Después de confirmarse 8 casos más, el ministro de Salud Pública de Tucumán, Luis Medina Ruiz, anunció que se decidió “un cambio en el criterio de inclusión” de los pacientes, dentro del brote por la bacteria Legionella. La ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, había confirmado que la bacteria legionella causó el brote de neumonía bilateral en la provincia tucumana. Esta afectó hasta el momento a 22 personas, de las cuales 6 fallecieron.
“El agente etiológico causante del brote se llama Legionella, y es una bacteria que se está tipificando. Es posible que sea una Legionella pneumophila; por lo que no se trata de ningún virus desconocido”, indicó la titular de la cartera sanitaria nacional en una conferencia de prensa; tras dar a conocer los resultados de los análisis realizados en el laboratorio ANLIS-Malbrán.
El brote tuvo su epicentro en la clínica Luz Médica de San Miguel de Tucumán. Allí fueron identificados todos los casos, siendo el personal de salud el más afectado.
Sin embargo, los más graves se relacionan a pacientes con factores de riesgo o con patologías previas. Por ejemplo, uno de los ocho nuevos pacientes padece comorbilidad severa y neumonía. Es el único en estado grave de los nuevos contagios incluidos en el brote de Legionella.
Legionella Pneumophila
La neumonía bilateral es una infección pulmonar que puede darse a través de una bacteria o virus. Este es adquirido durante la internación o la afectación de los pulmones con alguna enfermedad respiratoria.
Se desarrolla cuando los patógenos, que pueden ser virus, bacterias u otros microorganismos, generan inflamación e infección en los pulmones. A su vez, esa presencia de pus y líquido en los alvéolos produce una insuficiencia respiratoria grave; por lo que es necesario recurrir a la asistencia respiratoria.
En este caso, la ministra de Salud comentó que la bacteria causante del brote es la Legionella. Esta se transmite por vía inhalatoria, a través del agua o aire acondicionado. Tiene un tratamiento antibiótico y un impacto importante en personas de riesgo: mayores de 50 años, tabaquistas, diabéticos y personas con inmunocompromiso o enfermedades respiratorias.
La legionelosis es un tipo de neumonía de potencial grave causada por la bacteria llamada Legionella pneumophila. Este microorganismo se describió en 1977 por primera vez. Se lo identificó a causa de un brote de neumonía grave que se registró un año antes en una convención de la Legión Americana en Filadelfia, Estados Unidos. De allí deriva su nombre.
Una de las formas más frecuentes de transmisión de Legionella es la inhalación de aerosoles generados a partir de fuentes de agua contaminadas por la bacteria. Pueden ser torres de enfriamiento para aire acondicionado; sistemas de agua fría y caliente; humidificadores e instalaciones de hidromasajes. También, aunque mucho menos frecuente, se da por aspiración de agua contaminada. A la fecha, solo se reportó en el mundo un caso de probable transmisión de persona a persona.
La bacteria en el mundo y en Argentina
Según el Ministerio de Salud de la Nación, en la Argentina es una enfermedad subdiagnosticada, es decir que hay más casos que los que se conocen. Esto ocurre debido a que la confirmación de un caso de legionelosis puede representar un desafío diagnóstico. Sin embargo, existen antecedentes de brotes de legionelosis en nuestro país. Uno de ellos es el acontecido en la ciudad de Carmen de Areco en 2011. También, durante el año 2019 y 2020 se han estudiado casos en dos instituciones, donde se aisló Legionella pneumophila en la ducha de una de las instituciones.
En un comunicado publicado en marzo de 2021, el Ministerio alertaba sobre la legionelosis y su potencial brote. Se debía a las condiciones propicias para la bacteria; y al hecho de que “dado que es una enfermedad infrecuente, muchos laboratorios de centros de salud no cuentan con la metodología para el diagnóstico”, explicaron.
Debido a la situación actual de la pandemia COVID-19, un sinfín de lugares como hoteles; instalaciones de ocio; oficinas; spas; gimnasios; clínicas estéticas; y peluquerías se vieron afectados, cerrando sus instalaciones por varios meses.
Este cierre temporal, así como la reducción de funcionamiento normal del agua pudieron favorecer el estancamiento en un sistema de cañerías; lo que puede derivar en un aumento de riesgo en el crecimiento y propagación de Legionella.
Esta bacteria crece mejor entre temperaturas de 20°C a 45°C, siendo la temperatura óptima de crecimiento 35°C–40°C. Las altas temperaturas bactericidas deben ser superiores a 60°C.