En las últimas horas, expertos decidieron aclarar lo trascendido con respecto a la pérdida de un pedazo de hielo en la Antártida, equivalente al territorio de la República Argentina. Desde el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y el Instituto Antártico Argentino (IAA) comunicaron que lo que en realidad sucedió fue que “no se formó la cantidad de hielo marino esperado”.
Para los especialistas, se trata de “una anomalía negativa tan alta, al menos desde 1979”. En promedio, desde entonces, se formaban para esta época del año unos 17 millones de kilómetros cuadrados de hielo alrededor de la Antártida.
“No es que desapareció en la Antártida algo del tamaño de la Argentina, sino que no se formó el promedio habitual de hielo marino, y estamos por debajo del promedio”, explicó el geólogo del IAA, Juan Manuel Lirio, a la Agencia Télam.
A su vez, el investigador del CONICET Leandro Díaz señaló que si bien es normal que haya variaciones en la extensión de hielo marino, desde 2015 se ha observado una tendencia a la baja que resulta preocupante.
La Antártida juega un papel crucial en la regulación del clima global, por lo que la disminución del hielo marino en el continente es motivo de alerta. Díaz señaló que se espera que alrededor de la Antártida haya 17 millones de kilómetros cuadrados de mar cubierto de hielo. No obstante, actualmente sólo hay alrededor de 14,5 millones de kilómetros cuadrados, faltando el equivalente a la superficie de Argentina.
¿Qué ocurre con el hielo marino en la Antártida?
Según señalan los expertos, en invierno el hielo marino tiene un espesor de un metro, a diferencia de las barreras de hielo y los glaciares que son mucho más gruesos, de 200 hasta 4 mil metros. Además, cabe destacar que este hielo se forma en invierno y desaparece en verano, pero vuelve a formarse durante la próxima temporada invernal, ya que es un ciclo anual.
Al respecto, Lirio informó que “lo que no se forma podría volver a formarse, quizás, si los próximos meses son fríos. Si hay menos vientos no se destruye tanto el hielo marino».
El año pasado, el hielo marino se desintegró rápidamente debido a los vientos. Si el invierno es suave, hay menos temperatura para solidificar el hielo marino. Una de las causas es el calentamiento global, pero el principal motivo está influenciado por la circulación atmosférica que favorece ciertos patrones para que haya un año de más hielo y otro de menos hielo.
Es menester remarcar que la ausencia de hielo marino permite que el agua se caliente más, ya que absorbe la luz solar en lugar de reflejarla, lo que resulta en un mar activo que puede provocar erosión costera debido al oleaje.
A pesar de ello, el hielo que no se creó en la Antártida se encuentra “considerablemente distante de las orillas”, tal y como se pudo apreciar en las imágenes obtenidas por satélite. Será necesario aguardar hasta el próximo año para comprobar su evolución a lo largo del tiempo.
En conclusión, es fundamental seguir de cerca, año a año, este fenómeno para determinar sus verdaderas causas y no apresurarse en buscar una única solución.