Los inicios de Oliver Quiroz
En su cuenta de Instagram, Oliver Quiroz se presenta como “El Rottweiler en A la Tarde”, un sobrenombre que se ganó por su perspicacia y por ser un verdadero guardián en el mundo del espectáculo. A sus 28 años, el joven periodista trabaja en el programa A la Tarde, que se emite diariamente por América TV y es conducido por Karina Mazzocco.
Desde hace algún tiempo, Quiroz ha cosechado elogios tanto de sus compañeros como del medio del espectáculo. Nació en Chiclayo (Perú) y, a los 9 años, se trasladó junto a su familia a la Ciudad de Buenos Aires en busca de nuevas oportunidades.
El reportero de A la Tarde dialogó con Nota al Pie sobre sus comienzos y lo que implica ejercer su labor. Dio sus primeros pasos en radio y, para ganar experiencia, comenzó a asistir a coberturas en busca de famosos para realizar reportajes. Así fue tejiendo su propio destino.
«Me gustaba ir a buscar notas. No me generaba ningún ingreso económico, pero iba a los canales de televisión a buscar la voz de los famosos», comentó.
La perseverancia como clave del éxito
Quiroz enfatizó que nunca se quedó quieto. Enviaba mensajes a productores para ingresar al mundo que siempre había anhelado.
«Lo hacía a través de las redes sociales. Tenía identificados a algunos productores o también iba a la puerta de los canales a esperarlos y entregar mi CV. Sabía que era difícil, aunque nunca bajé los brazos. Si se tenía que dar, se iba a dar», relató.
En 2023, recibió un llamado de un productor de Ciudad Magazine para sumarse como asistente en Mañanísima, conducido por Carmen Barbieri.
«Arranqué así, estuve un año nada más. Empecé sirviendo agua y terminé siendo productor ejecutivo. A los seis meses, Carmen pasó a eltrecetv y fue reemplazada por Amalia González. Luego, a los seis meses, hice un casting para movilero en A la Tarde. Hice la prueba un miércoles y el viernes ya estaba trabajando«, recordó.
Un camino de superación
Quiroz admitió que cada primicia no solo es un logro personal, sino también un trabajo en equipo.
«No podría hacer todo sin Fernando Quinteros, mi camarógrafo. Él tiene 10 años de experiencia y somos una dupla que se complementa. Sabe lo que se busca, lo que se quiere en el programa. Siempre nos ponemos de acuerdo respecto a cómo abordaremos al entrevistado. La gente que está detrás de cámara y producción me ayuda con consejos y tips. Además, Karina y los panelistas reconocen mi trabajo. El programa, más allá de ser una escuela, lo vivo como mi familia. Me abrió las puertas al mundo de la televisión», destacó.
En cuanto a su estilo, Quiroz se diferencia de otros reporteros por su aplomo y calma al abordar entrevistados en situaciones de conflicto.
«No voy a decir que todo el tiempo tengo una templanza que hace que no me importen las cosas malas que puedan decirme algunas personas, pero trato de seguir haciendo mi trabajo lo mejor posible. Siempre pregunto desde el respeto, para que nadie se sienta ofendido», explicó.
Desde pequeño, soñó con ser periodista y logró cumplir su deseo. Estudió en la Escuela de Comunicación ETER y, desde muy chico, fue seguidor de realities de televisión. Jugaba a ser reportero y, tras finalizar su carrera, hizo radio por internet con un grupo de amigos. También formó parte de Radio Late, donde tuvo una columna de espectáculos.
Entre entrevistas y vida personal
A lo largo de su carrera, Quiroz entrevistó a figuras como Guillermo Francella, Ricardo Darín, Graciela Borges y Benjamín Vicuña, entre otros. Su labor de paparazzi lo obliga a estar en permanente vigilia de los famosos para ahondar en los sucesos del momento.
Sin embargo, encuentra su cable a tierra en el gimnasio y las salidas con amigos.
«Los fines de semana voy a bailar a boliches de Palermo o a casas de amigos periodistas. Siento que con esto puedo desconectarme. Llega el viernes y ya estoy activando para salir. A veces en los boliches la gente me reconoce y me pide fotos porque trabajo en A la Tarde«, contó.
Sus aspiraciones a futuro
En cuanto a sus objetivos profesionales, destacó que tuvo la oportunidad de participar como panelista en el programa de Laura Ubfal, pero su verdadera vocación es el periodismo de calle.
«Fue una grata experiencia, pero lo mío es ir a la calle, buscar la fuente. Siempre me gustó desde chico y siento que aún me falta para hacer el rol de panelista. Todo tiene que ser paso a paso. En estos dos años y medio de carrera, todo ha sido tan rápido y una locura maravillosa lo que me está pasando«, concluyó.