El manga escrito por Taku Kawabara, Kütei Dragons (comercializado como Drifting Dragons), apareció por primera vez en 2016 en la revista Good Afternoon de la editorial Kodansha. La historia ganó tanto éxito que fue adaptada por Netflix.
En el mundo del manga se ha explorado casi toda temática posible y la cultura oriental lleva esto hacia lugares que occidente nunca imaginó. Para oriente lo importante a la hora de contar una historia es el cómo, no el qué; al ver los más de 70 capítulos de Drifting Dragons se puede notar que la forma funciona.
La reina Zaza
En el mundo de Kütei Dragons, los dragones existen. La Reina Zaza es una de las últimas embarcaciones dedicadas a la caza y la faena de estos animales para su comercialización. La tripulación es la protagonista, al igual que la misma nave. La historia comienza desde la perspectiva de Takita, una nueva recluta.
Con el correr de las páginas, no solo veremos cómo la Reina Zaza surca los cielos en busca de presas, también conoceremos a sus tripulantes. Los primeros en llamar la atención son Mika, un muchacho obsesionado con la carne de dragón, y Varney, una misteriosa e implacable mujer.
Además de la nave y la tripulación, hay un tercer protagonista: la comida. Dentro de este mundo hay montones de formas de cocinar dragones, y de utilizar las partes del animal mitológico para diferentes cuestiones. La forma en la que esto es narrado por el autor es uno de los aspectos más distintivos del manga.
Una historia desde el cielo
La mayor parte del tiempo que el lector pasará con los personajes es en la Reina Zaza. Kuwabara aprovecha esto para atacar la narrativa por dos frentes a la vez: hacia dentro y hacia fuera.
Por un lado, la dinámica de las relaciones entre los tripulantes puede observarse en un ámbito hermético. Los personajes están volando en la Reina Zaza y no tienen opción más que convivir, esto genera una sensación de cercanía entre sí y con quien lee la trama.
Por otro lado, hacia afuera veremos cómo el mundo percibe a la tripulación y cómo ésta entiende a su entorno. El mangaka hace despliegue de sus aptitudes artísticas con deslumbrantes diseños tanto en los dragones como en los paisajes. Cada vez que es posible utiliza una viñeta de página completa o doble donde compara un personaje con la inmensidad del mundo.
Cómo cocinar un dragón
El elemento más llamativo de esta obra es la cocina. Este mundo fantástico termina de cerrar cuando vemos que, en cada episodio, en algún momento se da una receta para carne de dragón.
Dentro de este mundo irreal, Kawabara termina de llegar al espectador describiendo uno de los aspectos menos explorados en este tipo de historias. Si hay algo que cada obra comparte con quienes la leen es el apetito y aquí se ataca este frente de una manera exquisita.
Adaptaciones
En 2020 se lanzó un animé producido por Polygon Pictures en asociación con Netflix. La primera temporada tiene doce episodios y abarcan los primeros dos tomos tanköbon. La animación se encuentra disponible en la plataforma de streaming.
Actualmente Drifting Dragons se edita en Argentina por Editorial Ovni Press. Al día de hoy cuenta con dos tomos ya lanzados al mercado nacional.