La semana pasada, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de los Estados Unidos (NASA) dio a conocer una imagen a color y de alta calidad sobre un fenómeno nunca registrado. Se trató de una región de estrellas nacientes en la Nebulosa de Carina, captadas por el novedoso telescopio James Webb.
El telescopio James Webb es obra conjunta de la NASA, junto con la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Canadiense (CSA).
Para entender las funciones de los telescopios en general, y del James Webb en particular, vale retomar las palabras del jefe de Divulgación Científica del Planetario de Buenos Aires, Mariano Ribas.
El especialista otorgó una entrevista al programa El Algoritmo Escondido conducido por Santiago Martínez Laino; Pablo Mercau y Cecilia Boto, y emitido por Radio Con Vos.
En el mismo, Ribas contó que el telescopio James Webb “es el más grande que se lanzó al espacio, incluso más que el Hubble”. El telescopio Hubble está en el espacio desde 1990, por lo que lleva 32 años en órbita terrestre.
En cuanto al último telescopio, el especialista lo diferenció respecto al Hubble: “No está en órbita terrestre, sino que se encuentra a un millón y medio de kilómetros de la Tierra”.
Este hecho posibilita mejores resultados. “Se encuentra en un punto orbital específico para que la misma Tierra no interfiera en las observaciones”, informó Ribas.
Respecto del catalejo en sí, el especialista describió: “Se trata de un telescopio infrarrojo que está destinado a observar una serie de objetivos”.
Algunas de esas observaciones tienen que ver con las imágenes “que cubren objetivos de algunas nebulosas de la propia vía láctea”, precisó.
¿Qué investigan los telescopios espaciales?
Como primeras consideraciones, vale remarcar la diferencia entre telescopios y sondas espaciales. Ambos tienen objetivos diferentes.
Las sondas espaciales tienen como finalidad investigar el Sistema Solar, mientras que los telescopios tienen mayor alcance.
“Los telescopios exploran más allá del Sistema Solar, fundamentalmente lo que tiene que ver con la astronomía galáctica y extragaláctica”, aclaró Ribas.
En concreto, lo que el Webb busca es mejorar lo que lograba Hubble, y ver mejor lo que ya se veía.
En torno a la teoría sobre qué tan atrás puede mirar en el tiempo, y la posibilidad de que el Webb revelara el origen del universo, Ribas clarificó: “La naturaleza misma impide eso, existe un límite de observación que está dado por la denominada radiación de fondo cósmico”.
Y si bien comentó que es un tema bastante técnico, explicó: “Hasta que la luz no circuló libremente por el Universo, y eso no fue al principio sino que pasaron varios cientos de miles de años, el Universo era opaco”.
Por esa razón, concluyó: “Vamos a poder acercarnos bastante al punto de origen, que es la época de formación de las primeras estrellas y galaxias, pero jamás en lo que sería el nacimiento específico”.
En definitiva, Ribas explicó que si bien habrá un momento en que no podrán mirar más para atrás, podrán ver mejor lo que ya se veía con Hubble.
“El Webb tiene como propósito superar lo que el Hubble había hecho, no tanto en la barrera temporal, sino en ver mejor cómo eran esas primeras galaxias, donde nacieron las primeras estrellas”, sintetizó.
El Planetario Galileo Galilei
Para las personas interesadas en un espacio de divulgación astronómica, existe un área en la Ciudad de Buenos Aires.
Se trata del Planetario Galileo Galilei que recientemente cumplió 55 años, y está ubicado en el Parque Tres de Febrero, barrio porteño de Palermo. Con motivo de su aniversario brindó actividades gratuitas, incluso un curso virtual.
El observatorio astronómico recibe miles de visitas al año, donde una de sus actividades más destacadas es su sala de proyección semiesférica equipada con 370 butacas reclinables. Sin dudas, el lugar de excelencia para las personas interesadas en el espacio y el más allá.