
Este viernes 10 de octubre se celebró el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha que busca concientizar, reducir el estigma y movilizar los esfuerzos globales para mejorar el acceso a los servicios de salud mental. En este marco, un estudio de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA) advirtió que el 35% de la población argentina atraviesa algún nivel de malestar psicológico y cerca del 9% está en riesgo de padecer un trastorno mental.
El estudio, realizado por el Observatorio de Psicología Social Aplicada (OPSA) de dicha facultad, reveló que predominan los síntomas ansiosos, las alteraciones del sueño, el agotamiento emocional y el desánimo persistente. La investigación evidenció una regla epidemiológica constante: los niveles de malestar son mayores en mujeres, en personas jóvenes y en quienes cuentan con menos recursos económicos o sociales.
A su vez, se observó que los centros urbanos más grandes, sobre todo el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y las capitales provinciales, registran los niveles más altos de malestar. Sin embargo, regiones con menor acceso a recursos de salud mental, como el NOA y el NEA, también muestran altos niveles de ansiedad y estrés, vinculados a desigualdades estructurales y barreras de acceso a la atención.
Otro de los puntos destacados del estudio es que se detectó un incremento sostenido en la búsqueda de ayuda psicológica desde la pandemia. Aproximadamente uno de cada cuatro adultos consultó alguna vez a un profesional de salud mental, y cerca del 14% mantiene actualmente un tratamiento psicológico o psiquiátrico activo. Esto refleja una mayor visibilidad y aceptación social de la consulta profesional.
En este contexto, los especialistas recomiendan acudir a un profesional de la salud mental cuando se presente un malestar subjetivo persiste, tales como angustia, ansiedad o tristeza prolongadas; e interferencia o disfuncionalidad, es decir, emociones que afectan el sueño, el trabajo, los estudios o las relaciones personales.