“Desde nuestras identidades Charrúa-Jñatjo nos apropiamos del término en su sentido más lato. “Que reaparece en la superficie después de un trayecto subterráneo” a modo de metáfora para caracterizar un momento o una parte de la dinámica actual de nuestros pueblos. Así nos podemos caracterizar como pueblo o sujeto resurgente, en sus dimensiones cultural y política”, del artículo “Resurgente, concepto desde los márgenes” publicado el 16 de marzo de 2017.
Desde el área de interculturalidad y pueblos originarios de la Universidad Pública Provincial de Entre Ríos, se publicó un libro que rescata la historia del pueblo charrúa. Denominado Inambi Atei, que en castellano significa “estamos bien vivos”, este libro busca reivindicar una historia atravesada por el genocidio, el despojo, la negación de su identidad y la resistencia.
Este material, compilado por Ukaivberá Gladys Do Nascimento y Bernardita Zalisñak, busca visibilizar a un pueblo que ha sido relegado. Si bien lo aborda desde una perspectiva histórica, también recupera la cultura charrúa a través de poesías y ensayos. De esta manera, busca darle voz a los sentires, reflexiones y denuncias de la comunidad; retoma desde saberes ancestrales hasta experiencias actuales.
La Nación Charrúa, a pesar de ser una “cultura avasallada por la colonización”, muestra “expresiones, saberes e interpretaciones propias”. No se trata de “una cultura estática”, sino que ha sabido transformarse y recrearse para sobrevivir, volviendo con toda su fuerza” dice el libro.
Las mujeres charrúa
“Pueden decir mucho de nosotros como Nación Charrúa, incluso muchas veces nos esbozan como un pueblo sin cultura, educación y organización (…) Pero nuestra cultura es profunda y las ceremonias de pasaje son múltiples, desde el nacimiento. Con la presentación de la niña o niño a la luna, o en las mujeres con el tatuaje de las líneas azules, sobre las que profundizaremos en este escrito y las numerosas ceremonias mortuorias, que forman parte de las más conocidas”, se lee en el libro.
El segundo capítulo del libro está destinado a abordar los tatuajes de las mujeres charrúa; definidos como “una expresión visual concreta de la pertenencia a un pueblo, de identidad y resistencia”. Portadoras de una marca que reivindica su identidad, las ukai (mujeres charrúa) se autodefinen como ‘guardianas de la memoria colectiva’. Aquellas que sobrevivieron a la Masacre de Salsipuedes, ocurrida en 1831 y dirigida por el Presidente uruguayo Fructuoso Rivera, son quienes se encargan de sostener las tradiciones y la cultura charrúa.