Bernardo Arévalo de León fue elegido este domingo como nuevo presidente de Guatemala tras superar en la segunda vuelta a la ex primera dama Sandra Torres Casanova.
Por sus promesas anticorrupción y su carácter conciliador, además de ser hijo del expresidente Juan José Arévalo Bermejo, quien entre 1945 y 1951 impulsó grandes cambios para la población local, se impuso en los comicios.
Con casi el 100% de los votos escrutados, Arévalo de León obtuvo el 59% de apoyo, algo así como 2,3 millones de sufragios, contra el 36% obtenido por Torres Casanova, cercano al millón y medio.
El titular del Movimiento Semilla había sufrido persecuciones políticas en el último tiempo, incluso intentaron proscribir su espacio, pero sin ningún éxito.
“Reconozco a Sandra Torres, mi contendiente, tenemos enfoques distintos. A ella, y sus electores les garantizamos que sus derechos ciudadanos serán garantizados. Que sepan que trabajaremos por el bienestar unido de todo nuestro país”, explicó en su primera rueda de prensa.
Además, reiteró su deseo de emprender una lucha contra la corrupción que “recupere la confianza en el Estado y la democracia”. A la vez, agregó: “El pueblo de Guatemala ha hablado contundentemente, basta ya de tanta corrupción”.
El reconocimiento de otros países
Luego de la aplastante victoria del guatemalteco Bernardo Arévalo de León, diferentes referentes de América Latina saludaron al presidente electo.
El canciller argentino, Santiago Cafiero, expresó en su cuenta de Twitter: “La Argentina saluda al pueblo guatemalteco y transmite sus felicitaciones al presidente electo”. Asimismo, instó a seguir fortaleciendo “lazos históricos de amistad que nos unen”.
Al tiempo que los presidentes de El Salvador, México, Venezuela, Honduras y Cuba expresaron en sus redes sociales la alegría por la victoria e hicieron foco en el futuro trabajo conjunto.
El primer golpe de la CIA
El país centroamericano fue la primera, de una larga lista, de víctimas de golpes de Estado por parte de la CIA y Estados Unidos. Paradójicamente, quien el domingo fue electo presidente de Guatemala, es el hijo de Juan J. Arévalo, primer mandatario electo en unas elecciones presidenciales libres en 1944.
La victoria de Arévalo en aquel entonces fue percibida como una amenaza por los sectores dominantes que, si bien perdieron el poder político, no cesaron en sus intentos golpistas, conservando el poder económico, lo que pasó a constituirse en el principal desafío que debió afrontar todo propósito modernizador.
Luego fue sucedido por Jacobo Árbenz Guzmán, quien fue el segundo presidente electo en una elección popular. Restauró leyes que bajo la dictadura del coronel Carlos Castillo Armas habían sido suprimidas, como la ley de salario mínimo, un máximo de horas de trabajo y el derecho a huelga, además de restablecer la libertad de expresión.
Con el correr del tiempo, impulsó distintas reformas agrarias y eligió un poderoso enemigo: United Fruit Company, quien era la empresa dueña del 70% de las tierras cultivables. Árbenz se negó a ampliar las concesiones a su favor, lo que irritó a Washington.
La United Fruit Company estaba respaldada por fuertes intereses: el abogado de la compañía era el secretario de Estado norteamericano John Foster Dulles. Su hermano, Allen Dulles, era el director de la CIA, por lo cual las reformas fueron calificadas por el gobierno norteamericano como una amenaza a sus intereses.
En este teje y manejo, la CIA empezó a intervenir y armar toda la maquinaria para entrenar a derechistas guatemaltecos exiliados en Honduras y Nicaragua. En junio de 1954 el entonces presidente de Estados Unidos, Dwight Eisenhower, dio luz verde a la invasión luego de que Guatemala había recibido armas desde Checoslovaquia.
El ejército guatemalteco se negó a apoyar a Árbenz Guzmán para evitar un derramamiento de sangre. Por lo cual, Árbenz convocó a su gabinete para explicar que el ejército estaba en rebelión y el 27 de junio de 1954 anunció su renuncia.