El paso del tiempo, los amores y desamores, entre otros, han sido fuente inagotable de inspiración para las artes. Estos temas se fusionan en Todo el tiempo en un relámpago, el nuevo disco del artista argentino Marcelo Ezquiaga.
Para conocer más detalles de este trabajo, Nota al Pie conversó con el cantautor que se explayó sobre la construcción del álbum. Además, reflexionó sobre el significado que la música tiene en su vida y sobre cómo su arte le permite redescubrirse como persona, como así también observar al mundo desde otra perspectiva.
Todo el tiempo en un relámpago está formado por nueve temas que construyen un paisaje marcado por el tiempo, los amores y desamores y por la era post-pandemia. A su vez, las canciones le dan un sentido urbano, en tanto estas proponen un diálogo con la ciudad y aquello que la caracteriza.
En cuanto a la realización y el lanzamiento de su obra musical, Marcelo Ezquiaga afirmó: “Estoy muy contento. Hacer un disco es una tarea bastante grande, más hoy por hoy, porque cada canción se piensa como un sencillo. Fue un proceso de dos años, largo y muy intenso y estoy muy feliz de que pueda ver la luz”.
Este disco, que consiste en el noveno de la trayectoria del artista, se grabó en Prisma Estudio, de la mano de Emilio Nicoli y Guille Bernasconi. También en Fragata Records, con Matias Di Yorio, en Supercharango y en estudios caseros de grabación.
El entrevistado estuvo a cargo de las voces, guitarras acústicas y eléctricas, sintetizadores, pianos, programaciones y bajos. En tanto, otres artistas que colaboraron en el disco fueron: Fernando Samalea, Lucas Herbin, Santiago Capriglione, Nicolas Kramer y Niña Tormenta.
La fugacidad del tiempo
Por otro lado, en cuanto al desarrollo de su trabajo, Ezquiaga dio detalles sobre la construcción estética y conceptual de Todo el tiempo en un relámpago. Así, explicó: “Siento que tiene un poco de otros discos anteriores míos, porque tiene algo de la canción redondita muy fuerte. También, que tiene algo más original, profundo, energético. Al mismo tiempo, de a ratos hay cierta melancolía y es como una especie de resumen de otros discos míos”.
En ese sentido, desde lo sonoro, el álbum conlleva un protagonismo de los teclados (Ezquiaga es pianista y tecladista) en fusión con la conjunción de voces. En tanto, conceptualmente el entrevistado comentó: “Fue un disco que fue surgiendo de a poco. Al principio saqué uno o dos simples, ahí pensé la idea del disco entero y al final se concretó en nueve canciones”.
“Conceptualmente, si bien no lo pensé así, habla del paso del tiempo y de la observación. Creo que hay una cosa muy fuerte con el reloj, con cómo pasa el tiempo y cómo uno va atravesando ese devenir. Eso resume la idea que fue envolviendo al disco a lo largo de su desarrollo”, amplió el también productor.
Sobre Marcelo Ezquiaga
Marcelo Ezquiaga es un cantautor y productor de Buenos Aires. Sus primeros pasos dentro de la música como compositor se dieron durante su adolescencia. Dentro de su rol como músico, el artista es pianista, tecladista y además toca la guitarra, entre otros instrumentos.
A lo largo de su trayectoria, ha editado tres álbumes bajo el seudónimo Mi Tortuga Montreux y otros seis como Marcelo Ezquiaga. Algunas de sus producciones son “Mar del Plata en invierno” (2002), “Mi Tortuga Montreux” (2006) y “Todo lo que nos une” (2018).
En tanto, uno de sus discos más destacados es Morocho, un homenaje a Carlos Gardel (2016) en el que formó dúos con artistas tales como Julieta Venegas, Kevin Johansen, Ruben Albarrán de Café Tacvba, entre otres.
Dentro de su recorrido artístico, pudo llevar su música por la Argentina y visitar países como Chile, México, Colombia y Uruguay. Además del cuidado de cada aspecto sonoro, sus presentaciones en vivo se distinguen por los detalles de recursos visuales, escenografía y vestuario.
Desde su adolescencia y a lo largo de la vida, la música ha tenido un rol importante en la historia de Marcelo Ezquiaga. En ese sentido, el cantautor reflexionó sobre el significado que este arte representa para él.