La revista católica italiana «La Civiltà Cattolica» publicó la recopilación de la reunión realizada entre el Papa Francisco y los jesuitas de Eslovaquia el pasado 13 de septiembre en la capital Bratislava. Dicho encuentro estuvo marcado por ciertas dudas con respecto a su salud, que el Sumo Pontífice supo responder con cierto fastidio. Al consultarle sobre su situación de salud actual, el mismo respondió “vivo, aunque algunos me querían muerto”. De este modo quedó demostrado el desconcierto frente a lo sucedido durante el mes de julio.
En ese lapso hubo encuentros entre prelados, que pensaban que el Papa estaba más grave de lo que se dijo. Además, el Papa agregó que ya “preparaban el cónclave». En dicho encuentro, los cardenales menores de 80 años se reúnen en la Capilla Sixtina, para elegir al próximo Papa, en caso de renuncia o muerte. Todo esto sucedió cuando tuvo que ausentarse durante 10 días, en los que estuvo internado en su residencia Casa Santa Marta. En el mismo estuvo recuperándose luego de tratarse una diverticulitis la cual derivó en la extracción de 33 centímetros de su intestino.
La actitud de los prelados, quienes se encargan de acompañar y organizar la agenda papal, y los movimientos que se dieron dentro de la Curia Romana, indignaron al Papa Francisco. De este modo, le hizo frente a los rumores de su dimisión del puesto más alto de la Iglesia Católica por su estado de salud y declaró lo siguiente: “nunca se me pasó por la cabeza”.
La situación actual
Para finalizar el tema, el Sumo Pontífice expresó que “Gracias a Dios, estoy bien. La operación fue una decisión que no quería tomar”. Y agregó: “fue un enfermero el que me convenció; a veces los enfermeros comprenden la situación mejor que los médicos, porque están en contacto directo con los pacientes”.
Su estado de salud es muy favorable pese a ser una persona de 84 años y la recuperación de la operación fue un éxito. Sin embargo, deberá seguir monitoreado hasta que cicatricen todas las heridas internas. Tranquilos, hay Papa Francisco para rato.