Si bien se deben proteger la piel y los ojos durante todo el año, hay que prestar mayor atención durante el verano, cuando los rayos solares son más fuertes. Además de los problemas cutáneos como el cáncer de piel, la radiación ultravioleta (UV) emitida por el sol puede causar grandes daños en la vista.
Por lo general, la exposición solar de los ojos provoca lagrimeo, irritación, sensación de arenilla y visión borrosa. Por ello, es necesario tomar medidas preventivas utilizando lágrimas artificiales varias veces al día y evitando la exposición a la radiación UV.
Cabe mencionar que hay quienes tienen mayor riesgo de sufrir daño ocular como consecuencia de la exposición a este tipo de radiación. Entre elles se encuentran les niñes, las personas con ojos claros, pacientes operados de cataratas, o quienes poseen una lente intraocular sin filtro UV. De igual manera ocurre con aquelles que pasan mucho tiempo al sol, ya sea por trabajo o porque realizan actividad física al aire libre.
Asimismo, ciertos medicamentos pueden producir mayor sensibilidad a la luz solar. Este es el caso de antibióticos como las tetraciclinas y las fluoroquinolonas, algunas píldoras con estrógenos, y medicamentos para el paludismo o la psoriasis.
Además, quienes usan camas solares tienen un altísimo riesgo, no sólo de daño ocular sino de cáncer de piel, ya que la radiación de las camas solares es hasta 100 veces la del sol.
Por todo esto, las campañas de prevención son de vital importancia. Las mismas generan cada vez más conciencia en las personas sobre el daño que puede producir la exposición solar, tanto en la piel como en los ojos. Sobre esto conversó Nota al Pie con la Dra. Irene Copati, médica oftalmóloga del Servicio de Oftalmología del Hospital Austral.
Los efectos perjudiciales del sol
El sol emite radiación ultravioleta (UV) de diferentes tipos como la UV-A, UV-B y UV-C. Estas dos últimas son filtradas por la capa de ozono casi en su totalidad, pero no sucede lo mismo con la radiación UV-A, que puede producir daños en distintas partes del ojo.
“En el cristalino produce que se ponga opaco, generando cataratas. En la mácula, que es la zona de mayor visión de la retina, puede generar maculopatías como la degeneración macular y la maculopatía solar, que suelen ser irreversibles y producen disminución de la visión permanente”, advirtió la Dra. Copati.
También por culpa de la exposición solar pueden desarrollarse tumores en la piel de los párpados. Dos problemas bastante frecuentes son la pterigión y la pinguécula. “El pterigión es un crecimiento de la conjuntiva que va avanzando sobre la córnea, suele ser muy sintomático produciendo ojo rojo y lagrimeo. La pinguécula también es un crecimiento de la conjuntiva, pero es como una pelotita al lado de la córnea”, explicó.
Otro problema que puede ocasionar la radiación es el fototraumatismo, que es una queratitis (inflamación de la córnea). Esta “lastima la superficie de la córnea por el reflejo de los rayos solares en la nieve, arena, agua o por el uso de lámparas con radiación UV”. Según la profesional, “es muy dolorosa y se acompaña de visión borrosa, lagrimeo y el ojo muy rojo”.
La Dra. Copati también resaltó que “cuando uno se expone al sol sin la protección adecuada, que además de anteojos de sol debe incluir protector solar en la piel y si es posible sombreros o gorros, se está exponiendo a todas estas consecuencias. Los días nublados también estamos expuestos a la radiación solar y por lo tanto tenemos que seguir cuidándonos”.
Cómo prevenir los daños oculares
Para prevenir las consecuencias negativas del sol en los ojos, la especialista sugiere reducir el tiempo de exposición solar. Para Copeti, particularmente hay que evitar exponerse “entre las 11.00 y las 16.00 horas, cuando los rayos inciden de manera más intensa. Otro de los consejos clave es nunca mirar directamente al sol”.
También recomienda usar en la cara protector con alto FPS (Factor de Protector Solar), junto con sombreros o viseras que protejan de la radiación. Además, los lentes de sol deben ser de buena calidad.
Para la profesional, la mejor protección es la prevención. “Quiero recalcar la importancia de no automedicarse y de consultar con un médico oftalmólogo ante cualquier duda. Muchas veces se usan colirios que terminan siendo contraproducentes o que no solucionan el problema. Los colirios con lágrimas, antiinflamatorios o antibióticos deben ser prescritos siempre por un médico oftalmólogo”, explicó.
El uso correcto de anteojos de sol
Es muy importante saber qué comprar a la hora de elegir anteojos de sol, ya que hay varios modelos, formatos y precios. Los anteojos de sol tienen básicamente dos funciones. “Por un lado, absorben la luz. Cuanto más oscura la lente, mayor absorción y por lo tanto se utilizan cuando uno va a estar expuesto a condiciones de mucha luminosidad, como actividades o deportes al aire libre”, mencionó Copati.
Por otro lado, poseen distintos filtros, como el filtro UV que “es específico para la radiación UV emitida por el sol”. Este “debe ser al menos del 99%, que son los cristales que tienen la leyenda UV400”, detalló. Es decir que “el anteojo más oscuro no asegura que el filtro UV sea mayor, sino que absorbe más luz que uno más claro”.
Para la doctora, lo importante es que los anteojos sean adquiridos en una óptica, así está asegurado que tanto los filtros como los cristales sean de buena calidad y que sean UV400 certificados. Otro detalle importante es la forma, ya que tienen que tener el tamaño suficiente como para cubrir los ojos también por los costados.
Respecto de si el uso de anteojos comunes pueden incidir de forma negativa en los ojos al exponerse al sol, la Dra. Copati afirmó que no. Estos anteojos “incluso pueden hacerse con filtros o fotocromáticos, que son los que se oscurecen con la luz, pero no son muy efectivos en disminuir la radiación que llega al ojo”, explicó.
“Algo que puede hacerse si una persona utiliza lentes para ver, es hacerse lentes de sol con aumento. Siempre deben ser recetados por el médico oftalmólogo según las características y necesidades de cada paciente”, informó.