“¿Qué m!%*#@ es la realidad?”, el documental independiente y autogestivo que da voz y visibiliza la actualidad de la historieta nacional, se estrenó oficialmente en el Centro Cultural Kirchner el pasado miércoles 22 de mayo. La presentación contó con la gran concurrencia de un público amplio. Luego de la proyección se sucedieron una serie de mesas redondas en la que la historieta nacional fue la protagonista indiscutida.
Se trata de una producción audiovisual que da cuenta de las mutaciones de la historieta nacional a través del tiempo, así como del surgimiento de una nueva generación de artistas que ha irrumpido en la esfera comiquera con renovadas temáticas y propuestas narrativas innovadoras.
Para esto, ¿Qué m!%*#@ es la realidad? cuenta con entrevistas a Gustavo Sala, Pedro Mancini, Lauri Fernández, Amadeo Gandolfo, PowerPaola, María Luque, Femimutancia y más artistas destacades en la escena actual.
Entre algunas de las cuestiones que aborda, se encuentra la circulación autoral en redes sociales, la creatividad, la autogestión frente a la falta de presupuesto, los feminismos, las disidencias, las luchas de las minorías y las lógicas comunitarias que promueven la organización de Ferias y Festivales.
Desde Nota al Pie tuvimos la oportunidad de entrevistar a Eduardo Benítez, en el proyecto, Walter Lezcano aportó su experiencia como novelista y poeta, mientras que Damian Sierra contribuyó con su perspectiva audiovisual, su conocimiento de planos y su habilidad en la composición. Esta colaboración permitió una integración enriquecedora de narrativas literarias y visuales, creando una obra multifacética y profunda.
Eduardo Benítez es Licenciado en Crítica de Artes (UNA) y diplomado en Periodismo, Educación y Comunicación (UTDT). Ejerce la docencia en las materias Periodismo cultural y Cultura pop en ETER Escuela de Comunicación y en la asignatura Crítica y estética especializada (UNA). Produce contenido cultural enfocado en historietas, artes visuales y cine. Editó los medios gráficos AlmagroRevista e IndieHoyy colaboró, entre otros, en Haciendo Cine, La Otra, THC, Tiempo Argentino, La Cosa, Godard! (Perú).
Benítez nos contó todo sobre la presentación, así como del proceso de producción del documental cuya duración es de un poco más que media hora.
¿Cómo surgió la idea de hacer el documental?
Primero, por una insistencia temática con la historieta. Vengo desde hace muchos años de hacer periodismo de historietas. Por otro lado, la constatación de que había un vacío de producciones audiovisuales que salgan el relevo del surgimiento de una nueva generación de historietistas, de un quiebre con respecto a cierto pasado.
El entretelón con los otros realizadores tiene que ver con Walter Lezcano, con quien teníamos un proyecto de libro de cine que quedó ahí. Pensamos que ir para adelante con un docu sobre historietas nos daban ganas y vitalidad. Lo tomamos como una especie de universidad paralela, como un documental para aprender más. Sumamos a Sierra, que sumó mucho para la parte técnica y la expertise sobre el lenguaje del cine.
Duró bastante. Fue un proceso de casi dos años porque lo fuimos haciendo de manera autogestiva. Como era algo que tenía que ver con nuestro impulso, nuestra pasión, le dimos para adelante sin financiamiento y sin esperarlo. Sentarse a esperar eso, puede ser que no salgo nunca.
¿De dónde viene el título «Qué m!%*#@ es la realidad«?
Nos parecía que la escena de la historieta contemporánea respondía un poco un poco a la pregunta de ‘quém!%*#@ es la realidad’ y cuáles son sus características. Si une mira a la escena de la historieta argentina y los lazos comunitarios que se arman entre autores, periodistas, editores desde las propuestas estilísticas en las obras, responden a la variedad de ‘quilombitos’ que suponen la realidad actual.
La onomatopeya en la primera palabra hace alusión al lenguaje de la historieta. Tenía que ver con ese juego, con los símbolos…
¿Cómo fue la elección de a quiénes entrevistar?
