
La Escuela Secundaria N.º 28 «Julio Cortázar» de Berazategui fue sede de una jornada especial que reunió a estudiantes, familias y especialistas en torno a un tema urgente: la convivencia digital en tiempos de hiperconectividad.
La actividad, organizada por el Centro de Estudiantes en el marco del Día del Periodista, abordó desde una perspectiva crítica los desafíos que enfrentan las adolescencias frente al avance de las tecnologías y la ausencia de políticas públicas sólidas en materia de ciberseguridad.
El fiscal Daniel Ichazo, titular de la UFIJ 8 especializada en ciberdelitos y trata de personas, encabezó el encuentro con una charla esclarecedora sobre las formas que adquieren las violencias digitales en la actualidad: grooming, ciberacoso, difusión no consentida de imágenes y contenidos íntimos, y hostigamiento escolar trasladado a redes sociales. Frente a un auditorio colmado de estudiantes, explicó cómo operan los delitos en línea y qué herramientas jurídicas existen hoy para prevenirlos y denunciarlos.
Previo a la exposición de Ichazo, el educomunicador Claudio Vallory presentó el proyecto de la Red de Laboratorios de Factcheckers, una iniciativa que ya funciona en la escuela y busca combatir la desinformación mediante la verificación de contenidos en redes.
Esta propuesta fue bien recibida por los estudiantes, quienes manifestaron interés por entender cómo funcionan los discursos de odio y las narrativas falsas que circulan en sus entornos digitales cotidianos.
En este sentido es importante desarrollar el rol activo de las escuelas públicas en la formación ciudadana, incluso en un contexto de desfinanciamiento. Pese a la falta de recursos y capacitación específica, docentes y estudiantes sostienen espacios fundamentales como estos, que permiten abrir el diálogo sobre los riesgos actuales del mundo digital y pensar en estrategias de cuidado colectivo.
Es cierto, que muchas veces los equipos directivos no encuentran herramientas para prevenir y erradicar la violencia en redes sociales. Puesto que el problema ya no es a la salida del colegio como hace 10 años atrás, el conflicto puede ser una toruta de 24 horas para un estudiante que es hostigado por redes sociales. ¿Cómo afrontan esto directivos, docentes y padres?
Una de las conclusiones más contundentes fue la enorme brecha entre los problemas digitales que enfrentan las y los adolescentes y las herramientas con las que cuentan los equipos directivos y docentes para abordarlos.
Las escuelas siguen enfrentando con recursos del siglo pasado problemas que mutaron a nuevos escenarios: el bullying no desapareció, se trasladó a Instagram, a TikTok y a los grupos de WhatsApp. Y con él, aparecieron nuevas formas de exposición, daño psicológico y vulneración de derechos.
En este contexto, el testimonio de los propios estudiantes fue clave. Con preguntas precisas, compartieron experiencias cercanas sobre hostigamiento, control parental excesivo, suplantación de identidad en redes y falta de acompañamiento institucional. La jornada se transformó así en un espacio de escucha real donde las juventudes pudieron expresarse sin intermediarios.
La actividad incluyó también un llamado a repensar la educación digital desde una perspectiva de derechos humanos, entendiendo que el acceso a internet no puede disociarse de la protección, el cuidado, la privacidad y la libertad de expresión. Temas que requieren no solo voluntad docente sino presupuesto, formación específica y políticas públicas sostenidas.
La escuela pública se posicionó, una vez más, como un faro en la región al impulsar debates urgentes y necesarios. Ayer no solo se habló de tecnología: se habló de vínculos, de cuidado, de ciudadanía digital y de cómo construir una escuela que no le dé la espalda a los problemas reales de las adolescencias.