Las principales Sociedades de Cardiología se unieron para alertar a la población sobre la crisis que atraviesa el sector de salud. Lo hicieron a través de un comunicado en el que reiteran su preocupación por el estado del sector sanitario. Entre estos motivos se encuentran la desfinanciación del área y el impacto directo que tiene en la remuneración de todo el personal de salud.
A esto se le suma la escasez de insumos médicos que los obligan a seguir informando a la población sobre las dificultades que esto ocasiona en el tratamiento de patologías cardiovasculares. Por eso, decidieron expresarse sobre los problemas estructurales del sistema que perjudican la atención médica, con efectos negativos sobre la salud cardiovascular de la ciudadanía.
El foco debe estar en la calidad y el acceso a la salud
En primer lugar, consideran que es grave la falta de preocupación por la calidad. “Si algo no debería resignarse en el ejercicio de la medicina es brindar una atención de la mayor calidad posible. Para ello, un camino es mejorar los procesos de auditoría, pudiendo recabar y analizar los datos de todo lo que sucede en la práctica médica”, señalan en el comunicado.
“Se debería poder medir correctamente nuestra realidad cardiovascular en todas las regiones del país. También conocer los resultados y las tasas de mortalidad de cada uno de los centros, entre muchos otros indicadores. Además, generar políticas concretas a partir de los resultados. Esto es algo que solo se hace muy parcialmente por medio del esfuerzo de las sociedades científicas y algunas instituciones”, indicaron.
Para que la salud sea universal y equitativa debe garantizar el acceso fácil de las personas al sistema según su gravedad. “La inequidad en el acceso al sistema de salud y las prácticas cardiológicas de alta complejidad cada día están más llenas de obstáculos para el paciente y los médicos”, denunciaron.
Sociedades de Cardiología advierten bajos salarios y altas frustraciones
En el comunicado, las Sociedades de Cardiología también hicieron mención al escaso salario que cobran los profesionales de la salud. “Es prácticamente ofensivo lo que se está pagando la consulta médica para alguien que tiene que tomar decisiones delicadas sobre la salud de otro ser humano”, advirtieron.
En la actualidad, “hay un serio desgrane de estudiantes en primer y segundo año de la carrera porque la remuneración económica no guarda ningún tipo de relación con el esfuerzo que representa formarse”.
El área de Cardiología tiene como actividad la asistencia en la prevención, diagnóstico y tratamiento de patologías cardiovasculares. “Esto genera, además de frustración, la necesidad de extensión de horas laborales y trabajo en diferentes centros con estrés y agotamiento para mantener a su familia”, aclararon.
Aseguran, también, que “hay que recuperar el consultorio. Se sobreindican estudios porque los médicos no pueden destinar el tiempo adecuado para conversar y hacerles a sus pacientes el seguimiento que se merecen. Reemplazar el mucho tiempo de un médico con el poco tiempo de muchos es ineficiente”.
La crisis sanitaria de la falta de insumos indispensables
Les especialistas afirman que enfrentan serias dificultades ante la grave crisis económica. Esto se produce en cuanto a “la disponibilidad de insumos tanto para diagnósticos y tratamientos de patologías agudas, como Infarto, ACV, oclusiones de arterias de miembros inferiores, y otros. No solo en los grandes centros sino en el interior del país”.
A su vez, la falta de disponibilidad de insumos atenta contra la calidad de la prestación médica. “Es imperioso poder contar con medios de contraste para la realización de estudios diagnósticos así como con aquellos elementos medulares para la realización de una Angioplastia o una Cirugía Cardiovascular de by-pass y la totalidad de las pruebas diagnósticas empleadas en Cardiología”, señalan.
Por último, aseguran que “si la salud no empieza a estar entre las prioridades de quienes toman las decisiones sobre el rumbo que llevamos y/o llevaremos como país, es imposible que la situación actual pueda revertirse. La salud debe ser una política de Estado que esté por encima de cada gobierno o bandera política. Deberíamos consensuar un plan orientado a garantizar la equidad en el acceso a una salud de calidad y abordar cada uno de los aspectos que hoy nos preocupan a los efectores de salud, procurando su sostenibilidad a lo largo del tiempo”.