Primero teníamos claro que quería poner la pata que sirve como articuladora de fines de los 90 y principios del siglo XXI. Ahí están Podetti, Gustavo Sala.
Queríamos que alguien con mirada experta diera su parecer. Sucedió que fue alguien de la academia, pero podría haber sido un periodista. Terminó siendo Amadeo Gandolfo, quien terminó articulando prácticamente el relato. Fue como el maestro de escena de la película, que se deja ver y ordena un poco esta micro historia. A los núcleos temáticos él los va como adelantando y después los artistas dan cada uno su parecer, pero Gandolfo clarifica mucho.
Queríamos tener a grandes narradores porque la escena de la historieta argentina es muy plural, tiene mucho estilos. Hay quienes narran a partir de lógicas causales del clasicismo…También esta quien tiene búsquedas más experimentales, vanguardistas o neo vanguardistas; la temática novedosa que vincula lo autobiográfico con la ciencia ficción o autobiográfico puro.
La figura de PowerPaola nos pareció esencial que aparezca porque significa mucho para otras autoras que vinieron después. Su Virus Tropical es muy importante. Ahí están las que recogen el guante de esta obra: Maria Luque, Femimutancia; con otras derivas temáticas y de estilo de dibujo pero que reconocen que son herederas de una tradición que tiene 15 años nada más, pero que reinagura la historieta.
Se trata de un corte de la realidad, que hace foco en las novedades en el lenguaje de la historieta; en el dibujo, en las novedades temáticas, de formato. También hay mucha otra producción que es nueva pero sigue pareciéndose a la historieta del pasado; Hay continuadores de esas tradiciones.
¿Cómo estuvo la presentación del documental en el CCK?
Fue una presentación muy especial. La idea es que el docu gire por muchas lugares, pero fue en el CCK y era la primera, algo tan simbólico en el contexto… como una especie de oasis. Fue muy sorprendente para nosotros.
Esperábamos que hubiera mucha gente, pero se llenó la sala y quedó gente afuera. El nicho de la historieta es chiquito y la verdad que fue mucha gente y mucha ajena a la historieta. En el documental hay un fragmento en el que Amadeo Gandolfo hace alusión a algo que algún momento dijo (el guionista Diego) Agrimbau: «el mundo de la historieta no tiene población civil», porque todo el que está en el mundo de la historieta hace algo y está involucrado. Y acá la mitad de la sala era público civil y la verdad que eso es un premio importante para nosotros.
¿Y qué feedback tuvieron con ese público «civil»?
Después de la proyección hicimos dos mesas que las coordinó Walter. Hubo bastante devolución, hubo risas… Fue un ambiente distendido en el que se generó la charla, para nada solemne. Primero pasaran Podetti, Lauri Fernández y Gustavo Sala y después pasaron PowerPaola, Femimutancia y Pedro Mancini… Dos meses bastante distintas, y esa variedad gustó bastante, estuvo muy piola y divertido.
Seguramente, en el algún festival que se arme seguro va a estar el docu. Se va a proyectar en el UNA. Esperamos que recorra el mundo…
¿Qué te llevás de la experiencia de haber hecho el documental?
Laburar con otros, porque el laburo a veces de reseñista, del crítico, de hacer entrevistas. Ahora que los medios están cada vez más raquíticos y que el trabajo en equipo está un poco perdido, hacer cine tiene algo de lo colectivo que me parece que es muy enriquecedor, algo que yo no había experimentado. Eso nos conmovió, porque hay que cohesionar voluntades, miradas. Además, el laburo casi de productor: hay que coordinar entrevistas, coordinar una mesa, lo que en mi caso fue nuevo.
Por otro lado, pese que uno esta hace años pensando la historieta, leyendo, siempre dialogar con otros supone ensanchar en términos de conocimiento ese mundito que nunca se agota. Esto de una ‘universidad paralela’ es real, porque hacer periodismo de esta manera cuestionando e interrogando…el mundo, supone curiosidad. La curiosidad en el mundo se está perdiendo. Haber tenido curiosidad, inquietud, el deseo de indagar ya es una bendición.