Durante el 2022 se impuso un récord histórico de migrantes que cruzan la frontera mexicana para ingresar a los Estados Unidos. Según datos publicado por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense (CBP), en medio de esta crisis migratoria, cerca de 2 millones de personas fueron arrestadas intentando ingresar al país norteamericano.
A partir de la crisis generada por la Covid–19, medios de prensa internacionales han reportado las largas caravanas de inmigrantes. A menudo, estas transitan con frecuencia la geografía mexicana para ingresar a EE.UU; y están compuestas, principalmente, por centroamericanes y caribeñes que parten en busca del sueño americano.
Las cifras récord de migrantes en Estados Unidos
Entre los casos diarios de arrestos se registra un aproximado de 7.300 y 7.500, es decir, entre 219 mil y 225 mil personas intentan traspasar los límites fronterizos en el lapso de un mes. En la mayoría de los casos, las fuerzas de seguridad estadounidenses interceptan a les migrantes antes de que puedan cruzar.
El mes de septiembre, marca estipulada para el fin del año fiscal, registra unos dos millones de ingresos ilegales por la frontera sur de EE.UU. De esta forma, supera por grandes cifras al mismo periodo de años anteriores.
“Estas cifras récord que estamos viendo en la frontera se han convertido en la nueva normalidad”, declaró un funcionario del Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. Además, cuestionó: “La pregunta es cuánto empeorará”.
Estas informaciones reviven las críticas del Partido Republicano sobre la actuación del Gobierno de Joe Biden frente a la crisis migratoria. En ese marco, se acusó al presidente norteamericano de una política de “fronteras abiertas”.
En tanto, la vocera de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo de manera reciente que los gobernadores republicanos “se preocupan más por crear un teatro político que por crear soluciones reales para ayudar a la gente”. Y, al mismo tiempo, los acusó de utilizar a las personas indocumentadas con fines meramente políticos.
Controversia política ante la crisis migratoria
Desde que Biden asumió la presidencia de Estados Unidos mantuvo la política que impulsó el Gobierno anterior, conducido por Donald Trump. Estas medidas permiten a les funcionaries expulsar automáticamente a les indocumentades que buscan establecerse en suelo estadounidense de manera ilegal.
La política conocida como Título 42, que según les funcionaries fue pensada para prevenir la propagación del Covid-19, no tiene en cuenta las leyes ni proyecciones con las que cuentan les migrantes.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) indicó recientemente que “la gran cantidad de expulsiones durante la pandemia contribuyó a que una mayor cantidad de migrantes realice múltiples intentos de cruzar la frontera”.
En ese marco, ante la falta de relaciones diplomáticas entre EE.UU. y las naciones de las que provienen les migrantes, como Cuba, Venezuela y Nicaragua, las personas detenidas no son repatriadas a sus países de origen.
Por su parte, Biden ha expresado que enviar migrantes de regreso a su país de origen “no es racional”. En ese sentido, el mandatario estadounidense remarcó que está trabajando con México y otras naciones para “detener el flujo”.
En relación a este tema, los medios estadounidenses lo han abordado desde un punto de vista político, los análisis señalan que la crisis de migrantes y el manejo de esta tendrá un gran impacto en las urnas.
Recientemente, la radio pública NPR llevó a cabo una encuesta cuyos resultados arrojaron que, después de la inflación, la inmigración era un tema electoral prioritario para el 20% de los votantes republicanos; en comparación con el 1% de los demócratas.
Los Estados frontera
La frontera sur y suroeste de Estados Unidos, donde a diario son detenides miles de migrantes, abarca cuatro Estados: Texas, Nuevo México, Arizona y California. Allí, el aumento del número de ingresos ejerció una gran presión sobre los recursos locales, estatales y federales.
La alcaldesa demócrata de Washington, Muriel Bowser, declaró emergencia pública en la capital debido a la llegada de miles de inmigrantes indocumentades en colectivos desde Texas y Arizona.
Por su parte, los tres Estados controlados por integrantes del Partido Republicano anunciaron iniciativas para trasladar a les inmigrantes a Estados liderados por demócratas. Esto último argumentando que la táctica tiene como objetivo mitigar el impacto de los flujos migratorios en las comunidades locales.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, quien ha sido cuestionado por su postura antiaborto y antiinmigración, aseguró que la salida hacia el este del país de les migrantes que cruzaron ilegalmente brindó un alivio muy necesario a las comunidades abrumadas en la frontera sur de Estados Unidos. Dicha campaña de enviar inmigrantes a otros Estados le costó a Texas, hasta el momento, 12 millones de dólares.
“Desde abril, Texas ha trasladado en autobús a más de 7.900 migrantes a la capital de nuestra nación; y desde el 5 de agosto, a más de 2.200 migrantes a la ciudad de Nueva York. Desde el miércoles pasado, más de 300 inmigrantes de Texas han llegado a Chicago”, expresó en un comunicado.