
A 49 años de la Masacre de San Patricio, se presentó en la Cámara de Diputados un proyecto de ley que propone declarar Monumento Histórico Nacional a la Parroquia San Patricio, donde se perpetró uno de los crímenes más brutales de la última dictadura cívico-militar. La iniciativa, impulsada por el diputado nacional Eduardo Valdés junto al colectivo Palotinos por la Memoria, la Verdad y la Justicia, busca preservar un espacio clave para la memoria y los derechos humanos en el país.
El acto de presentación se realizó este lunes 7 de julio en el auditorio de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación. Participaron legisladores, representantes de organismos de derechos humanos, miembros de comunidades religiosas, dirigentes gremiales y familiares de las víctimas. Estuvieron presentes también los diputados Sabrina Selva y Ricardo Herrera —coautores del proyecto—, junto con el párroco de San Patricio, Juan Sebastián Velasco; la presidenta de la Comisión Nacional de Monumentos, Mónica Capano; y Ramiro Varela, miembro del colectivo promotor de la iniciativa.
El panel fue encabezado por el diputado nacional Eduardo Valdés, ex embajador argentino ante el Vaticano, quien destacó el vínculo del papa Francisco con la comunidad palotina. Recordó que, siendo arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio visitó la Parroquia San Patricio en 2001 y 2005, y promovió el inicio del proceso de canonización de los cinco religiosos asesinados. “Bergoglio fue el confesor del padre Alfredo Kelly, una de las cinco víctimas y párroco de San Patricio al momento del hecho”, señaló.
El crimen que marcó la historia
La masacre del 4 de julio de 1976, en plena dictadura, dejó un saldo trágico: los sacerdotes Alfredo Kelly, Alfredo Leaden y Pedro Dufau, y los seminaristas Salvador Barbeito y Emilio Barletti fueron asesinados a sangre fría en la casa parroquial. Los cuerpos aparecieron alineados, boca abajo y con múltiples disparos. El hecho es considerado el ataque más grave contra la Iglesia en la historia reciente del país.
La investigación judicial del caso sigue en manos del juez federal Daniel Rafecas, quien instruye la causa en el marco de los crímenes de lesa humanidad cometidos por el aparato represivo que operó desde la Superintendencia de Seguridad Federal. En las últimas semanas, la querella encabezada por el abogado Pablo Llonto pidió la citación a indagatoria de diez exintegrantes de la Policía Federal vinculados al encubrimiento del crimen, así como del exjuez Guillermo Rivarola, acusado de haber frenado la investigación original.
Una historia de fe y comunidad
La parroquia San Patricio fue fundada en 1929, en el marco de una reorganización eclesiástica impulsada por el entonces arzobispo de Buenos Aires, Monseñor Bottaro. La conducción fue confiada a la Sociedad del Apostolado Católico (SAC), más conocida como los padres palotinos, una congregación de origen irlandés con fuerte arraigo en el país desde fines del siglo XIX. Primero funcionó en una casa alquilada sobre la calle Echeverría, hasta que en 1930 se construyó un templo de chapa corrugada, reemplazado en 1958 por el edificio actual, gracias al apoyo de la colectividad irlandesa y los vecinos del barrio.
Con el tiempo, San Patricio se consolidó como un centro de vida comunitaria. Además de su labor pastoral, desde 1965 funciona allí el colegio San Vicente Pallotti, que comenzó como guardería para hijos de trabajadoras y hoy brinda educación primaria a más de 300 alumnos. Entre sus tesoros patrimoniales se destaca un órgano de tubos Aeolian Op. 1165, único en el país, donado por la familia Hirsch.
Reconocimientos y legado
En las últimas décadas, la parroquia San Patricio se consolidó como un espacio central de memoria y homenaje. Diversas acciones institucionales, comunitarias y culturales han reforzado su valor simbólico. En 2018, al cumplirse 42 años del crimen, se colocaron tres Baldosas por la Memoria frente al templo. El acto fue impulsado por el colectivo Palotinos por la Memoria junto a organizaciones barriales, y contó con la presencia de por Estela de Carlotto, Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. Un año después, se sumaron nuevas baldosas en Monroe y Triunvirato, esta vez con la presencia de Taty Almeida.
En las últimas décadas, San Patricio se convirtió en un espacio central para la memoria y el homenaje. Diversas acciones institucionales, comunitarias y culturales han reforzado su valor simbólico. En 2018, al cumplirse 42 años del crimen, se colocaron tres Baldosas por la Memoria frente al templo. El acto fue impulsado por el colectivo Palotinos por la Memoria junto a organizaciones barriales, y contó con la presencia de Estela de Carlotto. Un año después, se sumaron nuevas baldosas en Monroe y Triunvirato, con la participación de Taty Almeida.
En 2019, la Legislatura porteña rebautizó la estación Echeverría del subte B como “Mártires Palotinos” y declaró patrimonio cultural tanto al edificio como al mural en homenaje a las víctimas. En el interior del templo, se conserva y exhibe la alfombra sobre la que fueron asesinados los cinco religiosos.
En diciembre de 2023, el predio completo de la parroquia fue declarado Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires. La ceremonia contó con la participación de representantes de organismos de derechos humanos, autoridades religiosas y el embajador de Irlanda en Argentina. En paralelo, se realizaron homenajes en otras localidades donde la congregación palotina tiene presencia, como Lomas de Zamora, Suipacha, Mercedes y San Antonio de Areco, mediante la colocación de baldosas y murales conmemorativos.