En los últimos días se confirmó que el presidente de la República Argentina, Alberto Fernández, posee síntomas de coronavirus a pesar de haber recibido 2 dosis de la vacuna Sputnik V. Cómo funcionan las vacunas, si realmente son efectivas, y mucho más, en esta nota especial sobre vacunas y COVID.
La Sociedad Argentina de Infectología (SADI) elaboró una guía, que está disponible en su página web, para poder entender cómo funcionan las vacunas. Según informan, “son preparaciones biológicas que se administran a las personas para generar inmunidad activa y duradera contra una enfermedad, estimulando la producción de defensas”.
Asimismo, remarcan que pueden desarrollarse a partir de bacterias o de virus muertos o atenuados, o productos derivados de éstos. El cuerpo produce dos tipos de respuestas inmunológicas frente a agentes infecciosos: una primera respuesta inmune innata e inespecífica, que es igual frente a cualquier patógeno, y una segunda respuesta inmune que sí depende del patógeno, y se llama adaptativa, en la que se producen anticuerpos y células de memoria. Así, cuando el mismo agente vuelve a ingresar al cuerpo, esta «memoria« hace que se tenga una mejor respuesta durante una exposición posterior.
Además, en la guía se aclara que cuando se administra una vacuna, el sistema inmune reconoce a ese antígeno y genera una respuesta como si se hubiese infectado. Luego, si la persona tiene contacto con ese patógeno, su sistema inmune de memoria lo va a reconocer, respondiendo más rápidamente y de forma más potente, disminuyendo los síntomas, la replicación del virus y por lo tanto, la transmisión o el contagio.
De esta manera, se controla la propagación de la enfermedad en la población sin necesidad de padecer primero la infección primaria.
Características del coronavirus
En contacto con Nota al Pie, el director en Biología e Investigador del CONICET, Matías Blaustein explicó que “el coronavirus es un virus ARN, es decir que su material genético es diferente al que poseemos las personas, que es ADN. Su nombre se debe a la forma de corona que tiene su superficie, en la que hay espigas que poseen la proteína S («spike«)”.
En ese marco, indicó que “estas proteínas de superficie se unen a los receptores ACE-2 presentes en el cuerpo humano, desencadenándose así la enfermedad. Y, señaló que lo que hace particularmente agresivo a este virus no es sólo su tasa de letalidad (más alta que la de las gripes comunes), sino su gran capacidad de contagiar a otras personas. Al permanecer en el cuerpo durante unos 10-14 días, aquellas personas que transitan la enfermedad sin síntomas, pueden contagiar a los demás durante ese tiempo, sin darse cuenta”.
El medico planteó que “la vía de contagio de este virus son los aerosoles que se producen al hablar, al estornudar, al respirar. Por lo tanto, es fundamental el uso de barbijos, respetar la distancia social y ventilar los ambientes cerrados”.
Por otro lado, señaló que “es un virus que muta mucho. En general los virus suelen tener altas tasas de mutaciones, pero al ser virus ARN esto es mayor, porque posee menor tasa de «reparación de errores« que es lo que da lugar a las mutaciones. De esta manera el virus va cambiando y aparecen nuevas cepas como las de Manaos, la Británica o la de Sudáfrica”.
Tipos de vacunas
El docente de la UBA y coordinador del Grupo de Biología de Sistemas y Filosofía del Cáncer detalló que existen diferentes tipos de vacunas:
*Pfizer-Moderna: las primeras en salir. Son vacunas basadas en ARNm, en donde se genera un «pedazo« de ARN (llamado ARN mensajero) que tiene la capacidad de expresar una parte de las proteínas S de superficie. Cuando se aplica la vacuna, ese ARNm ingresa a las células de las personas y se producen solamente esas proteínas, sin generarse infección.
El sistema inmune reconoce esa proteína y se genera una respuesta inmunológica con memoria frente a una posible futura infección del virus, pero sin causar mayores efectos adversos que los que ya se conocen para otras vacunas.
*Oxford-AstraZeneca- Sputnik V: Son vacunas basadas en vectores virales de «adenovirus de la gripe«, es decir, basadas en virus que producen gripe en chimpancés y en humanos. Son virus ADN que se modifican para que no se puedan multiplicar dentro de nuestras células, para que sean lo menos peligrosos posibles, que no se puedan insertar en el ADN humano –y que si se insertan no produzcan cáncer-, y por otro lado se les agrega una parte de la información genética del coronavirus, para que pueda producir la proteína S de la superficie.
Cuando se aplica la vacuna, ese adenovirus ingresa a las células de las personas y se expresa la proteína S en la superficie, lo que genera una respuesta inmune y de memoria.
*Sinopharm: Son vacunas basadas en métodos tradicionales. Se utilizan coronavirus inactivados por diferentes métodos (químicos, físicos –calor-, genéticos). Son partículas virales que no tienen la capacidad de infectar ni de replicar, pero sí de producir la respuesta inmune y de memoria.
*También se están desarrollando más vacunas que utilizan estrategias ya conocidas, como por ejemplo Cuba, que está por lanzar dos vacunas en las que se utilizan proteínas y no se introduce material genético en las células de las personas. En Argentina también se está desarrollando una vacuna con esta técnica.
Vacunade e infectade, ¿cómo es posible?
En cuanto a la posibilidad de contagiarse aun estando vacunade, el investigador del Conicet, Matías Blaustein aclaró que “algunas vacunas previenen el contagio, evitando la entrada del agente patógeno al organismo, pero otras no logran impedir la entrada del agente. En estos casos, el contagio y la infección se producen pero con menor riesgo de generarse un cuadro grave”.
Y esgrimió que “las vacunas contra el coronavirus pertenecen a este segundo grupo, ya que las personas vacunadas pueden contagiarse pero no desarrollan síntomas o éstos son muy leves. Esto se debe a que los anticuerpos y células de memoria producidas por la vacunación, neutralizan en buena parte la infección por coronavirus”.
Por lo tanto, el profesional destacó que “la efectividad de estas vacunas se debe a que impiden el desarrollo de formas graves de la enfermedad y principalmente, evitan las muertes”.
En el caso del Presidente, al haberse aplicado dos dosis de la vacuna Sputnik V, esto hace que la enfermedad que actualmente padece no progrese a las formas más graves y sea una infección leve.
El riesgo de contraer una forma grave de coronavirus es mucho mayor que el riesgo de padecer efectos adversos por las vacunas, por lo cual la aplicación de las mismas debe continuarse y ser lo más masiva posible.