La familia del locutor resistenciano Julio Sosa recurrió a miles de maneras para poder recaudar los 30 mil dólares necesarios para su tratamiento frente a la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). Sin embargo, todas sumaban a cuenta gotas. Agregado a esto un tirano que se hace recurrente en el desarrollo del país: la suba de la moneda extranjera. “Gracias a Santi (Maratea) se pudo lograr. Gracias a él se aportó casi el 80 por ciento del monto. Lo que logramos recaudar capaz era el 10 – 20 por ciento, lo demás lo juntó Santi”, aseguró el hijo del comunicador, Gustavo Sosa.
Las actividades fueron muchas, sorteos, comidas, hasta incluso la venta de Tupper para poder recaudar el monto buscado. Además de publicar por todas las páginas web de noticias los datos para hacer los depósitos o transferencia a las cuentas de la familia. Aún así, en un plazo mayor a dos meses no se pudo recaudar ni la mitad del objetivo. Incluso, Lotería Chaqueña puso a disposición el Sorteo “solidarios x la vida” para la ayuda del locutor.
La colecta que inició el 28 de mayo no tuvo un comienzo favorable, pero con el pasar de los días fue tomando fuerza. “Primero empezamos con mil pesos al día, luego fue aumentando a 20 mil pesos por día a medida que se fue aumentando la difusión”, comentaba el hijo de Julio Sosa.
“En una semana llegamos al millón de pesos, en la segunda, al millón y medio y ahí se frenó todo”, continuaba el menor de los Sosa. Aun así, no se detuvieron y siguieron buscando distintas maneras de empezar con el tratamiento. Ya con ese monto pactaron un plan de cuotas que era de 5 mil dólares cada dos meses hasta completar el total del tratamiento.
El tiempo fue otro de los tiranos, mientras más pasaba, peor se encontraba el periodista. Por fin, lo que fue diagnosticado el 28 de agosto llegó a buen puerto. Fueron más de 60 días de búsqueda incansable y de distintos métodos para recolectar el dinero, todos contribuían, pero ninguno hacía la diferencia.
“Una amiga de mi hermana, le mando la noticia a Santi Maratea por Instagram y le contestó y ahí él se comunicó con mi hermana”, comentaba Gustavo. Ese fue el principio del cambio, lo demás es historia.
Fue entonces que el influencer tomó participación. Apareció esa diferencia tan anhelada. Fueron dos días, 48 horas, 2880 minutos, 172,800 segundos la distancia entre la nada y el todo. La diferencia entre una familia que, a pesar de sus luchas, no podía ver a su padre mejorar y la tan deseada medicina que puede frenar el avance de la enfermedad.
A partir de ahora, solo queda esperar los trámites correspondientes para realizar las primeras transferencias y con ello, el envío de las primeras dosis de los medicamentos.
Facebook de la campaña: Todos con Julio Sosa.