene un protocolo de cuidado y cosas que se tienen que respetar. Incluso hay un cartel en los rodajes donde se establecen ciertos parámetros.