
Mientras redacto esta columna, el presidente Javier Milei confirma lo que muchos argentinos intuíamos desde el primer día: su gobierno representa una máquina de demolición social diseñada para beneficiar exclusivamente a los sectores concentrados de poder.
Con la frialdad que caracteriza su gestión, el mandatario libertario anuncia nuevos vetos a leyes fundamentales como el financiamiento universitario, la emergencia pediátrica y el reparto de fondos provinciales. Esta decisión suma nuevos capítulos a una historia de crueldad institucional que ya acumula seis vetos en menos de nueve meses de mandato.
Sin embargo, estos no son meros datos estadísticos. Cada veto presidencial representa una condena directa para miles de familias argentinas que ven cómo se desmorona el tejido social que costó décadas construir.
Cada firma con esa infame lapicera presidencial significa una cachetada a trabajadores, jubilados, estudiantes, personas con discapacidad y familias enteras que luchan cotidianamente por sobrevivir en una Argentina que parece diseñada para expulsar a sus propios hijos.
La Universidad Pública y la salud como objetivos estratégicos
El veto al financiamiento universitario no constituye una decisión aislada ni responde únicamente a criterios presupuestarios. Forma parte de un plan sistemático para desmantelar la educación pública argentina, históricamente uno de los pilares más sólidos de nuestra soberanía nacional. La pregunta central es evidente: ¿por qué atacar específicamente las universidades?
La respuesta radica en que estas instituciones representan espacios de formación de conciencia crítica, de profesionales capacitados para pensar con autonomía y de investigadores que desarrollan tecnología genuinamente nacional.
Los jefes de Milei y sus asesores comprenden perfectamente que un pueblo educado difícilmente acepta ser engañado o manipulado. Por eso recortan presupuestos y fomentan el deterioro generalizado. Su objetivo es claro: transformar Argentina en una sociedad de esclavos económicos, no de ciudadanos pensantes.

La Universidad Pública argentina formó tres premios Nobel, educó generaciones completas de médicos, ingenieros y científicos que proyectaron el prestigio nacional en el mundo entero. Bajo el actual gobierno, nuestros mejores talentos emigran porque el país no les ofrece perspectivas de desarrollo. Esta fuga de cerebros beneficia directamente a las potencias centrales mientras debilita estructuralmente nuestro proyecto nacional.
En línea con lo anterior, el veto a la emergencia pediátrica del Hospital Garrahan define con precisión la bajeza moral de esta administración. Estamos refiriéndonos al hospital pediátrico más importante del país, una institución que atiende a los niños más vulnerables de Argentina; vetar su financiamiento, constituye un acto de crueldad que carece de cualquier justificación racional.
Cuando un gobierno ataca sistemáticamente a niños enfermos y cuando privilegia equilibrios contables por encima de la vida de los más indefensos, no estamos ante meras diferencias de criterio económico. Estamos frente a un proyecto político que considera descartables a los sectores populares y utiliza la crueldad como herramienta de disciplinamiento social.
El Escándalo ANDIS: Corrupción en el corazón del poder
La hipocresía gubernamental alcanzó niveles inauditos cuando estalló el escándalo de corrupción en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS). Los audios filtrados de Diego Spagnuolo, íntimo amigo presidencial, visitante frecuente de la residencia presidencial de Olivos y director de la agencia, revelaron un esquema sistemático de cobro de coimas a laboratorios por la adquisición de medicamentos destinados a personas con discapacidad.
Las grabaciones comprometen directamente a los hermanos Milei como conocedores y beneficiarios del circuito de corrupción, donde la dimensión del cinismo es gigante: el mismo gobierno que declara carecer de fondos para personas con discapacidad roba sistemáticamente el dinero destinado a sus medicamentos esenciales.
Los allanamientos judiciales secuestraron miles de dólares en efectivo y Spagnuolo eliminó deliberadamente los intercambios de mensajes con los hermanos Milei previo a los operativos.
Karina Milei, hermana presidencial, aparece mencionada en las grabaciones como una de las principales beneficiarias de esta red mafiosa, y los registros detallan minuciosamente el funcionamiento del mecanismo de retornos ilegales en las compras de medicamentos.
Afortunadamente, la movilización popular y la presión parlamentaria lograron revertir el veto a la emergencia en discapacidad, pero ahora comprendemos los motivos profundos de tanto empeño en recortar estos fondos específicos.

