El pasado 5 y 6 de octubre se realizó la 5ta Cumbre Mundial de Salud Mental, la cual, en esta ocasión, tuvo sede en la ciudad de Buenos Aires. En ella, se reunieron autoridades de distintos países para dialogar sobre las principales preocupaciones en el abordaje de casos en salud mental.
En el panel de cierre “Salud mental en todas las políticas”, realizado en el Centro Cultural Kirchner (CCK), primera sede latinoamericana de estas jornadas, autoridades de distintos países expusieron sobre los desafíos y puntos en común para realizar un abordaje integral en la materia.
Las claves de la 5ta Cumbre Mundial de Salud Mental
El mismo estuvo moderado por Dévora Kestel, directora del Departamento de Salud Mental y Consumos de Sustancias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y contó con la presencia de la ministra de Salud, Carla Vizzotti, y su par uruguaya, Karina Rando.
“En salud mental necesitamos expandirnos hacia estos nuevos desafíos y la forma es con una construcción colectiva y empática, mirando el centro en la atención primaria, en los derechos humanos, y por supuesto, con las mujeres y los colectivos de la diversidad”, expresó Vizzotti.
Al finalizar el encuentro, la funcionaria argentina anunció que la 6º Cumbre Mundial de Salud Mental se llevará a cabo en Qatar y pronunció: “Que la salud mental sea una prioridad dentro de la salud, porque no hay salud sin salud mental y no hay salud mental sin justicia social”.
También estuvo presente Jarbas Barbosa, director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). En su ponencia, Barbosa agradeció, en nombre de la OPS, a la Argentina por su organización y a especialistas que participaron de este “hito de América para el mundo” para reafirmar los compromisos para la atención de la salud mental.
El miembro de la OPS también agregó que la incorporación de la salud mental en todas las políticas van a ayudar a la “recuperación de la pandemia” y que “se debe enfatizar la importancia de la salud mental en todas las políticas para atender los determinante sociales y económicos, con su implicancia a través de todo el ciclo de la vida”, incluyendo a las juventudes y a personas mayores.
Al mismo tiempo, resaltó necesario aumentar la inversión para enfrentar esta problemática “de base comunitaria”, lo cual puede contribuir a “mejorar los resultados de recuperación de las personas que padecen problemas de salud mental, al tiempo que se promueven sus derechos humanos”.
Al finalizar, advirtió que el cambio climático es “la mayor amenaza sanitaria mundial del siglo XXI y seguirá repercutiendo negativamente en la salud mental y en el bienestar psicosocial”. Razón por la cual, “la salud mental debe integrarse en las estrategias y planes nacionales de adaptación a ese fenómeno para garantizar los esfuerzos de adaptación y mitigación”.
Por su parte, Rocco Gian-Carlo Tjon, ministro de Justicia y Asuntos Sociales de Aruba, agradeció a los profesionales de la salud que trabajan “no siempre en las mejores condiciones” para asegurar la salud mental y el bienestar en las comunidades en las que sirven.
En ese sentido, Tjon reconoció “el valor de su trabajo, que es crítico para nuestros países”. Por último, invitó a “hablar de los temas de salud en la mesa de salud” para “poder romper con los estigmas” que rodean a la salud mental.