El presidente ruso, Vladímir Putin, ha puesto en marcha una estrategia para incorporar cuatro regiones de Ucrania a Rusia, a partir de la realización de referéndums. Las mismas incluyen Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, todas ellas con una gran influencia de sectores prorrusos separatistas.
La votación, que se lleva a cabo desde el 23 al 27 de septiembre, ha sido duramente cuestionada por la Unión Europea (UE) y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Si bien, hasta el momento no se conocen resultados oficiales, Turquía advirtió recientemente que no reconocerá los resultados.
La reacción del arco político
Este martes, el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, advirtió en su cuenta de Twitter que “los falsos referendos no tienen legitimidad. Y no cambian la naturaleza de la agresión”.
En la misma línea, agregó que “la comunidad internacional debe condenar esta flagrante violacion del derecho internacional y aumentar el apoyo a Ucrania”.
Francia, Alemania y Estados Unidos condenaron la anexión comunicada por Rusia. Entre ellos, se destacó la voz del presidente francés, Emmanuel Macron, el canciller alemán, Olaf Scholz y el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan.
El martes, previo a su discurso en la Asamblea General de la ONU, Macron tildó de “parodia” al anuncio de Rusia. Y, al mismo tiempo, aseguró que los referéndums anunciados en las regiones ucranianas del Donbás, Jesón y Zaporiyia “no serán reconocidos por la comunidad internacional”.
“Lo único que existe es la guerra decidida por Rusia, la resistencia de Ucrania y el fin de la guerra que queremos”, afirmó el mandatario galo. “Esta es una provocación más”, continuó Macron, quien se reunirá con el presidente ruso en los próximos días.
Por su parte, Olaf Scholz calificó a los referendos de “farsa”. “Es muy, muy claro que esos referendos no pueden ser aceptados y no están amparados por el derecho internacional”, añadió desde la sede de la ONU.
En ese sentido, el canciller alemán tildó a la iniciativa del Kremlin como “parte de un intento de agresión imperialista” e instó al presidente ruso a retirar sus tropas de Ucrania.
A su vez, Sullivan aseguró que Estados Unidos “nunca reconocerá” las anexiones rusas en territorio ucraniano y, en consecuencia, desconocerá los resultados de las votaciones populares.
“Estos referendos son una afrenta a los principios de la soberanía e integridad territorial que sustentan el sistema internacional”, aseguró Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
De la misma manera, el presidente estadounidense, Joe Biden, afirmó que impondrá sanciones económicas “rápidas y severas” contra Rusia, y enfatizó que EE.UU. continuará brindando ayuda a Ucrania y no reconocerá los resultados de los referendos.
La posición de Turquía ante los referéndums
En las últimas horas, Turquía se sumó al debate en torno a los referendos. Según declaró el portavoz presidencial, Ibrahim Kalin, el país no reconocerá los resultados de las votaciones celebradas en Ucrania.
Kalin indicó que la posición de Turquía no ha cambiado desde 2014, en referencia al referéndum celebrado en la península de Crimea, cuyo resultado formalizó su anexión a Rusia. En tal sentido, el portavoz indicó que Ankara, la capital de Turquía, no reconoce la votación impulsada por Rusia.
Manifestaciones de apoyo en Rusia
A lo largo y ancho de Rusia, se realizaron movilizaciones en apoyo a los referéndums anunciados por el Kremlin. Desde el Extremo Oriente hasta la parte europea del país, las convocatorias reunieron a miles de participantes que esperan la anexión de las cuatro regiones ucranianas a la Federación Rusa.
Los ciudadanos se expresaron tanto en pueblos pequeños como en ciudades con más de un millón de habitantes, según lo informado por Rusia 24. La movilización más grande tuvo lugar en Moscú, la capital rusa. Allí, bajo el lema “No dejamos lo nuestro”, al menos 50 mil personas acudieron a la Plaza de Manezhnaya.
¿Qué cambios pueden surgir?
Desde Rusia, ven a esta posibilidad como un triunfo histórico que garantizaría la adhesión de territorios ucranianos a “sus tierras”, una postura que ha sido duramente cuestionada por la OTAN. Además, afirman que con los referendos podrán dar voz a quienes no fueron escuchados ni en Europa ni en Ucrania.
La incorporación de los cuatro territorios garantizarían a Rusia una mayor riqueza y posicionamiento estratégico en la guerra con Ucrania, que ha cumplido siete meses. La región de Jersón, situada al sur de Ucrania, para mencionar un ejemplo, es esencial para la agricultura y cuenta con un área de campos cultivados de hasta dos millones de hectáreas.
Además, la adhesión de las regiones supondría cambios demográficos y geográficos considerables para Rusia, ya que su población aumentaría entre cinco y seis millones de personas, según detalló el medio Vesti.Ru. De esta manera, el territorio contaría con mayores recursos y capacidad estratégica en la región.
“Garantizaremos la seguridad de los referéndums. Hago hincapié: haremos todo lo posible para garantizar condiciones seguras para la realización de referéndums para que la gente pueda expresar su voluntad”, afirmó este miércoles Putin en un discurso.
La importancia económica de las regiones
Donetsk y Lugansk, conocidas en conjunto como el Donbás, están ubicadas al este de Ucrania. Si bien se encuentran fuera del control de Kiev desde 2014, sus principales industrias son la minería del carbón y la producción de acero.
Por su parte, la región de Zaporiyia, ubicada en el sur de Ucrania, es un importante centro energético. Allí se encuentra la central nuclear de Zaporiyia, la planta de energía más grande de Europa.
Esta última genera alrededor de 40 mil millones de kilovatios por hora de electricidad y es la tercera más grande del mundo, por detrás de la central nuclear de Kashiwazaki–Kariwa (Japón) y la central nuclear Bruce (Canadá).
Por último, con la anexión, Rusia podría obtener acceso al mar de Azov, ubicado al noreste de la península de Crimea, al sur de Rusia y al este de Ucrania. Este mar, que se comunica con el mar Negro, representa un recurso estratégico. De quedar rodeado por territorios bajo control ruso, su acceso dependería exclusivamente del permiso de Moscú.