El Modelo Neoliberal: saqueo y entrega
Cada veto presidencial, cada escándalo de corrupción que emerge desde las estructuras del poder, revela la naturaleza auténtica de este proyecto político. No se trata genuinamente de «ordenar las cuentas públicas» ni de «modernizar el Estado».
Se trata de saquear sistemáticamente al pueblo, quebrar su capacidad de resistencia y generar niveles de desesperación tales que los trabajadores acepten cualquier condición laboral, cualquier salario de subsistencia, cualquier atropello a sus derechos históricos.
Este patrón reproduce modelos aplicados durante la dictadura, su correlato durante el auge del neoliberalismo en los 90 y la aplicación de recetas que el Fondo Monetario Internacional impone sistemáticamente al país cada vez que cae bajo su influencia.
La metodología es invariable: primero saquean el Estado desde sus estructuras internas, luego destruyen las instituciones públicas restantes, y finalmente privatizan los activos y recursos naturales a precios irrisorios para beneficio de grupos económicos concentrados.
La Respuesta Popular: Buenos Aires marca el rumbo
Las recientes elecciones bonaerenses demostraron que el pueblo argentino está despertando políticamente. Con más del 47% de los sufragios, Fuerza Patria propinó una derrota electoral histórica a La Libertad Avanza. El mensaje resulta inequívoco: los argentinos comprenden que este gobierno no los representa, que los roba y los traiciona sistemáticamente.
El resultado electoral es el fruto de meses de resistencia organizada, de trabajo territorial incansable y de construcción política. Demuestra que cuando el pueblo se organiza, se puede derrotar a cualquier proyecto oligárquico; por más feroz y corrupto que sea.
Las elecciones nacionales del 26 de octubre representan una oportunidad histórica para modificar el rumbo nacional. En esa fecha se renovará la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado.
Constituye la posibilidad concreta de construir frente al gobierno de Milei una fuerte trinchera parlamentaria que no le permita gobernar por decreto y condicione los planes destructivos que tiene comprometidos con el FMI: la Reforma Laboral y la Reforma Jubilatoria.

Cada voto por Fuerza Patria en octubre significará un voto contra los vetos presidenciales, un respaldo a la universidad pública, un apoyo a jubilaciones dignas y una defensa de la salud pública. Representará un voto contra la corrupción de los hermanos Milei, contra el saqueo sistemático del Estado.
Será un voto por la patria frente a la entrega, por la soberanía frente a la dependencia, por la justicia social frente al ajuste salvaje y la corrupción descarada. La historia argentina demuestra que los derechos sociales nunca se obtienen mediante súplicas o negociaciones con los poderosos. Se conquistan luchando organizadamente.
Hoy nos corresponde escribir un nuevo capítulo de esa historia de resistencia y dignidad nacional. Nos toca demostrar que el pueblo argentino no se rinde ante la crueldad, que no acepta la humillación sistemática y que sabe defender lo que legítimamente le pertenece.
No podemos permitir que los Milei, los Menem, los Bullrich, los Caputo y tantos otros continúen destrozando lo que costó generaciones construir. No podemos aceptar que nuestros pibes y pibas hereden un país sin universidades públicas, sin hospitales de calidad, sin derechos laborales, sin futuro para los trabajadores.
Por eso resulta fundamental salir a las calles, ocupar las plazas, marchar por nuestros derechos, hacer sentir nuestra voz colectiva. Cada protesta, cada movilización, cada acto de resistencia popular debilita al gobierno y fortalece la esperanza de transformación.
La Patria no se vende. La Patria se defiende. Y se defiende en las calles, en las urnas y en cada lugar donde un argentino o una argentina dice «basta» a la injusticia estructural. Que se enteren los de arriba: el proyecto de una Argentina justa, libre y soberana para todos y todas esta más vivo que nunca.
* Escrito por Adolfo Buzzo Pipet – Dirigente de Libres del Sur Ciudad de Buenos Aires.