lunes 9 de diciembre de 2024

Qué es el sharenting, y sus peligros para la privacidad

Los especialistas recomiendan precaución a la hora de compartir información (sharenting) sobre los menores en redes sociales, y ofrecen estrategias para salvaguardar su privacidad en un mundo cada vez más conectado.
sharenting Fuente HearstApps
El sharenting es un término que combina las palabras inglesas «share» (compartir) y «parenting» (crianza), y se refiere a la práctica de los padres de compartir fotos, vídeos e información sobre sus hijos en redes sociales. Créditos: HearstApps

Ser padres y criar a nuestros hijos en la era digital puede ser una tarea dificil. Los chicos y chicas crecen muy rápido, pero el desarrollo de las redes sociales, los celulares y otras tecnologías avanza a un ritmo aún más acelerado. No siempre es fácil saber cómo usar la tecnología de manera segura, incluso cuando tenemos las mejores intenciones.

Muchos padres y adultos a cargo comparten fotos de sus pequeños y adolescentes porque quieren que sus familiares y amigos sean parte de los momentos más felices de sus vidas. Sin embargo, es esencial conocer los riesgos que implica esa práctica que en inglés recibe el nombre de sharenting, un término que hace referencia a la publicación de contenidos sobre nuestros hijos en internet.

Unicef habló con la experta Stacey Steinberg sobre cómo proteger la privacidad de nuestros hijos en línea, respetar sus opiniones y enseñarles lecciones valiosas acerca del consentimiento.

¿Qué es el sharenting?

Es una práctica que defino como lo que hacen los padres cuando hablan de sus hijos fuera del círculo familiar. Puede consistir, por ejemplo, en subir una foto a las redes sociales, publicar una entrada de blog sobre su niño, o enviar un video a través de una aplicación de mensajería como WhatsApp. Comentó Steinberg.

“Cuando compartimos información sobre nuestros hijos en línea sin implicarlos en esa decisión, desaprovechamos una excelente oportunidad para enseñarles con un ejemplo la noción de consentimiento”.

¿Qué deben saber los adultos cuando se plantean compartir información sobre un niño o niña en línea?

Antes de compartir contenidos sobre nuestros hijos, es necesario tener en cuenta dos cuestiones importantes.

La primera se refiere a los daños materiales reales que los menores podrían sufrir debido a la información compartida en línea por sus padres. Por ejemplo, algunos adultos podrían tratar de interactuar con ellos o querer hacerles daño por los contenidos que han visto en internet. En algunos países también existen comerciantes de datos que crean expedientes digitales sobre nuestros hijos a partir de los datos que publicamos, y que quizás utilicen esa información compartida para establecer predicciones sobre lo que dirán o harán, o sobre posibles futuros problemas de salud de nuestros hijos.

Las imágenes falsas también deben preocuparnos, ya que existe el peligro de que las fotos de nuestros hijos se reutilicen de una forma ilícita o malintencionada que pueda perjudicarles, así como la posibilidad de que alguien cree un meme que llegue a ser viral y muestre una imagen negativa de nuestros hijos. Parece que, afortunadamente, estas circunstancias por ahora no suelen darse, pero no sabemos lo que nos depara el futuro ni cómo evolucionará la situación con los avances de tecnologías como la inteligencia artificial.

En segundo lugar, cuando compartimos información sobre nuestros hijos en línea sin implicarlos en esa decisión, desaprovechamos una excelente oportunidad para enseñarles con un ejemplo la noción de consentimiento y mostrarles que la privacidad nos parece importante.

Cuando nuestros hijos lleguen a la edad de utilizar por sí mismos las redes sociales, les pedimos que respeten nuestra intimidad y que no publiquen imágenes nuestras que no queremos compartir. También esperamos que respeten la vida privada de sus amigos y compañeros y que no publiquen fotos de otros chicos o adultos sin su consentimiento.

Fuente AgencyDatBase
Las publicaciones pueden transformarse en material de pornografía infantil, para promover el grooming, el ciberacoso, el ciberbullying y el robo de identidad o de datos personales. Créditos: AgencyDatBase

¿Qué opinan los niños y niñas sobre este tipo de información compartida (sharenting)?

A todos nos gusta disfrutar de la autonomía, sea cual sea nuestra edad. Del mismo modo, todos nos preocupamos por nuestra propia imagen, tanto si tenemos cuatro o cinco años y queremos usar un vestido rosa y no violeta, como también si tenemos 12 o 13 años y queremos (o tal vez no) que nos vean de la mano de nuestra abuela. Estas anécdotas pueden no ser relevantes para los adultos pero son cosas realmente importantes para nuestros niños. Los chicos sienten las emociones con mucha intensidad, y debemos dejarles espacio para que puedan expresarlas. Los menores de edad no pueden darnos su consentimiento informado para que publiquemos información sobre ellos. Es necesario que consideremos cuál podría ser su opinión si podríamos mantener con ellos una conversación más profunda en la que expresaran su punto de vista.

