Los documentales sobre crímenes reales exponen el lado más oscuro y siniestro de la realidad. Desde mediados de la década pasada, este tipo de producciones han ido en aumento de manera considerable. Numerosos dramas televisivos dan vida a historias enmarcadas en contextos reales y el género ha ganado audiencia en todo el mundo.
Girl in the Picture es un documental ‘true crimen’ que fue estrenado en Netflix el 6 de julio de este año. Se encuentra basado en los libros A Beautiful Child y Finding Sharon, ambos escritos por el periodista Matt Birkbeck. La película expone un proceso de investigación de 30 años para determinar quién era en realidad Tonya Hughes y cómo terminó al cuidado de su raptor.
El documental, que está dirigido por Skye Borgman –cuyos trabajos anteriores incluyen a la galardonada Abducted in Plain Sight–, tiene un tiempo de ejecución de 1 hora y 42 minutos. Netflix también lanzó una miniserie de audio de cinco partes en Apple Podcast que presenta información complementaria y entrevistas que no aparecen en el documental.
The Girl in the Picture: Una mujer sin nombre
Cuando Tonya Hughes fue encontrada inconsciente al costado de una ruta en Oklahoma, en 1990, las autoridades sabían que algo andaba mal. Nunca imaginaron que su investigación los llevaría de regreso a la década de 1960 y continuaría hasta bien entrado el siglo XXI.
Este caso intrigó tanto a los investigadores, que es en parte la razón por la que permaneció abierto. Todo se centró en el cuerpo de una mujer que no era quien parecía ser. Y la fotografía de una niña cuyo nombre nadie sabía.
Al igual que los libros de Matt Birkbeck, la película explora la vida de una adolescente atrapada en la red retorcida del monstruo al que llamó su padre. Aunque también se la conocía como Sharon Marshall, solo él conocía su verdadero nombre. Su trágica muerte como madre joven y el posterior secuestro de su hijo finalmente revelan la verdadera identidad de la mujer y del asesino en el centro de todo.
Abuso, secuestro y pérdida de identidad
La directora Skye Borgman, que no es ajena al género, sigue adelante con la investigación. Mientras esto sucede, retrocedemos en el tiempo, a través de las capas de la vida de Tonya, a través de otros nombres e identidades. Se descubre una historia de secuestro, pérdida de identidad y un abuso de décadas.
Aunque no se menciona, Twin Peaks se emitió por primera vez en ese momento, y las fotografías muestran a Tonya posando de manera similar a Laura Palmer, ocultando algunos secretos similares. Esta chica soñaba con convertirse en ingeniera aeroespacial y ganó una beca para Georgia Tech. Entonces, ¿qué salió mal? Para averiguarlo, la investigación debe retroceder aún más en el tiempo.
Borgman ha elaborado un perfil detallado del caso, completo con testimonios de muchos de los que trabajaron en ella o que hablaron sobre sus conexiones con Tonya. Si bien la película descubre gradualmente más etapas de su historia, no hay una total exposición de su estado emocional.
La directora es cautelosa con esto, pero se discuten los diversos factores que pueden mantener a las personas en situaciones abusivas y hacer que no estén dispuestas a hablar. La imposibilidad de saber lo que realmente entendió, pensó y sintió es parte de lo que hace que su historia sea tan difícil de olvidar, a pesar de que los incidentes abusivos que sufrió están, lamentablemente, lejos de ser únicos.
La chica de la foto recupera su agencia
La puesta en escena de las anécdotas es limpia y precisa. El detalle está en la forma en que las víctimas se colocan al frente y al centro. A través de las imágenes en evolución de Tonya/Sharon, la investigación narrativa rastrea su crecimiento, brindándole la agencia que nunca tuvo sobre su vida.
Aunque es una historia desgarradora, es contada con dignidad y ferocidad. La inquietante búsqueda de la verdad y la justicia tiene éxito en su manejo sensible del tema, aunque resulta difícil imaginar la profundidad del abuso y la monstruosidad sin sentido que se ha perpetuado. Su abusador se encuentra cumpliendo una sentencia de cadena perpetua.