El lunes por la tarde, dos adolescentes de 12 y 13 años desaparecieron a la salida del colegio en San Fernando. Les jóvenes fueron encontrados con vida el martes al mediodía en la intersección de San Juan y Boedo, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). La sospecha de la repentina desaparición recae un preocupante reto: el “Desaparecé Challenge”.
Este desafío, surgido en 2017 en TikTok, consiste en desaparecer por 48 horas, sin dejar ningún tipo de rastro. Por eso no se debe utilizar el celular, ni ir a sitios donde se pueda ser reconocide. El objetivo es que las familias realicen la denuncia y hagan mediático el caso, tanto en televisión como en redes sociales. Así, cuanta más difusión haya, más “puntos” se suman.
De una forma paradójica, les adolescentes desaparecen para ser vistos, para que se los busque, se los mire, un verdadero llamado de atención. Nota al Pie dialogó con Liliana Zarlenga, licenciada en Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Además, es licenciada en Dirección y Puesta en Escena de la Universidad Nacional de las Artes (UNA), psicoanalista y terapeuta corporal.
Desaparecer para ser visto
Respecto al término “desaparecer”, la Lic. Zarlenga hizo una aclaración. “Desaparecer es una palabra absolutamente cargada en la historia de los pueblos, no solo de la Argentina, en este sentido alude a la muerte. Desaparecer también es como un ‘atributo mágico’ de los superhéroes de la infancia, como el ‘Hombre Invisible’. En este sentido alude a un juego”, explicó .
Es entre estas dos vertientes en la que aparece este “reto”, como desafío y/o castigo. Aclaró, además, que “no todos los adolescentes están igual de predispuestos a ejecutarlo”. “Pienso que es una profunda llamada de atención de aquellos jóvenes que no están bien emocionalmente, que están muy vulnerables”, precisó.
Este desafío suma puntos si les familiares hacen pública la desaparición, y suman aún más puntos según la rapidez con la que les padres salen en su búsqueda. “Con la lógica del videojuego, donde se van ganando puntos, retiran la carga angustiante de la desesperación de los padres, disfrazando así la situación de peligro en un juego”, comentó.
El pedido de atención es lo que se encuentra escondido. “La tragedia de semejante realidad es puesta a la vista de todos, logrando una trascendencia efímera, pero vivenciada como una oportunidad de ‘ser visto’. La realidad se mezcla con la virtualidad generando un verosímil mayor al de un reality. Desaparecer para ‘ser visto’. Que paradoja”, amplió.
En cuanto a esta necesidad de ser vistos, “son profundas necesidades afectivas en las que la valoración de sí mismos está puesta en cuantos likes reciben. Mas like, mas amor”. Pero se trata de “un amor vacío de ser alguien para alguien, es una muestra de la carencia. Por eso insisto en que es una profunda llamada de atención”, resaltó la especialista.
Desaparecé Challenge: los vínculos en la era de la sobre exposición
Hay distintos memes que circulan que indican “ya socialicé mucho, desaparezco por un tiempo”. Esta sobre exposición, tanto en redes como en la vida social, que aumentó luego del aislamiento, lleva a buscar un espacio de calma. Pero la Lic. Zarlenga aclaró que “esas desapariciones no tienen que ver con una búsqueda de calma, sino todo lo contrario, ya que de la vorágine se sale de otra manera”.
Agregó, además, que “la pandemia hizo estragos en la emocionalidad de los niños y adolescentes. Aceleró procesos, rompió la noción de tiempo y la de espacio. El cuerpo se fraccionó como imagen de pantalla, con filtros y sin contacto con otros y lo gregario se quebró”. Para ella, cada época trae consigo sus glorias y sus desgracias. “La desprotección que sufren quienes están más vulnerables es la ventaja que usan los psicópatas para abusar y sacar provecho”.
Por eso, siempre es muy importante hablar y escuchar. “Es la herramienta humana por excelencia que disponemos para compartir lo que nos pasa. En ese sentido no me parece lógico demonizar las redes, porque además es querer tapar el sol con la mano. Se trata de estar presentes con cariño y atentos como adultos. El celular no es exclusivo de los jóvenes, los padres también tendrían que soltarlo un poco”, cuestionó.
La escucha activa como forma de prevención
Es fundamental conocer pautas de alarma en les adolescentes para saber si están necesitando ayuda. “Es muy importante observar determinadas conductas tales como si consultan todo el tiempo la entrada de las notificaciones o si están inquietos si no tienen el celular en la mano. También si se encierran y los “amigos” son en su mayoría virtuales, si cualquier cosa de su vida diaria la suben a las redes. Además, si mismo en la familia prefieren la comunicación por redes que cara a cara”, explicó.
“Estas sintomatologías vienen acompañadas de baja autoestima, actitudes impulsivas, depresión, fracaso escolar o laboral. Se le suma la irritabilidad, aislamiento, alejamiento de la vida real o familiar por nombrar algunas”, indicó. “Es fundamental, insisto, en el diálogo y la observación porque al estar ‘conectados’ como padres o docentes podemos sentirlo”, concluyó la Lic. Zarlenga.