
Una de las mayores ofertas públicas de adquisición (OPA) del siglo
Estamos hablando de uno de los mayores acuerdos del siglo. Un consorcio liderado por Elon Musk ofreció 97.400 millones de dólares, o 94.500 millones de euros, para comprar OpenAI, la empresa detrás de la inteligencia artificial ChatGPT, según revelaron el lunes 10 de febrero por la noche el Wall Street Journal y el New York Times.
«No, gracias», replicó Sam Altman, CEO de OpenAI y miembro de la junta directiva, en X. «Pero compraremos Twitter por 9.740 millones de dólares si quieren», agregó al multimillonario propietario de esta red social, en claro tono provocativo.
OpenAI no está a la venta
OpenAI «no está a la venta», repitió Sam Altman el martes 11 de febrero desde París, donde asistió a la cumbre de IA, informa BFMTV. Un rechazo que también contaría con el apoyo de la junta directiva de OpenAI, según The Information.
«El estafador Altman», replicó el ahora mano derecha de Donald Trump, en la plataforma que había comprado por 44.000 millones de dólares en 2022, antes de liquidar a su personal y desregularla.
Disputa entre Musk y Altman
Si bien no conocemos el progreso real de las negociaciones sobre OpenAI, esta no es la primera vez que los dos empresarios tuvieron una escaramuza. Elon Musk, que fue uno de los cofundadores de la start-up en 2015, antes de abandonarla tres años después, ataca regularmente a Sam Altman. En particular, lo acusa de haberse desviado de la misión inicial de la empresa, que tenía como objetivo principal un desarrollo razonado de la IA.
En diciembre, el sudafricano abrió un nuevo frente legal, pidiendo a la justicia estadounidense que impidiera que OpenAI se convirtiera en una empresa con fines de lucro. A mediados de 2024, ya había presentado una primera denuncia contra la organización y sus dos fundadores, Sam Altman y Greg Brockman, acusándolos de fraude, conspiración y publicidad engañosa.
Una denuncia que retiró y luego relanzó, antes de ampliarla para incluir acusaciones de que Microsoft, el principal inversor de OpenAI, y la propia start-up habían violado la ley de competencia. En 2023, Elon Musk, que ya es propietario de SpaceX y Tesla, lanzó xAI, un competidor de ChatGPT.
Una valoración que podría alcanzar los 340.000 millones de dólares
El consejero delegado, que también es el consejero delegado de Tesla y SpaceX, criticó abiertamente el proyecto «Stargate» de inversiones masivas en infraestructuras de inteligencia artificial en Estados Unidos, por valor de 500.000 millones de dólares en cuatro años. Un plan en el que participa OpenAI.
Mientras la empresa de IA está en conversaciones para recaudar hasta 40.000 millones de dólares en una ronda de financiación que la valoraría en 340.000 millones de dólares, el jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental (o «DOGE») acusa a la organización de no tener suficiente dinero para financiar el proyecto.
Según el Wall Street Journal y el Financial Times, el inversor japonés SoftBank podría invertir entre 15.000 y 25.000 millones de dólares en OpenAI. Tal contribución podría convertir a SoftBank en el principal patrocinador de la start-up estadounidense, según el diario financiero británico, por delante de Microsoft, que ha invertido casi 14.000 millones de dólares en la start-up californiana en los últimos años.
¿Qué es una OPA hostil?
Una OPA hostil es un proceso mediante el cual una empresa o un inversionista intenta adquirir el control de otra compañía sin el consentimiento de su junta directiva. A diferencia de una OPA amistosa, en la que la compra es negociada y aceptada por ambas partes, en una OPA hostil el comprador busca persuadir directamente a los accionistas para vender sus participaciones, a menudo ofreciendo un precio atractivo por encima del valor de mercado. Este tipo de operación suele generar conflictos y estrategias defensivas por parte de la empresa objetivo, como la implementación de cláusulas de protección o alianzas con otros inversores para bloquear la adquisición.
La OPA hostil de Elon Musk sobre Twitter en 2022
En 2022, Elon Musk protagonizó una de las adquisiciones más comentadas del mundo tecnológico al comprar Twitter por 44.000 millones de dólares. El proceso comenzó en abril de ese año, cuando Musk reveló que había adquirido un 9,2 % de las acciones de la compañía, convirtiéndose en su mayor accionista. Inicialmente, Twitter le ofreció un puesto en la junta directiva, lo que le habría impedido aumentar su participación por encima del 14,9 %, pero Musk rechazó la oferta y optó por lanzar una OPA hostil.
El 14 de abril, Musk presentó una oferta para comprar el 100 % de Twitter a 54,20 dólares por acción, argumentando que la plataforma tenía un gran potencial que solo podía desbloquearse si se convertía en una empresa privada. La junta directiva de Twitter respondió con una «píldora venenosa», una estrategia de defensa corporativa diseñada para dificultar la compra al diluir las acciones en caso de una adquisición no deseada.
Sin embargo, la presión de los accionistas y la falta de alternativas viables llevaron a que, el 25 de abril, la junta directiva de Twitter aceptara la oferta de Musk. A pesar del acuerdo, el proceso no estuvo exento de conflictos: en julio, Musk intentó cancelar la compra alegando que Twitter había mentido sobre la cantidad de cuentas falsas en la plataforma. La empresa demandó a Musk para forzarlo a completar la transacción, y en octubre, pocos días antes de que comenzara el juicio, el magnate finalmente cerró la compra.
Tras asumir el control de Twitter, Musk despidió a gran parte de la alta dirección, incluyendo al CEO Parag Agrawal, y eliminó políticas clave de moderación de contenido. Luego, renombró la plataforma como X, en un intento por transformarla en una «superapp» similar a WeChat en China.
Fuente: Libération