Desde el 6 al 18 de noviembre se desarrolla la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático 2022, en Egipto. Más conocido como COP27, este encuentro es una nueva oportunidad para debatir acciones concretas frente a la crisis climática. En este sentido, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, presentó ayer un decálogo para revertir los daños causados por la emisión de gases de efecto invernadero.
Según el mandatario, superar la crisis implica dejar de consumir petróleo y carbón, lo que traería como consecuencia una transformación profunda de la economía. A su vez, esto ocasiona “una desvalorización de intereses poderosos en esa economía, un cambio de la economía mundial que no puede adelantar el liderazgo político de la humanidad. Por tanto, nos acercamos año tras año al final”, expresó en su discurso.
Además, señaló que el decálogo propuesto es “para enfrentar desde los gobiernos y desde la humanidad la crisis climática”. También advirtió que “las COPs ya no dan respuestas y el tiempo se agotó”. Para el presidente de Colombia, “las conferencias globales de gobiernos deben poner la política al mando para generar el plan global de desconexión de los hidrocarburos”. En esta misma línea, expresó: “La descarbonización es un cambio real y profundo del sistema económico que domina. Es la hora de la humanidad y no de los mercados”.
«Cada vez más consumimos petróleo, carbón y gas. Incluso los tiempos que tendríamos para planificar la solución los hemos destinado a la guerra, a la geopolítica del dominio de la humanidad y no a salvar la humanidad”, sostuvo.
El decálogo para frenar el cambio climático
Durante su presentación en la COP27, Petro mencionó las 10 propuestas para poder enfrentar y revertir las consecuencias de la crisis climática.
En primer lugar, convocó a la movilización de toda la humanidad para enfrentar la problemática. Durante su discurso, sentenció que de no revertirse los efectos climáticos, la extinción será el camino final. Además, consideró que el mercado y la acumulación de capital no contribuyen a paliar los efectos dramáticos que deja la crisis climática. “No son el mecanismo para superar la Crisis Climática”, acotó.
“Solo la planificación pública, global y multilateral permite pasar a una economía descarbonizada”, mencionó en otro de los puntos. En este sentido, enfatizó en que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) debe ser el escenario de dicha planificación. En cuarto lugar, destacó que “el rumbo será corregido por la política y la movilización humana, no por el mercado del carbón y del petróleo”. También, estimó que debe haber “un aporte mundial para salvar la Selva Amazónica”.
Como sexto punto, hizo hincapié en que “es hora de desvalorizar la economía de los hidrocarburos y valorizar las ramas de la economía descarbonizada”. En este sentido, aseveró: “la crisis climática sólo se supera si dejamos de consumir hidrocarburos. Es hora de desvalorizar la economía de los hidrocarburos con fechas definidas para su final y valorizar las ramas de la economía descarbonizada. La solución es un mundo sin petróleo y sin carbón”.
Por otra parte, cuestionó a la Organización Mundial del Comercio (OMC) y al Fondo Monetario Internacional (FMI). Consideró que sus tratados van en contra de la solución de la crisis climática y que deberían supeditarse a lo decidido en las COP. “Los tratados constituidos de la OMC y del FMI deben seguir los acuerdos de la COP y no al revés”, advirtió en otro de los ítems.
En esta última línea, propuso que el FMI inicie un “programa de cambio de deuda por inversión en la adaptación y mitigación del Cambio Climático en países en desarrollo”. En su punto 9, señaló que “la banca privada y multilateral del mundo debe dejar de financiar economías de hidrocarburos”. Por último, consideró que hay que “evitar la guerra e iniciar negociaciones de paz para no restarle tiempo de vida a la humanidad”.