
Desde el conurbano bonaerense, una universidad pública dio un paso que hasta ahora parecía reservado a los grandes centros científicos del mundo. La Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR) incorporó una computadora cuántica y se convirtió en la primera institución del sistema universitario argentino en contar con este tipo de tecnología, considerada clave para el desarrollo científico y productivo de las próximas décadas.
Lejos de pensarse como un recurso de uso interno, el equipamiento fue integrado a un esquema de acceso compartido que involucra a universidades e instituciones científicas de distintas regiones del país.
La propuesta apunta a construir capacidades colectivas en un campo altamente especializado, donde la cooperación resulta indispensable frente a los costos y la complejidad técnica que implica la computación cuántica.
La iniciativa se inscribió en una estrategia más amplia de fortalecimiento de la formación académica y la investigación. En ese marco, la UNAHUR proyectó el desarrollo de trayectos de posgrado orientados a las tecnologías cuánticas, con el objetivo de formar investigadores, docentes y profesionales capaces de intervenir en un área que atraviesa disciplinas como la física, la informática, la matemática y la ingeniería.
El rector de la universidad, Jaime Perczyk, destacó que la incorporación del equipamiento respondió a una decisión de largo plazo vinculada con el rol de la universidad pública. Según expresó, se trató de una inversión orientada a ampliar las oportunidades de formación y a preparar a la comunidad académica para los desafíos tecnológicos que marcarán el futuro cercano.
¿Quiénes participarán?
Para poner en marcha el proyecto, la UNAHUR avanzó en la conformación de una red institucional que reúne a universidades nacionales y organismos científicos. Entre ellas se encuentran casas de estudio de la provincia de Buenos Aires, del interior del país y universidades con fuerte trayectoria en investigación, además de entidades como la Comisión de Investigaciones Científicas y la Asociación Física Argentina.
El trabajo conjunto permitirá compartir infraestructura, desarrollar proyectos de investigación y formar recursos humanos de manera articulada. A este esquema se sumó la contratación de un servicio de computación cuántica en la nube, que habilita el acceso a equipos de mayor escala ubicados en distintos puntos del mundo.
Esta modalidad amplía las posibilidades de experimentación y aprendizaje, y facilita la participación en desarrollos internacionales sin necesidad de concentrar toda la infraestructura en un solo espacio físico.
La computación cuántica se diferencia de la computación tradicional porque no opera únicamente con ceros y unos. En su lugar, utiliza “qubits”, sistemas que pueden procesar múltiples estados de manera simultánea. Esta característica permite abordar problemas de enorme complejidad en tiempos significativamente menores a los de las computadoras convencionales.
Las proyecciones sobre el impacto de esta tecnología abarcan desde la optimización de procesos industriales y logísticos hasta avances en criptografía, desarrollo de nuevos materiales y simulaciones para la investigación farmacológica. Por ese motivo, distintos países invierten fuertemente en este campo, al que consideran estratégico para su soberanía científica y tecnológica.
La incorporación de una computadora cuántica en una universidad pública del conurbano no solo representa un avance académico, sino también una señal política sobre el lugar que la educación superior y la ciencia ocupan en el desarrollo del país. La experiencia de la UNAHUR abre un camino que hasta ahora no había sido explorado en el sistema universitario nacional.

