Cada 6 de agosto, en Argentina se celebra el Día del Veterinario, en conmemoración a la primera clase de esta carrera; que fue dictada en 1883, en el Instituto Superior de Agronomía y Veterinaria de Santa Catalina, en la localidad de Lavallol, provincia de Buenos Aires. El título otorgaba la “Capacidad para ejercer la Ciencia Veterinaria”.
El avance de la medicina no se da sólo en el área humana. Cirugías cada vez más complejas y métodos de diagnóstico sofisticados como la resonancia o la tomografía, avanzan a grandes pasos en la clínica veterinaria. Por otro lado, nuevas enfermedades zoonóticas, es decir, transmitidas de animales a las personas, llevan a enfrentar nuevos desafíos.
Les veterinaries no sólo cuidan la salud de los animales, sino también la de las personas. Alrededor del 70% de las enfermedades emergentes en el mundo tienen un origen animal; por eso, la Organización Mundial de la Salud habla de “una sola salud”.
Les profesionales no solo trabajan en la clínica de pequeños animales, como perros y gatos, sino que también se encargan de la producción ganadera, la inocuidad de los alimentos y de la fauna silvestre en peligro.
Nota al Pie conversó con el Dr. Fernando Pedrosa, médico veterinario presidente del Colegio Veterinario de la provincia de Buenos Aires-Distrito 1. También con la Dra. Valeria Cecilia Savastano, médica veterinaria que ejerce la profesión en su consultorio ubicado en Hurlingham, de la misma provincia.
Los retos de la profesión
El Dr. Fernando Pedroza preside el distrito 1 del Colegio de Veterinarios de la provincia de Buenos Aires, el cual abarca municipios como La Matanza, Pilar, Tigre, Moreno y Merlo. A través de la Ley 9.686, el estado provincial delega la regulación de la profesión veterinaria en el Colegio de Veterinarios.
Dentro de las actividades que se llevan a cabo, este distrito se caracteriza por la clínica de pequeños animales, como perros, gatos; pero, también de animales no convencionales, como hámsters, tortugas, loros y caballos. En ese sentido, “las problemáticas a las que nos encontramos son diversas”, señaló el Dr. Pedrosa.
La que más sufren a diario es la violencia de los dueños de las mascotas en sus distintas formas, ya sea a través de redes sociales o directamente un escrache en la puerta de los consultorios. “Muchas de las denuncias que recibimos tienen que ver más con la subjetividad de los responsables de los animales, que sienten que no se hizo lo que correspondía. Por eso, en muchos casos son desestimadas y pocas llegan a continuar con la causa”, explicó.
“Las prácticas ilegales, como las castraciones que se realizan en lugares sin ningún tipo de habilitación son otro de los problemas que nos encontramos a diario”, indicó el médico veterinario. Lo mismo sucede con la venta ilegal de medicamentos en lugares no habilitados.
En cuanto a la remuneración, “los veterinarios no estamos bien pagos. Es una profesión con demasiada exigencia, con demasiado tiempo de formación tanto de grado como en posgrado. Nunca se llega a cubrir lo que se invierte profesionalmente en educación. Incluso en lo que es conformar un consultorio veterinario donde la inversión también es grande”, agregó.
La vocación por los animales y la medicina
La Dra. Valeria Cecilia Savastano ejerce la especialidad de clínica médica en su consultorio ubicado en el barrio Parque Quirno, en Hurlingham, zona oeste de Buenos Aires. No recuerda tener que elegir ser veterinaria, sino que de muy pequeña jugaba a serlo. “De chica jugaba a que curaba, nunca tuve dudas de que quería ser veterinaria”, aunque señala que lo que más le gusta es la medicina.
La carrera fue dura y larga ya que trabajó durante toda esa época en una veterinaria. “Esos años fueron intensos, los profesores son muy exigentes. La carrera es larga, hay que saber todo de muchas especies, hay que ser muy perseverante”, comentó.
Luego, compartió:“Mi día a día transcurre atendiendo desde pacientes pediátricos hasta viejitos, pasando de situaciones agradables a situaciones muy complejas.El veterinario clínico tiene que ser muy versátil porque en el mismo momento, en el mismo día, tenemos que atender situaciones muy disímiles y pacientes muy diferentes”.
Además, resaltó que “los dueños son muy diferentes también, cada uno cuida a sus animales de manera distinta. Se forma un sistema animal-dueño-veterinario, y cada uno es distinto, por lo que hay que tratarlo de manera distinta”.
Entre la pasión y los desafíos
Para la Dra. Savastano, uno de los desafíos del veterinario es “trabajar seriamente, buscando diagnóstico, pronóstico y tratamiento. En ese proceso hay lograr que las personas comprendan los objetivos de cada etapa y que colaboren con nosotros”. La profesional sostuvo que deben tener la capacidad para explicar qué está ocurriendo en cada situación y las limitaciones que puede haber.
Otro de los desafíos es abrirse a los equipos de trabajo. “El veterinario tiene que salir de los límites del consultorio e integrarse a los equipos más grandes y complejos, y a la profesión en total. Salir de las veterinarias y entender que el veterinario es un profesional de la salud y que nuestra labor trasciende el trabajo de un consultorio médico”, agregó. Además, deben “superar la violencia actual que estamos recibiendo por parte de la sociedad actual. Es un tema muy complejo que estamos transitando”.
“Mi vocación es lo que me llevó a estudiar esta carrera y lo que me hace levantarme todos los días. Es la llama, es lo que permite hacer todos los días lo que hago”, dijo Savastano. Lo que más le apasiona de su trabajo es ver la transformación de los animales que llegan muy descompensados y luego se logra un estado de salud que se mantiene en el tiempo. “Ver ese cambio que se sostiene en el tiempo da placer y me llena de confort. Es algo que me hace seguir todo el tiempo, me apasiona y me permite seguir el día a día”, concluyó.