Hace casi dos décadas, Maximiliano Rescia arrancaba en el deporte jugando como hobby al futsal, en el club de barrio Pinocho. Al día de hoy, la disciplina que lo apasiona le ha brindado títulos deportivos defendiendo los colores de la selección argentina. De más está decir que lo que comenzó como hobby hoy es su trabajo.
Este año, Rescia, ex jugador del Levante de España, disputará lo que resta de la temporada en suelo argentino, después de muchos años de jugar en el viejo continente.
Desde Nota al Pie dialogamos con el capitán argentino, quien nos contó cómo fue su historia con el deporte, su primera experiencia en el exterior, y cómo se formó durante estos años. Además, nos mencionó cuáles fueron los retos que afrontó y superó.
Su primer vínculo con el futsal
En el año 2002, “Maxi”, por medio de su hermano, accedió a probarse en el Club Pinocho de Villa Urquiza, que acababa de ascender a la máxima categoría del futsal argentino. El ex Anderlecht nunca había practicado la disciplina, porque jugaba en cancha de 11, y decidió probarse. Ya no jugaría más en el césped.
El club de barrio situado en la calle Manuela Pedraza al 5100 lo albergó aquella tarde de pruebas, donde quedó e inició su historia en el 40×20. Su adaptación fue muy buena, gracias a su grupo de compañeros, y aquello se reflejaba en los partidos.
En sus primeros años de inferiores, lograron 3 títulos. En quinta división ganaron el Torneo Apertura, mientras que para el Clausura perdieron en la final. Pero en la cuarta triunfaron de forma invicta en ambos campeonatos.
“Los éxitos deportivos hicieron que rápido me enganche al deporte y quiera más, que busque seguir adelante, aunque para mí era un hobby, una pasión, porque me encantaba”, recordó el capitán del combinado nacional.
Gracias a su buena actuación, no solo recibió su primer llamado a la selección sub-20, sino que también con 17 años debutó en el primer equipo de la institución. El número 5 de la selección cosechó títulos y cada vez pasaba más tiempo dentro del 40×20.
Futsal, de sueño a realidad
Rescia había iniciado el futsal sin ambiciones, pero el deporte se convirtió en su presente y futuro. A sus 20 años tendría que emigrar lejos de casa e iniciaría su nuevo camino.
“Aposté por este sueño, dejé la facultad, dejé todo por el deporte. El día que me voy le digo a mi madre que tenía dos objetivos: triunfar en el deporte y comprarme una casa”, afirmó el jugador de Pinocho.
Además, “Maxi” recordó que sus objetivos se concretaron con el título del Mundial de Colombia 2016. “Cuando ganamos la Copa del Mundo, le dije a mi madre ‘lo logré’. Ahora no me detengo a pensar, pero es algo muy lindo poder haber cumplido ese sueño que fui a buscar”, expresó Rescia.
Sin embargo, la previa a todos los éxitos deportivos y objetivos propios que logró Maximiliano con la disciplina se gestó fuera de su país natal. La distancia y su corta edad la hizo una etapa difícil.
El primer destino en su GPS fue el Nápoli de Italia, a pesar que en aquella ocasión viajó con 4 compañeros de Pinocho, quienes en el corto tiempo se volvieron a Buenos Aires. “Maxi” resistió y fue su primer gran desafío, ya que la tecnología no era la de ahora y no podía estar en constante comunicación con su familia.
“Para comunicarme, me acuerdo que esta Skipe, pero era difícil porque tenías que encontrarte con las personas del otro lado, no es como hoy que con WhatsApp tenés todo a mano”, enfatizó el ex Levante.
A ello se suma el tema cultural y sobre todo el idioma, ni siquiera tenía de aliados a los traductores online. Aunque tenía esas dificultades, se mantuvo firme en sus objetivos y deportivamente le fue muy bien ese primer año en Nápoles, porque obtuvo el scudetto sub 21. Aquel título fue su aliciente para continuar por sus metas.
“Aunque recuerdo que seguramente fue el año más difícil de todos, con el tiempo valoro, porque todo ese esfuerzo me hizo más duro. Porque era muy sensible extrañaba a mi familia, mis amigos, me costaba la vida allá, los fines de semana los sufría”, manifestó el número 5 de la Albiceleste.
El regreso al futsal argentino, donde inició todo
“Yo desde el día 1 quiero volver a Argentina. Desde que me fui, es algo que tengo bien claro en mi cabeza. Yo amo a mi país, mi familia, mis amigos, mi entorno”, ratificó Rescia sobre su llegada al torneo local.
Se fue siendo un adolecente y se volvió un hombre con mucha experiencia en la disciplina que lo vio brillar en las mejores ligas como la española, italiana y sobre todo con la “celeste y blanca”. Y como no podía ser de otra manera, volverá a vestir la camiseta de Pinocho, por un deseo personal, ya que con la verde se enamoró e inició su aventura en la disciplina.
“Mi prioridad era volver al club, era volver a donde yo me creé, al lugar donde nací, crecí. Y también siento que les debo este final, cerrar el círculo de esta manera”, afirmó Rescia. También señaló que siempre se manejó por pasión, que tiene mucho que ver el sentir de él cuando toma una decisión.
En esta ocasión lo motivó la idea de volver a sus raíces, el club que le brindó herramientas para su futuro y también la posibilidad de compartir con los chicos del club, que antes eran más pequeños y hoy en día compartirán los entrenamientos y los juegos como compañeros.
Aunque no tiene en claro cuánto tiempo jugará en el país, debe tener en cuenta cómo será el desarrollo del cambio. Además, quiere llegar de gran manera a las eliminatorias clasificatorias para el Mundial del próximo año.
Su primer encuentro será el próximo fin de semana cuando se mida ante Boca Juniors y sea el inicio de la segunda rueda del torneo de la Primera División de futsal argentino.
Rescia en la selección argentina de futsal
Desde los 17 años que viste la camiseta nacional y desde aquel primer llamado hasta la actualidad defiende los colores nacionales.
En su amplia trayectoria con el combinado nacional ha logrado la Copa Confederaciones en el 2014, al año siguiente la Copa América y en el 2016 se consagraría con la Copa del Mundo, siendo el primer título mundial que registra el país. Además, Argentina es la actual subcampeona del mundo, certamen que se disputó en Lituania 2022.
Es uno de los referentes del equipo y le aporta su experiencia al recambio natural que está afrontando el combinado nacional. En los 18 años que viste la camiseta vivió de todo, y por ello le aporta a los más chicos el saber de que disfruten cada momento y aprovechen la oportunidad.
Ha estado presente en los cuatro mundiales que ha jugado la Argentina y busca que el próximo año sea el quinto y el último de su carrera.
La clave del éxito que cosecha el cierre argentino es como la frase que describe: “Hacé lo que amas y no trabajarás por el resto de tu vida. Lo tomo de esa manera, yo amo lo que hago, vivo con pasión y siento que me pagan por eso”, destacó el capitán de la Selección.