Por otra parte, si compartimos una publicación sobre un momento vivido justo después de que haya ocurrido y le enseñamos inmediatamente a nuestro hijo o hija las fotos o videos, me preocupa que podamos incluso llegar a distorsionar los recuerdos de su infancia. Por eso, es necesario prestar mucha atención al momento en el que publicamos la información. Tenemos que dejar a un lado los dispositivos digitales cuando estemos con nuestra familia para estar realmente presentes, y no pendientes de nuestro perfil en las redes sociales. También tendríamos que dejar que nuestros hijos se creen sus propios recuerdos sin que interfieran las imágenes y videos que hacemos con nuestros celulares.

¿Cómo pueden los progenitores proteger la privacidad de sus hijos en un mundo digital?

Como padres podemos evitar compartir demasiada información personal sobre sus hijos, como historias o fotos embarazosas, aunque les parezca divertido. Es importante tratar de considerar el punto de vista de los niños. Los adultos tampoco deberían compartir fotos de sus hijos donde no lleven ropa porque, por desgracia, hay personas malintencionadas que podrían utilizar esas imágenes con fines maliciosos..

También se puede hablar con sus hijos sobre lo que publican y sobre los criterios que siguen para decidir si es o no conveniente compartir determinada información. Cuando resolvemos un problema de matemáticas, no queremos que la calculadora nos ofrezca la respuesta, sino que preferimos mostrar nuestro esfuerzo. Esta es una magnífica oportunidad para mostrarle a nuestros hijos nuestro esfuerzo y nuestro proceso de reflexión sobre la información que compartimos.

Sin embargo, es importante señalar que los padres no pueden llevar a cabo esta labor en solitario. Gran parte de la protección debe proceder de los responsables políticos y de las plataformas digitales, que tienen la responsabilidad de crear espacios más seguros para las familias. Es injusto esperar que las familias entiendan cómo funcionan las plataformas y la tecnología, sobre todo teniendo en cuenta lo rápido que evolucionan.

¿Cómo pueden los padres pedirle a otras personas que no publiquen fotos de sus hijos?

Es importante mantener conversaciones sinceras con nuestros parientes y amigos sobre nuestras preferencias en materia de publicaciones, pero hay que tener presente que compartir información sobre los niños y niñas en las redes sociales es una práctica relativamente nueva, y que no todo el mundo ha dedicado la misma atención al tema. Entabla esas conversaciones partiendo de la base de que cuanto más clara sea la comunicación, más probabilidades habrá de que se respeten tus deseos en relación con las vidas de tus hijos.

En las escuelas y otras organizaciones, puedes preguntar si existe una política para la publicación de contenidos en las redes sociales. Si aún no se ha establecido ninguna, los progenitores pueden ofrecer su ayuda para elaborarla, puesto que es posible que otros progenitores de la organización o escuela también quieran controlar el flujo de información e imágenes sobre sus hijos.

Credito
El problema comenzó a tomar fuerza a principios de la década de 2000, con el aumento de la popularidad de las redes sociales. Crédito: Pexels

¿Cómo pueden los padres o cuidadores compartir de forma segura fotos y videos de sus niños y niñas?

Compartir información nunca será totalmente seguro. Siempre será una cuestión de equilibrio entre los riesgos y lo que los progenitores perciban como beneficios.

En las familias que deciden publicar información sobre sus hijos en línea, es fundamental reflexionar sobre el público con el que van a compartir esa información (cuál es la configuración de privacidad en sus perfiles de las redes sociales, cuánto conocen a las personas que han añadido como amigos o seguidores, etc.), el volumen de información compartida (por ejemplo, las ubicaciones u otros elementos identificables como el logotipo de la escuela) y si la información podría o no ser embarazosa o perjudicial para sus hijos en este momento o en el futuro.

A veces nos convencemos de que nuestros hijos son parte de nuestra identidad, pero en realidad son personas independientes con sus propios sentimientos. Una cosa es compartir información personal, pero otra muy diferente es publicar información sobre las personas que viven con nosotros.

“Nuestros hijos son la primera generación que ha crecido con una presencia en línea. Nosotros somos la primera generación de progenitores que crían a sus hijos en la era de las redes sociales, y esa es una tarea difícil”.

¿Qué podes hacer si ya has publicado mucha información sobre tu hijo o hija y ahora has cambiado de opinión?

¡Respirá hondo! La mayoría de los adultos que comparten demasiada información en línea no lo hacen con malas intenciones. Cuando los padres sobreexponen a sus hijos en internet, a menudo no son conscientes de la importancia de la huella digital del niño o niña.

Cuando un progenitor se replantea cuánta información ha compartido y de qué manera, un excelente primer paso es mirar lo que ya ha publicado en el pasado y, quizás, eliminar todo lo posible. [Algunas plataformas permiten el envío de solicitudes para la eliminación de imágenes cuando estas no pueden borrarse directamente].

Cuando ya tienen alrededor de nueve o diez años, las familias también pueden incluir a los niños y niñas para que participen en la revisión de los muros de las redes sociales y borren publicaciones que ya no consideren pertinentes. Lo ideal es repetir el proceso a menudo y, cada pocos meses, observar lo que se ha publicado y plantearnos eliminar información antigua.

Pienso que los niños y las niñas valoran que los incluyamos en nuestra forma de gestionar la información compartida. No es sencillo. Nuestros hijos son la primera generación que ha crecido con una presencia en línea. Somos la primera generación de progenitores que crían a sus hijos en la era de las redes sociales, y esa es una tarea difícil.

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