1. Una vecindad compleja: Israel vs. Líbano
Líbano es un pequeño país que, desde la creación del Estado de Israel en 1948, ha albergado una amplia diversidad religiosa y ha sido refugio para miles de palestinos desplazados. La convivencia pacífica entre musulmanes chiíes, suníes y cristianos ha sido interrumpida por conflictos internos y externos, como la guerra civil libanesa (1975-1990) y las invasiones israelíes en respuesta a los ataques desde el sur de Líbano.
El conflicto más reciente entre Israel y Hezbolá, que en 2006 dejó más de 1.100 muertos en Líbano, marca un antecedente de los ataques indiscriminados contra civiles que hoy nuevamente resuenan en el sur del país.
2. Hezbolá: un actor clave y su rol en la política y la guerra
Hezbolá, conocido como el «Partido de Dios«, es una organización chií que surgió en 1982 como respuesta a la invasión israelí de Líbano. Si bien es una fuerza política importante dentro del sistema libanés, también ha sido designada como organización terrorista por gran parte de la comunidad internacional, debido a sus acciones militares y su relación con Irán y Siria.
Desde los ataques de Hamás a Israel en octubre de 2023, las hostilidades entre Hezbolá e Israel se han intensificado. Hezbolá ha lanzado ataques desde el sur de Líbano mientras Israel responde con bombardeos aéreos que han causado numerosas víctimas civiles y el desplazamiento de miles de personas.
3. Explosiones de dispositivos civiles en Líbano
Entre el 17 y el 18 de septiembre, Líbano vivió una serie de explosiones inusuales que afectaron dispositivos electrónicos cotidianos como buscas y walkie-talkies, matando a decenas de personas y dejando a miles heridas. Estas explosiones, según investigaciones de Amnistía Internacional, parecen haber sido ataques indiscriminados con el objetivo de generar caos en la población civil.
Testigos describen la situación como sacada de un episodio de ciencia ficción: personas que murieron o fueron gravemente heridas al manipular estos dispositivos, desconcertadas por las detonaciones que sucedieron en sus propias manos o cerca de sus hogares. Este tipo de ataques sin distinción entre civiles y combatientes es considerado un crimen de guerra.
4. La operación israelí en Líbano: Flechas del Norte
El 23 de septiembre de 2023, Líbano sufrió su día más mortífero desde el final de la guerra civil. Con el lanzamiento de la operación israelí «Flechas del Norte«, los bombardeos se intensificaron, causando la muerte de más de 558 personas, incluidos 50 niños y más de 1.800 heridos en un solo día. Esta ofensiva marca un punto álgido en el conflicto, con cifras alarmantes de desplazados: más de 500.000 personas en Líbano han huido de sus hogares, y otras 63.000 en el norte de Israel.
Los ataques de Hezbolá contra Israel también se han incrementado, lanzando cohetes que han herido a más de una docena de personas en Israel. El ejército israelí ha advertido a los civiles libaneses que no regresen a sus hogares, pero estas advertencias no eximen a las fuerzas israelíes de la obligación de proteger a los civiles bajo el derecho internacional humanitario.
5. ¿Líbano, una nueva Gaza?
La escalada de violencia entre Líbano e Israel sigue un patrón similar al que se ha visto en la Franja de Gaza. Los ataques aéreos y la creciente militarización en el norte de Israel sugieren que una intervención terrestre en Líbano podría tener consecuencias devastadoras para la población civil.
El derecho internacional humanitario exige que todas las partes involucradas en el conflicto se adhieran a sus obligaciones de proteger a los civiles y evitar ataques indiscriminados. La comunidad internacional, por su parte, debe detener las transferencias de armas que puedan facilitar la comisión de crímenes de guerra, tanto por Israel como por Hezbolá, para evitar que Líbano se convierta en un nuevo escenario de destrucción similar al de Gaza.
La situación entre Líbano e Israel es extremadamente delicada, con implicaciones para la estabilidad de la región. A medida que el conflicto avanza, la protección de la población civil debe ser la prioridad, y la comunidad internacional debe intervenir para evitar una catástrofe humanitaria aún mayor.