La inhabilitación perpetua a Cristina Fernández de Kirchner para ejercer cargos públicos y su condena a prisión, marcan un antes y un después en la historia democrática de nuestro país. No es una decisión judicial: es un acto de persecución política, un intento de disciplinamiento y una advertencia a quienes se atreven a enfrentar al poder real.
Durante los gobiernos de Néstor y Cristina las y los trabajadores recuperamos derechos, salario, empleo, paritarias y jubilaciones.
Por eso hoy no se juzga a una persona: se busca proscribir un proyecto político que eligió al pueblo.
Un proyecto que enfrentó a quienes se enriquecieron con el negocio de las AFJP, con las privatizaciones de las empresas públicas, a quienes generaron una desocupación del 20%, a quienes flexibilizaron las leyes laborales, endeudaron al país, la fugaron y nos dejaron la cuenta a todos.
No se animan a enfrentarla en las urnas y la condenan para impedir que sea candidata. Eso no es justicia: es proscripción.
A quienes ostentan responsabilidades políticas democráticas, les decimos: hay que estar a la altura de la historia. No hay margen para la indiferencia ni para la especulación.
A quienes celebran, les advertimos: no se den por vencedores. Esta historia no termina hoy. Este pueblo aprendió que la resistencia puede durar años, que la dignidad no se negocia y que la memoria no se borra con sentencias.
Desde ATE Capital no vamos a quedarnos en silencio mientras se la proscribe. Defender a Cristina es defender la democracia, los derechos conquistados y la dignidad de las y los trabajadores.
ATE CAPITAL