En estos dรญas un ministro y un alto funcionario de presidencia hicieron declaraciones, cuestionando los pedidos de mayor ayuda social a los mรกs necesitados. Como asรญ tambiรฉn, las medidas de protesta que llevan adelante las organizaciones sociales que representan a gran parte de aquellos.
Juan Zabaleta dijo recientemente que โNo va a haber mรกs altas de planes sociales y no admitirรฉ la extorsiรณn. Serรญa bueno encontrar otro mรฉtodo de protesta que los cortes de calle, los que van a trabajar tambiรฉn tienen derechosโ.
Por su parte Fernando โChinoโ Navarro, del oficialista Movimiento Evita, declarรณ en el mismo sentido respecto de las movilizaciones sociales, sosteniendo que โes exagerada la virulencia del reclamo, no me gustan este tipo de protestas que afectan a los ciudadanosโ.
Es visible que, desde el gobierno, para ser simpรกticos a la clase media influenciada por la derecha, en su cuestionamiento a los mรกs humildes y a su manera de resistir que los empujen a la miseria, como tambiรฉn para disimular la agachada que han tenido frente al Fondo, compraron los argumentos que ha difundido el macrismo respecto de lo que significan las ayudas, subsidios y planes, las organizaciones sociales y las movilizaciones que demandan soluciones.
El manual de Juntos por el Cambio al respecto (tambiรฉn de los supuestos โlibertariosโ), tan difundido, ahora ha pasado a ser usado por el gobierno del Frente de Todos. Notable y lamentable, por cierto.
Aunque algunos adelantos ya habรญamos tenido en la palabra del Cuervo Larroque, cuando el desalojo de Guernica el 2020, o antes aรบn, cuando Berni llevรณ detenidos a compaรฑeros y compaรฑeras de Barrios de Pie a Campo de Mayo, no nos deja de asombrar.
De todas maneras y mรกs allรก del rechazo liso y llano a estas prรกcticas de, como el tero, poner el grito en un lado y los huevos en otro, es bueno responder a las argumentaciones usadas por estos funcionarios de Alberto.
Empecemos por los planes Potenciar Trabajo, que dicen no van a ampliar porque serรกn reemplazados por laburo genuino. En la Argentina de hoy dichos planes, de apenas 16.000$ mensuales, son una muy limitada ayuda a solo una parte de quienes no tienen ningรบn ingreso (un millรณn doscientas mil personas en la actualidad) o cuyas entradas producto de changas o trabajos muy precarios (dos millones de personas) estรกn bien por debajo de la lรญnea de pobreza. Solo en el Registro Nacional de Trabajadoras y Trabajadores de la Economรญa Popular (RENATEP) hay dos millones cuatrocientas mil personas anotadas, que viven esa situaciรณn. Recordemos que el IFE, hace apenas un aรฑo y medio atrรกs, lo cobraron 11 millones de compatriotas pobres.
En concreto, esa es la realidad de la Argentina actual. Mรกs del 40% en la pobreza, de ellos el 10% en la indigencia, miles de pymes cerradas en los รบltimos 4 aรฑos, la inversiรณn productiva en el subsuelo. Y los funcionarios dicen que ya no habrรก mรกs planes, los que serรกn reemplazados por trabajo digno. Falso, sabiendo que este es un objetivo muy genuino que todos compartimos, esconden, atrรกs de lo irrealizable de lograr esto en el corto plazo en la situaciรณn de la economรญa del paรญs, que el FMI les exige bajar el gasto pรบblico. Esa es la verdad de la milanesa, que, como siempre sucede, saldrรก a luz inevitablemente con el pasar de los meses.
Pero a esa despreciable mentira, le agregan veladas amenazas a los mรกs humildes si protestan y se movilizan. Resulta que ahora para estos seรฑores, al igual que para la derecha, el derecho a transitar estรก por encima que el derecho a tener lo indispensable para vivir. Falta que aplaudan las tapas de los diarios que tanto critican, cuando frente a la movilizaciรณn social ponen en letras destacadas: โCaos de trรกnsito en la ciudadโ.
โNo nos gustan las marchas que cortan calles, deberรญan encontrar otra forma de protestasโ dicen. Serรญa bueno que indiquen cuรกl podrรญa ser. Algo a la japonesa, por ejemplo, encerrarse cada manifestante con su familia en su casa o casilla a pasar hambre un par de dรญas. Que cinismo.
Cuando los trabajadores se organizaron en nuestro paรญs, allรก por finales del siglo 19 y principios del 20, empezaron a hacer huelgas en reclamo de sus derechos. Los gobiernos y patronales de aquel entonces los tildaban prรกcticamente de terroristas, para usar una palabra de actualidad hoy. Argumentando que sus huelgas eran una afrenta a la sociedad e irracionales. Ilegalizaban sus organizaciones, los reprimรญan, metรญan presos o echaban del paรญs, ley de Residencia mediante. Los mataban tambiรฉn, como el coronel Ramรณn Falcรณn en Plaza Lorea o en los talleres Vasena y los campos de la Patagonia.
Pero la historia no se detuvo. Los hijos y nietos de aquellos trabajadores, no solo continuaron peleando, fortaleciendo y extendiendo sus organizaciones, logrando el reconocimiento legal de ellas, sino que conquistaron el rango constitucional para el derecho a huelga (Artรญculo 14 bis CN). Aunque cuando se ejerce inevitablemente afecta, las mรกs de las veces, otros derechos. Acรก y en todo el mundo, ya se sabe.
Ahora bien, los trabajadores se defendรญan y defienden con la huelga. ยฟY cรณmo protegen su derecho a una vida digna los mรกs humildes, que no pueden hacer huelga en su enorme mayorรญa por no pertenecer ya desde hace muchos lustros a la clase trabajadora organizada? Se movilizan por calles y avenidas para hacer visibles sus reclamos.
No lo hacen como lo hicieron los propietarios rurales, en contra de la 125 que afectaba sus enormes ganancias. Tampoco como los macristas, en rechazo de las vacunas para el Covid. Ni repudiando a la Corte Suprema que, supuestamente, no funciona. Lo hacen para poder vivir: para alimentar a sus hijos, para vestirse, comprar medicamentos, pagar el colectivo y la garrafa de gas. Y afectan el trรกnsito, claro, aunque a Zabaleta y Navarro no les guste.
En resumidas cuentas: acuerdan con el FMI, preparan el ajuste que va a afectar a muchos millones de compatriotas y, al mismo tiempo, critican a los mรกs humildes que defienden su dignidad y su familia con argumentos de la derecha. Una verdadera vergรผenza.
HUMBERTO TUMINI
Presidente de Libres del Sur