A principios de julio llegó a conocimiento del Colegio de Veterinarios de la provincia de Buenos Aires un posible caso de ejercicio ilegal y usurpación de título. La denunciada es Erika Oberé, que se presupone que ha llevado a cabo el ejercicio de la profesión veterinaria de forma ilegal durante más de 10 años.
En este caso, la denunciante, una profesional veterinaria, se contactó con el Colegio para informar que Oberé le derivaba pacientes para el tratamiento de fisioterapia desde hacía 11 años. De forma reciente, había descubierto que no poseía título ni matrícula expedida de forma colegiada. Además, denunció que realizaba atención a domicilio y que vacunaba animales utilizando la firma de otres profesionales.
Existen varios antecedentes de personas que han realizado el ejercicio ilegal de la profesión veterinaria. En todos los casos, una justicia lenta sumado a la falta de penas más graves y concretas, hace que estos casos sigan multiplicándose. Esto expone al peligro tanto a la salud de los animales como a la salud humana.
En incontadas oportunidades, tanto criadores de animales como proteccionistas, realizan prácticas indebidas, y hacen tratamientos por su cuenta porque en otras ocasiones funcionaron. Lo que se debe tener en cuenta es que toda práctica ilegal es maltrato animal. No solo les veterinaries están expuestes a situaciones de agresividad por parte de tutores de animales, sino que también ven perjudicada su profesión ante la presencia de falsos colegas. Nota al Pie conversó con el Dr. Fernando Pedrosa, presidente del Distrito 1 del Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires.
La falsa veterinaria: más de 10 años de maltrato animal
Erika Oberé, denunciada por ejercicio ilegal de la medicina veterinaria, trabajó durante más de 10 años como tal. No sólo atendía pacientes en clínica y a domicilio, sino que también los derivaba a otres profesionales. Uno de los testimonios recibidos en la denuncia relata que le enviaba muestras para procesar, con la firma y sello de otres veterinaries.
Otra de las pruebas es la inscripción este año de Oberé a la carrera de Ciencias Veterinarias en la Universidad de El Salvador. También se corroboró su perfil tributario como Monotributista con categoría F Locación de Servicios. Dentro de los mismos figura la subcategoría de Servicios Veterinarios.
Desde el Colegio afirman que las pruebas incluyen recetas, libretas y certificados de vacunación antirrábica, supuestamente suscriptas por Erika Oberé a nombre de otros profesionales. También testimonios de colegas y tutores de animales atendides por ella.
Como consecuencia de lo analizado, el Colegio de Veterinarios presentó una denuncia penal por ejercicio ilegal de la profesión que recayó en la Unidad Funcional Instrucción y Juicio de Vicente López Este.
Peligro ante falsos veterinaries
Al respecto, el Dr. Pedrosa explicó: “Llamamos intrusismo al ejercicio ilegal de la profesión. Es frecuente, es muy común que criadores de perros y proteccionistas consideren que tienen capacidad para ejercer la profesión. También personas que han estado trabajando en veterinarias empiezan a realizar prácticas de maltrato animal al ejercer la práctica ilegal de la profesión”.
Entre las múltiples causas, puede nombrarse el caso de una señora que realizó una cesárea que causó la muerte de la perra, y terminó con un juicio abreviado. Otro caso es emblemático porque involucra a la Municipalidad de Ituzaingó. La Dirección de Zoonosis estaba a cargo de una señora que no era profesional veterinaria. “Hay entrega de cargos políticos a personas que no están capacitadas ni tienen la entidad profesional para ejercerla. Fue filmada haciendo castraciones, es decir, realizando cirugías”, informó.
“La causa está en juicio, el Colegio se presentó como personal damnificado y existen tres posibilidades. Que vaya a juicio abreviado, probation o juicio depende del fiscal y del juez que están actuando, probablemente vaya a juicio”, indicó el experto.
En esa línea, destacó que el problema radica en la escasa severidad de las penas. “Las causas de práctica ilegal de cualquiera de las profesiones se consideran con una pena de 1 a 3 años de prisión. Por lo cual son excarcelables, aunque ante una nueva causa tienen que ir a prisión.
Otro ejemplo es “el caso de un señor que hace tiempo viene practicando el intrusismo y la causa está elevada a juicio en la fiscalía de Pilar. El se considera veterinario, va a domicilios, están todos los testigos pero la justicia avanza muy lento”, manifestó el Dr. Pedrosa.
¿Cómo saber si el veterinarie es profesional?
A la hora de saber si el profesional está recibido, el Dr. Pedrosa afirmó que para el territorio de la provincia de Buenos Aires es sencillo: “Hay que ingresar a la página del Colegio y verificar que la persona esté matriculada. Esto es lo único que garantiza que la persona que está enfrente atendiendo su animal sea profesional. Si no está matriculado, no se puede saber si en verdad se recibió o no”, explicó.
“Cualquier persona puede poner el nombre del veterinario, y si lo es, aparece el número de la matrícula. Así se garantiza que sea realmente un profesional el que está actuando y no un intruso”, remarcó. “Son muy hábiles los que practican el intrusismo, incluso tienen vocabulario médico porque lo aprendieron de forma profesional, pero no tienen la capacidad para generar acciones de salud en un animal”, aseveró.
Las denuncias se pueden hacer directamente en la página del Colegio, ingresando los datos y las pruebas. “Las pruebas son evaluadas por el Departamento de Legales del Colegio, quienes consideran si hay pruebas suficientes como para llevarlo a juicio. Esto es lo difícil porque hay que tener testigos, pruebas que verifiquen y confirmen que esa persona ejerció la práctica ilegal. No siempre la gente quiere involucrarse en llevar adelante todo esto pero la realidad es que hay que hacerlo”, alentó.