El territorio de Medio Oriente atraviesa una verdadera guerra entre Israel y Palestina, quien cuenta con la milicia chiita libanesa de su lado y propició un nuevo capítulo en las últimas horas. El movimiento libanés Hezbollah afirmó que perpetró un ataque contra un centro de mando del Ejército en el norte israelí.
Este accionar bélico fue una respuesta por las muertes de Saleh al-Arouri, dirigente de Hamas, el último 2 de enero y de Wissam al-Tawil, perteneciente al movimiento libanés, el pasado lunes.
Hezbollah hizo público su atentado mediante un comunicado en el que constató que logró su cometido en la región norte de Israel con varios drones. La preocupante realidad que abarca la guerra entre el Estado hebreo y el grupo islamista palestino está muy lejos de finalizar.
La guerra entre Israel y Hamas en la Franja de Gaza inició el 7 octubre de 2023, cuando el grupo terrorista ejecutó un ataque que dejó unas 1200 muertes y 250 secuestrades. De todos modos, las hostilidades entre el territorio israelí y Palestina se arraigan desde hace varias décadas atrás, cuando Gran Bretaña abandonó el suelo palestino, en 1947.
El primer detonante de la represalia
Hace una semana atrás falleció al-Arouri, junto a otras cinco personas, en el bombardeo de un dron israelí contra un recinto del grupo Hamas en las afueras de Beirut. A partir de ahí, se intensificó aún más el conflicto con diversas declaraciones de cara a lo que podría llegar a pasar.
Desde dirigentes polítiques de Israel como del Líbano, hasta representantes de los grupos terroristas como de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se alzaron en voces.
La principal víctima del ataque era el vicepresidente de Hamas, encargado de las operaciones en la Rivera Occidental y deportado de Israel en 2010. Asimismo, fue acusado por Tel Aviv y Washington por financiar y dirigir las operaciones militares de Hamas en Cisjordania, su lugar de origen. Incluso, figuraba dentro de la lista de terroristas designada por Estados Unidos, cuyo Departamento de Estado ofreció U$S5 millones de recompensa por información sobre su ubicación.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, había amenazado y advertido a al-Arouri antes del estallido inicial del enfrentamiento bélico en octubre. Con el bombardeo consumido, el consejero de Netanyahu, Mark Regev indicó que no fue obra de Israel. “Quien lo haya hecho, una cosa debe quedar clara: que no fue un ataque contra el Estado libanés”, agregó. Bajo la misma línea, el Ejército israelí aclaró que está preparado para afrontar las consecuencias de la acción para “todos los escenarios”.
Por su parte, el primer ministro libanés, Najib Mikati, calificó el ataque como “un nuevo crimen de Israel” y afirmó que llevaría su reclamo frente al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. En tanto, desde la ONU se pronunciaron mediante el secretario general y su portavoz, Florencia Soto Nino, quien enfatizó que los hechos son “muy preocupantes”.
El movimiento chiita Hezbollah no se quedó atrás y, con el apoyo de Irán, catalogó el ataque como un “desarrollo peligroso” que no “quedará sin respuesta ni castigo”. Además, indicaron que la resistencia tiene “el dedo en el gatillo” para la represalia contra el territorio israelí. En tanto, el líder de Hamas, Ismail Haniyeh, habló del acto como una violación de la soberanía del Líbano y una nueva muestra de la hostilidad de Israel contra los palestinos.
Un segundo ataque que empeoró todo
Un día antes del acto realizado por Hezbollah en el centro militar israelí, un ataque aéreo en el sur de Líbano mató al comandante al-Tawil. Con las fuerzas israelíes como principales sospechosas del asesinato, se especula que la maniobra fue parte de una secuencia ofensiva aérea a lo largo de la frontera de Israel. En su defensa, las autoridades israelíes señalaron que al-Tawil fue responsable de un ataque con cohetes contra una instalación militar en Galilea.
El atentado se produjo contra un todoterreno que transportaba a al-Tawin, quien fuera un alto funcionario militar de una unidad secreta de Hezbollah. Era uno de los líderes de Radwan, una fuerza de élite del grupo terrorista que operaba a lo largo de la frontera. En tanto, desde Israel aseguran que el Gobierno “se está alejando” de la guerra en la Franja de Gaza.
Por otro lado, el pasado lunes, el Ministerio de Sanidad de Gaza, operado por Hamas, informó que ya son 23.084 personas las que han muerto desde octubre de 2023. En las últimas horas se registraron 249 fallecidos y cerca de 58.926 heridos en un período de tres meses que lleva la guerra. Una masiva conglomeración de ciudadanos palestinos se ven obligadas a abandonar sus hogares y trasladarse al sur de Gaza, mientras los interminables combates suceden en el centro.
El último movimiento israelí
Algunas horas antes del ataque de Hezbollah, Israel realizó una maniobra similar contra infraestructuras del movimiento terrorista en el sur del Líbano. Diversos aviones de combate de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) destruyeron algunas edificaciones enemigas en la aldea de Kila. De hecho, el Ejército informó que buscaba también neutralizar cierto equipo de lanzamiento de drones al norte israelí, el cual logró su cometido tiempo después.
Por su parte, la FDI detalló que uno de sus aviones de la Fuerza Área atacó un equipo de lanzamiento de aviones no tripulados en la misma área del sur libanés. “Tras la advertencia de la infiltración de un avión enemigo, se lanzaron interceptores contra varios objetivos aéreos hostiles que cruzaban del territorio libanés al israelí”, comunicó la FDI. “Se detectó una caída en una base al norte del país, sin daños ni víctimas”, agregó.
En tanto, los equipos de combate de brigada profundizaron sus operaciones para adentrarse más en Khan Younis y “concretaron ataques en los que eliminaron cerca de 40 terroristas”. Incluso, la FDI añadió que se hallaron una “amplia variedad de armas e importantes pozos”. Por otro lado, un avión de combate israelí “mató a una célula terrorista” del grupo Hamas en un operativo en el campo de refugiados de Maghazi.
“La Armada israelí también atacó puestos militares, instalaciones de almacenamiento y embarcaciones utilizadas por las fuerzas navales de Hamas”, advirtieron en un comunicado. De todos modos, el Ejército priorizará su ofensiva en la parte central y sur de la zona de guerra, donde expandieron las operaciones terrestres a inicios de diciembre. Hace un mes, esa extensión profundizó aún más el conflicto al quebrarse la única tregua, la cual había permitido el intercambio de rehenes israelíes por presos palestinos.
El contralmirante Daniel Hagari, portavoz del Ejército israelí, anticipó el pasado lunes que comenzará una “nueva fase” en la guerra y será “menos intensiva”. Esta calificación se debe a que habrá una disminución en las tropas terrestres y los ataques aéreos, pero con un mayor enfoque en las operaciones selectivas basadas en inteligencia. Asimismo, enfatizó que en el norte operan de manera diferente pero que en el centro y sur la actividad es muy “intensa y compleja”, y que los combates seguirán durante 2024.