Valentina Berr, jugadora del CE Europa, anunció que se retira del fútbol profesional. Las razones son claras: ya no soporta el peso de la discriminación por ser trans. El pasado 28 de junio, cuando se conmemoró el Día Internacional del Orgullo LGTBIQ+, tuvo que tomar la decisión más difícil pero la más liberadora. “No cuelgo las botas, me las cuelgan”, expresó.
Valentina es la segunda jugadora trans de España, eso podría significar dos cosas: abrir el camino a que nuevas compañeras cumplan su sueño de jugar fútbol profesional; o por el contrario, sufrir las consecuencias de un maltrato agotador que es histórico y cultural, que no reconoce a las identidades trans y las excluye. Sin embargo, Valentina logró las dos: por un lado es parte de la historia y por el otro, su retirada prematura es un llamado de atención a un problema social.
Un posteo en sus redes sociales dio la vuelta al mundo. El peso que debía pagar le estaba costando su salud. “Llevo cuatro años sufriendo en silencio el odio y la violencia estructural contra las mujeres trans por parte de instituciones, medios de comunicación y también de muchísima gente que se dedica a acosar a personas que se salen de la norma”, escribió.
A sus 29 de años se aleja de la cancha para cuidar su salud. Agradeció al club CE Europa, Club Esportiu Europa, Terrassa FC y FC Levante Las Planas. “He tenido que parar por salud mental. Psicológicamente no he podido soportar la presión de ser permanentemente sospechosa y de estar obligada a cumplir un límite de testosterona (que muchas jugadoras que no son trans pueden sobrepasar de largo)», dijo.
El fútbol femenino: un mundo abierto y diverso
Para Valentina “la realidad es diversa y el fútbol es realidad”. La jugadora dejó en claro que no se trató de un problema de compañerismo o malos tratos en el club. Sino, que las palabras de odio en sus redes sociales y hasta la persecución de su familia llegaron a un punto insoportable.
“Somos lesbianas, heteros, bisexuales, chicas muy masculinas, muy femeninas, personas no binarias e incluso chicas trans. Desde dentro el fútbol femenino es rico”, amplió en este sentido. Sobre las agresiones que sufrió, para ella, son claras intenciones de “sembrar el odio”, porque “las agresiones por LGTBI fobia no sólo son dolorosas para quien las recibe. Las sufrimos todas», escribió. Aunque su deseo hubiera sido que su carrera culmine de otra manera, la violencia fue insoportable. No obstante, Valentina hizo mucho con esta decisión: pensar que una sociedad diversa e igualitaria será posible.
Sobre la salud de Valentina
Berr, atraviesa un momento difícil no solo por la decisión que tomó, sino por su salud mental. «Son focos de violencia donde viene mucha gente a insultarme y a decirme cosas horrorosas», explicó la jugadora. Esto provocó consecuencias en su estado anímico.
«Ya no podía aguantar más los ataques de pánico y de ansiedad cada vez de forma más frecuente, después de los entrenamientos y partidos”, compartió Berr.
Estos episodios deben ser tratados correctamente y, para que sean efectivos, tuvo que alejarse del centro donde todo sucedía: el fútbol. Sin embargo, Valentina es una jugadora que marcó el deporte europeo para siempre.
“Ha sido y es un orgullo poner el cuerpo para que las futuras generaciones lo puedan vivir con menos dolor, menos obstáculos y menos violencia”, remarcó. Finalmente concluyó que solo espera que algún día la sociedad en conjunto pueda “vivir el fútbol como lo que es, fútbol”.