
Cada 7 de octubre se conmemora el Día de la Identidad Villera en homenaje al nacimiento del Padre Carlos Mugica, quien dedicó su vida al trabajo sacerdotal junto a los más humildes. La fecha se estableció en 2014, a través de la Ley 27.097, con el objetivo de promover los valores que componen la identidad villera: solidaridad, optimismo, esperanza, generosidad, humildad y el valor por lo colectivo.
En este marco, hoy a las 17 se realizará una marcha desde el Monumento al Padre Múgica, Juncal y 9 de Julio, hacia la Parroquia Cristo Obrero, Av. Castillo y Calle 14.
Padre Mugica, el cura villero que convirtió su fe en militancia
Carlos Francisco Sergio Mugica nació en Villa Luro, Buenos Aires, el 7 de octubre de 1930. A sus 21 años abandonó sus estudios de abogado para ingresar en el Seminario Metropolitano de Buenos Aires, en 1951.
Años después fue misionero y visitaba el conventillo de La Boca. Durante una de sus recorridas, se topó con un graffiti que decía: “Sin Perón no hay Patria ni Dios, abajo los cuervos”. Aseguran que la intervención fue decisiva para él.
En 1959 se convirtió en sacerdote en la Catedral de la Ciudad de Buenos Aires. Durante esa época, se desempeñó como asesor espiritual de la Juventud Estudiantil Católica del Colegio Nacional de Buenos Aires y de la Juventud Universitaria Católica de la Facultad de Medicina.
Fue integrante del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y participó de las luchas populares de la Argentina de los 60 y 70. Además, impulsó la creación del movimiento de curas villeros.
Luego de su retorno, Perón convocó al Padre Mugica para que sea parte del Ministerio de Bienestar Social. El cura aceptó considerando que era un lugar estratégico para ayudar a las villas. Sin embargo, por las diferencias con el ministro López Rega, decidió renunciar al cargo.
Conocido por su fervor, Mugica recibió varias amenazas de muerte por su labor en favor de los pobres. Pregonó de manera incansable la lucha política llamando a las diversas fuerzas vigentes en esos tiempos (Montoneros, sobre todo) a librarse de las armas.
El 11 de mayo de 1974, a la salida de una misa celebrada en la Parroquia San Francisco Solano, fue asesinado por la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), liderado por José López Rega. Sus restos descansan, desde 1999, en la Parroquia Cristo Obrero en la Villa 31. Fue desde allí, y para todas partes del país, que reivindicó y luchó por la igualdad.