La cartelera porteña le da la bienvenida a la segunda temporada de «Catarro«, la última creación de Mario Segade, una obra cargada de nostalgia, ilusiones y contradicciones. La historia se centra en las desdichadas vacaciones de una pareja durante el verano de 1974.
Vanina Montes, Maite Velo y Abián Vainstein dan vida con un total acierto a personajes plagados de temores y anhelos truncados. Este trabajo resulta en un buen retrato de la sociedad previa a la instauración de la última (y endemoniada), dictadura militar en Argentina. Las funciones son los lunes a las 20:30hs, en el Teatro El Tinglado (Mario Bravo 948, CABA).
La historia, escrita y dirigida por Segade, un reconocido creativo de varias ficciones televisivas y grandes obras del ambiente off teatral, se desarrolla en un entorno surrealista que refleja la complejidad de la sociedad argentina de la época.
La trama gira en torno a Roberto, un funcionario de cuarta línea del gobierno peronista, y su esposa Ángela, que pasan unas vacaciones en Miramar con la esperanza de concebir un hijo. Sin embargo, la enfermedad de (Juan Domingo) Perón y la posibilidad de que Roberto sea enviado a la histórica pelea de (Carlos) Monzón en París, complican la situación.
La obra es una mezcla de diferentes géneros que incluyen elementos de telenovela, cartas, música y coreografía. Las canciones y la historia misma se entrelazan para reflejar lo personal y lo social de los personajes, sumados a la Argentina de ese momento.
El resultado final es una experiencia teatral muy atrapante, donde cada detalle evoca la nostalgia y la complejidad de un tiempo marcado por la incertidumbre y la transformación, representando un desafío para la platea a la hora de cuestionar su propia percepción de la realidad.
Una atrayente trama marcada por las actuaciones
El año 1974 marcó un tiempo donde las novelas de Alberto Migré detenían el quehacer diario de la mayoría de la gente, ya que eran esenciales para el público femenino, pero también captaron la atención de muchos hombres.
Clásicos dramas como «Piel Naranja» o «Rolando Rivas, taxista», donde sus historias y la manera de estar contadas, escapaban al realismo histórico, cuestionando quién realmente moldea la historia.
Esta obra rescata un poco ese estilo de ficción, en donde tres personajes se roban la atención de la platea gracias a sus buenas actuaciones. La puesta en escena revela un profundo anhelo argentino, enraizado con certeza en el verano de 1974, previo al fallecimiento de Juan Domingo Perón.
Iconos como Carlos Reutemann, Carlos Monzón y hasta referencias a estas telenovelas de Migré, dan vida a una trama donde personajes como Roberto, un funcionario gubernamental, y Ángela, se ven influenciados por las novelas de la época.
Vanina Montes está genial como Ángela, esa mujer que gracias a su conexión con la ficción televisiva, anticipa los acontecimientos del país como una pitonisa criolla. Su escritura premonitoria desvela los temores y dolores que están por desatarse.
Es inevitable no destacar a Abián Vainstein, espléndido dando vida a Roberto, llevando el peso de la puesta de principio a fin. Y complementa muy bien este dúo, Maite Velo, para terminar de cerrar este elenco de sólidas y verosímiles actuaciones.
El certero vestuario Laura Singh y las canciones, creaciones de Matias y Juan Ignacio Guerra, respetan la época narrada, sumergiendo al público en aquellos momentos de rápida evolución que caracterizaron el año en cuestión. Complementadas por las singulares coreografías de la mano de Diego Rosental.
En la exploración del espacio escénico, se destaca una escenografía minimalista de Vanesa Abramovich, en sí funcional, y que eso ayuda, por supuesto, al dinamismo de la obra. Además que da un marco a la pieza y evoca el contexto temporal de la trama.
“Catarro”, en resumen
«Catarro» es una obra que gracias a un texto atrapante y grandes actuaciones, nos recuerda cómo el destino puede marcar nuestras vidas, independientemente de nuestras decisiones y deseos.
A través de personajes fallidos y realistas, la obra nos invita a reflexionar sobre la Argentina de aquel entonces, y cómo ese año decisivo moldeó el futuro del país y de sus habitantes.