El Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCi) inició la segunda edición del ciclo de charlas sobre el acuerdo y la deuda contraída con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El segundo ciclo de ‘’El fondo y la deuda’’ se inauguró con Julio Gambina como disertante. El orador es doctor en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), profesor de Economía Política en la Universidad Nacional de Rosario (UNR), y presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas (FISyP).
El encuentro se desarrolló en el marco de la consulta popular lanzada por Libres del Sur a nivel nacional, en la cual convocan a que, entre el 3 al 6 de marzo, la población se exprese sobre el acuerdo con el organismo internacional.
El debate se transmitió por el canal de YouTube de la organización y, al igual que en el primer ciclo, las charlas están disponibles en la mencionada plataforma a posteriori. Asimismo, se prevé un segundo encuentro programado para el viernes 18 de febrero, a las 19 horas, que contará con la participación del presidente del Movimiento Libres del Sur, Humberto Tumini.
Una deuda ‘’odiosa’’
En el inicio de la charla, Isaac Rudnik, director del ISEPCi, tomó la palabra y consultó al orador su opinión respecto a la negociación con el FMI. Atento a ello, Gambina respondió que considera que el actual gobierno debió rechazar el préstamo con el organismo como parte de la denuncia hacia la herencia recibida por el anterior gobierno de Mauricio Macri.
A su vez, calificó a la deuda como odiosa: “Es odiosa porque tanto el acreedor como el deudor sabían que no era posible saldarla’’. Además, agregó que ‘’No sirvió al pueblo ni a la nación ya que no generó ningún desarrollo de infraestructura o mejora en la vida de la misma’’. Por último, explicó que ‘’es ilegítima al no cumplir con el estatuto del FMI ni el pase por el Congreso en Argentina”.
Por otro lado, el Doctor en Ciencias Sociales arremetió contra el posicionamiento gubernamental a la hora de negociar. Aseguró que en lugar de tomar una postura de fuerza, decidió pagar mientras se negocia.
“La pandemia era la excusa perfecta para argumentar que no era una prioridad el pago de la deuda y suspender los pagos”, aseveró el orador.“Esta negociación da como resultado la consolidación del creciente empobrecimiento de la sociedad argentina”, continuó.
Desconocimiento popular y falta de represalias
Asimismo, recalcó que, de 100.000 millones de dólares que ingresaron en el país en 2015-2019, 86.000 millones constituyen la fuga de capitales. Esta cifra fue revelada en un informe público que fue solicitado al Banco Central por el actual gobierno al iniciar su mandato.
En relación con esto, alentó al gobierno a tomar medidas respecto de les responsables de la fuga. Afirmó que el Banco Central y la AFIP conocen la identidad de les responsables. “Con ese informe el gobierno inició una acción penal, pero sin seguimiento”, informó Gambina.
También insistió que en las encuestas difundidas se evidencia que la mayoría de participantes no sabe de qué se trata el acuerdo y mucho menos qué significa.
El profesor de Economía Política de la UNR concluyó: “En síntesis, creo que se perdió una oportunidad histórica de rechazar el acuerdo con el fondo’’. Así mismo, aseguró que se desaprovechó la ocasión para ‘’poner en evidencia la corresponsabilidad del Fondo y el gobierno de Macri y generar una conciencia social masiva que le de consenso al rechazo con el acuerdo”.
Las ambiciones del FMI
Ante la pregunta por si el proceso de fuga de capitales fue beneficiado por la vigencia del sistema financiero bajo las leyes impulsadas por la dictadura, el presidente de la FISyP afirmó que el marco legislativo si la favoreció.
Entiende que la Ley 21.526 de entidades financieras, del año 1977, generó una concentración bancaria y una extranjerización de titulares de la banca para favorecer la inserción subordinada de la Argentina en un momento de internacionalización del movimiento de capitales. “No hay fuga de capitales si no es a través del propio sistema financiero”, aseveró Gambina.
Respecto a las afirmaciones presidenciales sobre la no exigencia, por parte del organismo internacional, de reformas estructurales, el disertante afirmó que ello esconde la intención del FMI de consolidar un acuerdo político con el oficialismo argentino y la oposición principal.
“Al FMI le interesa que la mayoría del congreso avale el préstamo, logrando así una transformación de un crédito ilegítimo a uno aprobado por el Congreso de la Nación”, reflexionó el profesor de la UNR.
¿Nos caemos del mundo?
Finalmente, respecto al hipotético escenario en el cual Argentina toma la decisión de no negociar, Gambina explicó que el país “no va a caer del mundo”.
“Es más, cuando en 2001 declaró la cesación de pagos de parte de la deuda, la nación, entre 2002 y 2007, tuvo un gran crecimiento ya que plantear no pagarle a un acreedor odioso libera recursos para otros temas” afirmó el conferencista.
Y aseguró que lo mejor que le puede pasar a Argentina es que nadie le preste, para así no acrecentar el endeudamiento. “La argentina debería patear el tablero y plantearle al sistema mundial que hay que ir a una nueva arquitectura financiera en la región y en el mundo”, aseveró.
“Actualmente la Argentina preside la CELAC y, en ese marco, podría plantear desafíos solidarios con una Argentina que confronte con el sistema financiero al FMI”, continuó el presidente de la FISyP. Advirtió que los países que se proponen autonomía sufren las sanciones del poder mundial. “No es gratuito, pero no es imposible”, alentó el orador.
“Ya sabemos lo que pasa si pagamos la deuda. Pero no se puede hacer otra cosa si no se acumula una voluntad política de poder popular’’. Concluyó que lo que se busca es ‘’generar una densidad política popular suficientemente amplia que condicione al poder local y mundial para avanzar en otro orden económico”.