El Gobierno Nacional del Frente de Todos no solo no encuentra el rumbo sino que debilita su arquitectura interna. A raíz de diferentes conflictos, en los últimos días renunciaron a sus cargos la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidades, Elizabeth Gómez Alcorta; el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, y el ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta. Alberto Fernández rearma un Gabinete en el que, desde el inicio de la gestión, sólo quedaron seis de les 21 funcionaries iniciales.
Asumieron Tolosa Paz, Mazzina y “Kelly” Olmos
El viernes pasado el Frente de Todos se desayunó la renuncia de tres ministres nacionales: Elizabeth Gómez Alcorta, Claudio Moroni y Juan Zabaleta. La ex titular de la cartera de Mujeres, Géneros y Diversidades dió un paso al costado disconforme por la gestión del conflicto que el gobierno nacional desplegó en Villa Mascardi.
“Con este hecho se ha transpuesto un límite”, declaró Gómez Alcorta en relación a la represión y la detención que las fuerzas federales realizaron sobre cuatro mujeres mapuches en la localidad de Río Negro.
En paralelo, la versión no oficial sobre la situación de Moroni indica que fue “por cuestiones de salud”, aunque es sabido que era muy cuestionado por la rama kirchnerista de la coalición y su desempeño de acuerdo al conflicto entre el Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino (SUTNA) y las patronales del sector fue decepcionante.
Por otro lado, en su carta de renuncia Zabaleta planteó que se corre para fortalecer su territorio, Hurlingham, donde volverá a ejercer la intendencia de cara a 2023. De todos modos, la conflictividad política entre organizaciones al interior de su Ministerio y el caos social manifestado en las calles detonó su salida.
Rápidamente el gobierno reorganizó los espacios y este lunes por la tarde se difundió un comunicado en relación a los cambios en el Gabinete nacional. “El presidente Alberto Fernández ha convocado a tres mujeres de diferentes edades, procedencia geográfica y amplia trayectoria en sus temas de referencia”, destaca la carta.
La platense Victoria Tolosa Paz asume al frente de Desarrollo Social; la joven puntana Ayelén Mazzina hará lo propio en el espacio que dejó vacante Gómez Alcorta; y la experimentada “Kelly” Olmos conducirá el Ministerio de Trabajo en reemplazo de Moroni. En síntesis, el presidente privilegió a figuras cercanas y particularmente mujeres.
Alberto pierde funcionaries propies pero decide sus reemplazantes
Las tres renuncias al compás debilitan al Frente de Todos pero particularmente al presidente. Ningune de los ministros salientes expresa linealmente ni a Cristina Fernández de Kirchner ni a Sergio Massa. Por lo cual, sus salidas comprometen el capital político de Alberto en específico.
Luego de la experiencia del paso al costado de Martín Guzmán a principios de junio, esta vez el mandatario no consultó ni a la vicepresidenta ni al ministro de Economía. En este sentido, emitió un mensaje distinto, en el que comunicó que si quienes se van son propies, él decidirá quién les reemplazará.
A diferencia de casos anteriores, les ministres salientes no renunciaron producto del enfrentamiento de fuerzas al interior de la coalición gobernante, sino por otras razones. Gómez Alcorta argumentó que se trataba de una cuestión ideológica; Zabaleta de un objetivo político propio; y Moroni de una cuestión de salud, aunque la situación gremial con les trabajadores del neumático lo puso en jaque de forma notable. De hecho, estos últimos dos habrían expresado que no coincidían con la dinámica política que el presidente le imprime a la conducción interna del frente.
El conflicto gremial de SUTNA; la represión a les mapuches en Villa Mascardi y la represión policial en La Plata: en los últimos 14 días estallaron conflictos que socavaron la capacidad de resolución del Frente de Todos o más bien expusieron sus lógicas políticas.
Las tres renuncias expresan desacuerdos ideológicos o desgastes políticos. En cualquier caso, la arquitectura de poder del gobierno vuelve a tambalear por distintos flancos. A menos de un año de las próximas elecciones presidenciales los socios mayoritarios del frente dispersan sus fuerzas.
Del gabinete de científicos a los funcionarios que no funcionan
Para diferenciarse de la naturaleza política del gabinete macrista, Alberto Fernández planteó en la jura de les ministres al inicio de su gestión que el suyo sería “un gobierno de científicos” y no de empresarios. A menos de tres años de haber construido ese discurso, la realidad concreta marca que tan solo quedaron seis de les 21 ministres que juraron en aquel entonces.
Sin embargo, el recambio constante en el Gabinete expresa de forma fiel la conflictividad interna con la que convive el gobierno desde su asunción. “Funcionarios que no funcionan”, planteó la vicepresidenta en octubre de 2020 en una de sus tantas cartas públicas. En alusión a les dirigentes de la coalición que, según el criterio de Cristina, no estaban a la altura de las circunstancias.
Esa retórica volvió a operar en la larga noche del 12 de septiembre en el que el Frente de Todos perdió de forma categórica las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en las elecciones legislativas de 2021, al igual que con la salida de Guzmán en junio de este año.
La vicepresidenta apeló de modo recurrente al desgaste de los funcionaries que consideraba que no aportaban al desarrollo de un gobierno que cumpliera con el contrato electoral asumido en 2019. Sin embargo, a la luz de un Frente de Todos debilitado que parece no encontrar el rumbo, las áreas que se adjudicó el kirchnerismo no escapan al castigo generalizado que el pueblo hizo sobre el conjunto de la dirigencia. En efecto, una vez más hay cambios en el Gabinete pero parecen ser más expresión de desgastes políticos y desacuerdos internos que de un cambio de orientación política de un gobierno necesitado de respaldos.